martes, 24 de febrero de 2015

Domingo 22 de febrero de 2015 (Terminando el invierno)



En una jornada de cielos despejados y con muy buena pinta nos hemos reunido en la Plaza Mayor a la hora de siempre Eltiolavara, Horacio, Transcastro y Rafa. Al cuarteto se nos han unido los caracoles Dani y Jorge.
Con el objetivo de dirigirnos a Rozas de Puerto Real y tras los minutillos habituales de cortesía, comenzamos la ruta saliendo del pueblo por el camino de Almorox pasando junto a el polígono industrial, cruzando el arroyo Arrelobos y ascendiendo después por un bonito sendero entre las jaras hasta llegar a un pequeño alto donde tras una breve paradita de reagrupamiento bajamos hasta el arroyo Arrofresno, cruzando el mismo y ascendiendo por unas buenas rampas con dirección a El Encinar del Alberche.
Nos incorporamos al cortafuegos para bordear la urbanización por su parte sur, haciendo un paréntesis en el mismo para tomar también un sendero entre las encinas y tras tomar una calle de la urbanización enlazar con la pista que comunica con la urbanización de Pinar de Almorox.
Tomamos la pista con dirección a esta última, atravesando la urbanización hasta llegar a la carretera N-403, donde después de cruzarla y tras unos metros recorridos.....¡¡Joder, falta Dani!!.
Retrocedimos sobre nuestros pasos y ahí estaba Dani, dando aire a la rueda trasera de su bici, que había pinchado, y tras unos minutos reanudamos la marcha cruzando de nuevo la carretera para rodar en paralelo a la misma durante unos metros hasta que de nuevo la rueda estaba en el suelo, y esta vez ya si que tocaba desmontarla.
Allí junto a la carretera estuvimos arreglando el pinchazo mientras charlábamos animadamente con un par de señores almorojanos que andaban de paseo, continuando la ruta un buen rato después desviándonos a la izquierda por un camino y a continuación un sendero que nos llevó hasta la parte de atrás de la urbanización de El Romillo.
Desde allí nos dirigimos hacia el pantanillo que hay detrás de la urbanización, donde tras pasar sobre el muro de la presa, junto al agua y al solecito hicimos la "parada barrita" de la jornada, así como la obligada foto, mientras decidimos abortar la "Operación Rozas" ya que habíamos perdido mucho tiempo entre las dos paradas.
Tras reponer fuerzas, continuamos por un camino-sendero algo rompepiernas, de subidas y bajadas, hasta salir a la senda del Cerro Cruz, por donde continuamos bajando hasta enlazar con el antiguo camino de Cadalso de los Vidrios a Almorox, por el que llegamos hasta la carretera M-544.
Cruzamos bajo la carretera y a continuación tocaba hacer frente al ascenso (cortito pero intenso) para subir hasta Almorox, donde nada más entrar al pueblo nos dirigimos hacia la ermita de Nuestra Señora Virgen de la Piedad, donde hicimos una paradita para darnos un respiro y reponer agua.
Reanudamos la marcha y atravesamos el pueblo para enlazar con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, por el que rodamos durante un par de kilómetros continuando después por un camino que nos llevó hasta toparnos con la valla que rodea la finca "Las Hoyas", donde nos incorporamos a un sendero que transcurre junto a la valla por el que salimos al camino de Valdeolivas.
Continuamos la ruta y en el camino nos encontramos con Pablo, que se unió al grupo mientras tomábamos un sendero por la parte de atrás de la urbanización de Las Hoyas por el que salimos a la entrada de la urbanización, en la carretera M-540.
Tomamos la carretera y cuando ya pensábamos que nos dirigíamos de regreso al pueblo, como llevábamos pocos kilómetros la "cabeza del grupo" se desvió a la derecha para tomar un camino y a continuación un sendero por el que bordeamos por detrás el poblado de "El Alamín", continuando después "haciendo sendero" por un lindero de una viña hasta salir al camino de Montrueque (Las Migueras), por el que llegamos hasta el río.
Continuamos por el camino de La Pontera de Las Migueras que transcurre en paralelo al río, enlazando después con el camino de La Torre de Esteban Hambrán, por el que pusimos rumbo hacia el pueblo para terminar la ruta, como no, con el aire de cara.
Aunque en ocasiones había bastante viento, nos ha hecho una mañana muy buena de cielos despejados, dejando claro que lo peor del invierno ya ha pasado. En otra mañana de buen rollo, hemos hecho casi 40 kilómetros, siendo lo más duro la parte inicial.
Y para el domingo que viene......Rutilla desde Navalcarnero!!!!.

