miércoles, 3 de enero de 2018

Domingo 31 de diciembre de 2017 (Terminando el año)

Última ruta del año, y para despedir el 2017 nos hemos juntado en la Plaza Mayor a la hora de siempre un quinteto compuesto por Eltiolavara, Mariano, Transcastro, Jose y Rafa por parte del Club, además de Javi “Tresme”, Miguel, y Juan Carlos, de la U. C. Villa del Prado.
Sin ningún plan previsto para la jornada de hoy, únicamente con la idea de estar de vuelta pronto para poder tomarnos unas cervecitas “de año nuevo”, Juan Carlos propuso realizar una ruta que tenía en mente como “posible” recorrido de una futura marcha ciclista en Villa de Prado, a lo que estuvimos todos dispuestos.
Y a eso de las nueve y diez minutos echamos a rodar para abandonar el pueblo dirigiéndonos hacia el norte para tomar el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado.
Con “las liebres” de la U.C. en cabeza del grupo, emprendimos la subida a un ritmo “fuertecillo”, lo que ocasionó un “goteo” de unidades del grupo, optando al final cada uno por subir a un ritmo “dentro de nuestras posibilidades” (estos cabrones están muy fuertes).
Tras la subida nos reagrupamos como es habitual en el alto de la ladera del cerro de Santa Lucía, desde donde continuamos la marcha para dirigirnos hacia la Cañada de Talavera, desviándonos más adelante por un sendero para descender hasta el arroyo del Bodegón, donde nos incorporamos a un sendero junto al arroyo por el que llegamos finalmente hasta la Cañada de Talavera.
Cruzamos la Cañada y continuamos por el camino de San Martín de Valdeiglesias recorriendo el cortafuegos y después un camino entre las jaras hasta enlazar con el camino de La Fuenfría, por el que continuamos con dirección a San Martín.
Tras unos metros por el camino de la Fuenfría nos desviamos a la derecha con dirección hacia el alto de la Mira, para tomar el camino de subida que con algunos tramos del hasta el 20% de inclinación nos “puso a tope”, con Mariano y Jose haciendo bastantes metros de “empuja-bike”.
A continuación tocaba la bajada, con un primer tramo por sendero donde Miguel se dio un “pequeño vuelo” aunque por suerte sin consecuencias, saliendo después al cortafuegos para continuar bajando hasta la “explanada” que hay entre el alto de la Mira y el cerro Valdenoches, donde Javi “Tresme” abandonó el grupo para regresar al pueblo, ya que tenía que currar.
El resto proseguimos la marcha tomando el senderito entre las jaras que transcurre por la cara norte del cerro Valdenoches, por el que “zigzagueando” bajamos hasta un camino donde al llegar Eltiolavara se dio cuenta de que había pinchado la rueda delantera. Intentando que el líquido sellante hiciera su función, nos dirigimos entonces por el camino hacia el cerro de Las Mucas, que bordeamos por un camino para después incorporarnos a un cortafuegos que baja desde la cima y por el que descendimos hasta el arroyo de Las Labores.
Tras la bajada, la rueda de Eltiolavara necesitó de “una dosis de aire” a ver si “por fin” se cerraba el pinchazo, por lo que paramos unos minutillos para esos menesteres continuando después la marcha para comenzar de nuevo a ascender por un sendero-trialera “bastante exigente” paralelo a la Cañada de Talavera.
Cruzamos la Cañada y continuamos por un camino por la “Loma de las Labores”, donde hicimos una breve paradita para hacernos la foto de grupo de la jornada, recibiendo allí una llamada telefónica de nuestro compi Perejil, que había salido más tarde y quería saber si estábamos por la zona.
Tras quedar con él, reanudamos la marcha para continuar ascendiendo pasando junto a la torreta de vigilancia contra-incendios y después junto al antiguo vertedero para después bajar hasta la Cañada de Talavera, desde donde tomamos el antiguo camino de Villa de Prado a Pelayos de la Presa.
Ya con las cervecitas en la mente, realizamos toda la subida y arriba nos encontramos por fin con Perejil, que llevaba un rato esperándonos. Como ya considerábamos que “no estaba mal” la paliza que nos habíamos dado, decidimos tirar ya de regreso al pueblo, mientras que Juan Carlos y Miguel continuaron por otro lado para realizar la ruta que tenía Juan Carlos prevista.
Comenzamos a descender hacia el pueblo, aunque nos desviamos pasando por una barrera para tomar un bonito camino que transcurre “faldeando” el cerro de los Lobos hasta enlazar con un cortafuegos por el que realizamos un vertiginoso descenso hasta enlazar de nuevo con el camino de Pelayos.
Continuamos la marcha por el camino de Pelayos hasta las cercanías del pueblo, donde nos desviamos a la derecha para tomar el divertido senderito que lleva hasta la zona de detrás del depósito del agua para desde allí bajar hasta el pueblo, donde nos dirigimos hacia la Plaza Mayor para tomarnos esas “merecidas cervecitas”.
Al igual que el domingo anterior, la ruta no ha sido “larga”, únicamente unos 31 kilómetros (pero de categoría), con más de 1.000 metros de desnivel positivo acumulado. Aunque la jornada comenzó con algo de niebla, finalmente lució el sol y nos acompañó una buena climatología.
Y así terminamos el año con unas cervecitas brindando por que en el 2018 disfrutemos en nuestras salidas llenas buen rollo y camaradería de tantas buenas jornadas de bici como en el año que nos dejaba.

¡¡¡FELIZ AÑO 2018 A TODOS!!!

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