De nuevo ha regresado el buen
tiempo, con la buena noticia de coincidir en nuestro calendario con la ruta prevista
para el mes de marzo, habiendo preparado para esta ocasión un bonito recorrido
por los alrededores de la localidad abulense de Navaluenga.
Habíamos quedado a las 8,00 de la
mañana en la estación de autobuses, y allí nos hemos presentado Eltiolavara,
Transcastro, Horacio, Miguel y Rafa, además de nuestro amigo Raúl, que una vez
más nos acompañaba en una de nuestras rutillas mensuales.
Con unos minutos de retraso
salimos hacia Navaluenga, llegando sin problemas minutos después de las 9,00, y
aparcando los vehículos junto al bonito puente romano sobre el río Alberche,
donde realizamos los preparativos oportunos antes de comenzar la ruta.
Comenzamos a rodar pasando sobre
el puente romano y dirigiéndonos hacia el sur para tomar un camino que pronto
empezaba a ascender por buen camino por la garganta de Lanchamala, hasta que
cruzamos el arroyo del mismo nombre para a continuación realizar el primer
descenso de la jornada, por un bonito sendero cubierto por las hojas de los
robles.
Comenzamos después de nuevo a
ascender por una pista entre robles por la que llegamos hasta la garganta del Cambronal,
donde hicimos una pequeña parada de avituallamiento antes de descender en
paralelo al arroyo del Espino hasta llegar al camino de la Cabrera, donde
tomamos la pista que pasando junto a la colonia Venero Claro nos llevaría en
leve ascenso hasta un puente sobre el arroyo de Peñaltar, comienzo de nuestro periplo
por la Reserva Natural del Valle de Iruelas.
Tras una breve paradita de
reagrupamiento en el puente, continuamos con la ascensión por una pista entre
los pinos donde Raúl "puso el turbo" y se separó del resto del grupo,
que nos paramos a hacernos una fotito junto a una bonita cascada que formaba el
arroyo de las Covachuelas.
Tras las fotitos reanudamos la
marcha y resultó que al llegar al desvío que teníamos que tomar Raúl no estaba,
con lo que hubo que llamarle por teléfono para que se diera la vuelta desde
allí donde estuviera y pudiéramos reagruparnos de nuevo para continuar la ruta.
Una vez volvió Raúl, proseguimos
la marcha pasando por una pequeña puerta de madera que marcaba el inicio de la
parte más dura de la jornada, un ascenso en forma de "zetas" de 17
curvas donde alguno tuvo que poner pie a tierra y que nos llevó hasta el
collado de Morales mientras podíamos disfrutar (si había fuerzas para mirar),
de unas buenas vistas del pueblo de Navaluenga desde las alturas.
Ya en el alto, unos metros más adelante
hicimos una parada para retomar fuerzas junto a la fuente de La Covachuela,
donde Eltiolavara aprovechó para solventar un pinchazo en su rueda trasera que
venía arrastrando durante toda la subida.
Comenzamos a continuación el
descenso hacia el embalse del Burguillo, haciendo entre medias algunas
paraditas para fotos y para disfrutar de las impresionantes vistas de todo el
embalse durante la bajada.
Tras el descenso llegamos hasta
un camino que transcurre junto al pantano, donde giramos a la izquierda para
poner rumbo de regreso hacia Navaluenga rodando junto al embalse por camino y a
continuación un bonito sendero, hasta salir a una pista asfaltada por la que
rodamos unos metros para tras pasar un puente sobre el río Alberche desviarnos
a la izquierda y tomar una pista por la que pasando junto a la urbanización El
Rincón y rodando en paralelo al río Alberche regresamos a Navaluenga.
Como es habitual tras nuestras
rutillas mensuales, en los vehículos nos esperaba el avituallamiento líquido y
sólido que bien merecido teníamos, y del que dimos buena cuenta a la sombrita
de un árbol en una pequeña pradera junto al puente romano de Navaluenga que nos
vio comenzar la ruta.
En una mañana fresquita al
principio pero que después se quedó de auténtico lujazo, hemos disfrutado de un
rutón espectacular por su recorrido y su entorno, recorriendo poco más de 34
kilómetros disfrutando de la naturaleza, las vistas, y como siempre del buen
rollo habido durante la ruta.