lunes, 16 de febrero de 2015

Domingo 15 de febrero de 2015 (Una de barro y viento). Crónica de Eltiolavara.



Tras las lluvias de por la noche, ha amanecido un día fabuloso en el que siguiendo las directrices de Perejil, hemos hecho una "perejilada" con "espantá" del promotor además.
Formando pelotón por parte del Club Horacio, Perejil, Javichy, Transcastro y Eltiolavara y como acompañantes de fatigas Paquito "el Maquina", y los Caracoles Dani y Jorge.
Partimos a las 9:06 Horas por la antigua vía del ferrocarril con dirección hacia Aldea del fresno, cruzando la carretera que va a la ermita de La Poveda y continuando por el trazado del ferrocarril hasta salir al camino que va desde La Poveda hasta la carretera M-507, donde tomamos 2 Km de asfalto hasta el río Alberche para coger el camino que bordea el cauce hasta llegar a la antigua estación de tren de Alberche.
Aquí abandonamos el cauce para tomar dirección a la Cañada Segoviana haciendo una subida a buen ritmo y en el último kilómetro encontrar un tramo de barro como plastilina que se pegaba y hacía culebrear las bicis de la leche, teniendo lugar además el primer incidente de la jornada. Jorge pincha y hay que buscar la cubierta debajo del barro... Uff!!!.... ¡¡¡menos mal que con aire se soluciona y el líquido anti-pinchazos hace bien su trabajo .
Reanudamos la marcha por la cañada hasta la cima (con mucho barro y piscinas por todo lo llovido la noche anterior), giramos más adelante a la izquierda y cogemos el camino que baja hasta Villamanta, ¡¡¡Por fin un descenso!!!, donde cogemos de nuevo el trazado del ferrocarril hasta llegar a la carretera que viene de Méntrida, a la que nos incorporamos hasta la rotonda de la entrada de Villamanta con idea de tomar la Cañada Real Segoviana hasta Villanueva de Perales, pero después de subir unos repechos de la leche nos damos cuenta que Perejil ha cogido la carretera de Villamantilla. ¡¡¡Jod.., que faena!!!, nos damos la vuelta para seguir sus pasos y tratar de buscarle pero ya no le volvimos a ver el pelo.
Nos incorporamos entonces la carretera M-530 que va de Villamanta a Villamantilla, donde tomamos el camino que va hacia Aldea del Fresno donde con el terreno pesadillo y los Km. acumulados en las piernas aparecen los primeros problemillas físicos, pero a ritmillo más lento podemos continuar sin problema (Tras un encuentro con el dueño de la finca que muy AMABLEMENTE nos invita a abandonarla y darnos la vuelta, aunque después de unas palabrillas y tal continuamos la ruta por la finca “Privada”).
Llegamos a Aldea y como siempre en la puerta del Arroyo Grande nos toca "furtivear". Por suerte el arroyo corre poquito y solo "un pardillo" mete el pie en el agua. Decidimos entonces ir a la fuente para repostar agua y continuar por la carretera hasta La Rinconada, donde cogemos de nuevo el camino de La Poveda hasta la Ermita y después el antiguo trazado del ferrocarril para regresar al pueblo (No hace falta decir que el aire de cara nos termino de apañar el cuerpo) y donde fuimos llegando cada uno como pudo a las 13:30h sanos y salvos y con Perejil desaparecido, aunque sabemos que llego bien cansadillo también.
Rutita dura por el barro y el viento, agradable por el sol (por fin) y como es habitual, por el buen ambiente que reinó.
Casi 60 Km. de buenas sensaciones.

El próximo domingo massssssssssss!!!



lunes, 9 de febrero de 2015

Domingo 8 de febrero de 2015 (Otra de senderitos)



A pesar de tanto frío que se anunciaba, con una temperatura de "ni frío ni calor" (0 grados), tres valientes nos dimos cita en la Plaza Mayor a la hora de siempre, Eltiolavara, Transcastro y Rafa.
Como es habitual en los días frescos, para entrar pronto en calor nada mejor que tirar "p'arriba", así que con ese fin salimos del pueblo por el camino de San Martín, donde en las primeras cuestas se nos unieron "Los Caracoles" Pablo y Jorge.
Llegamos a la primera de las puertas del camino y.........¡¡sorpresa!!. La puerta estaba cerrada con una cadena y candado, con un cartel de prohibido el paso por montería. Tras unos minutos de deliberaciones sobre saltar o no la puerta, Eltiolavara usó "sus contactos" para confirmar que la montería había sido el día anterior, así que una vez que tuvimos la seguridad de que no corríamos "peligro de ser cazados", pasamos las bicis y nosotros por encima de la puerta y continuamos la ruta.
Realizamos el ascenso a buen ritmillo, (por suerte la puerta de arriba no tenía cadena), con una breve paradita en el alto para que Transcastro se aligerara de prendas, ya que por el ascenso venía "sobrao" de calorías.
Continuamos por el camino de San Martín, aunque un poco más adelante nos desviamos a la derecha para tomar el cortafuegos que viene desde el cerro Corrales, por el que fuimos rodando hasta de nuevo al camino junto a la casa del abrevadero, y desde allí continuar hacia la Cañada de Talavera, la cual cruzamos para continuar por el cortafuegos con dirección a San Martín y salir al camino de Fuenfría.
Rodamos durante unos metros por el camino de Fuenfría, para girar después a la derecha con dirección hacia el alto de la Mira, aunque volvimos a girar a la izquierda para por un cortafuegos descender hasta el nacimiento del arroyo de Valdenoches, que coincide con el inicio de un bonito sendero entre las jaras y los pinos por el que descendimos hasta un camino y desde allí hasta la carretera M-541.
Nos incorporamos a la carretera para descender por ella durante un kilómetro y desviarnos a continuación a la izquierda para tomar un camino por el que continuar bajando hasta Pelayos, haciendo a los pocos metros la "parada barrita" de la jornada sentados al solecito sobre una piedra.
Tras reponer fuerzas, continuamos el descenso hasta Pelayos, cruzando bajo la carretera M-501 por un tubo, y continuando por unos senderos bordeando el pueblo hasta salir al GR-10 (el trazado del ferrocarril del Tiétar), que tomamos con dirección a San Martín durante unos metros desviándonos posteriormente a la derecha para tomar otro camino-sendero por el que continuamos en leve ascenso aunque continuo hasta salir al camino de Los Molinos, donde hicimos una paradita breve para dar aire a la rueda trasera de Rafa, que iba pinchada.
Minutos después continuamos la marcha por el camino de los molinos hasta salir a la carretera que va a la urbanización San Ramón, que atravesamos para realizar un recorrido por senderos y más senderos por los que que rodando también sobre lanchas de piedra fuimos ascendiendo por las faldas del cerro San Esteban.
Tras el ascenso algo técnico, llegaba el momento de disfrutar con la bajada, y para ello nos desviamos a la derecha por un sendero "de nuevo descubrimiento" y poco transitado por el que descendimos hasta enlazar con el sendero que baja paralelo a la carretera de San Esteban por el que continuamos bajando hasta el GR-10 (ferrocarril del Tiétar).
Nos incorporamos al GR-10, y pasando junto al Monasterio de Santa María la Real rodamos por el mismo durante un par de kilómetros hasta tomar un sendero que nos llevó hasta la gasolinera de Pelayos de la Presa, donde nos incorporamos durante unos metros a la carretera M-501 para poder enlazar con el sendero que transcurre por la falda del cerro del Cubo, y desde allí incorporarnos al inicio de la vía verde de Picadas.
Continuamos la marcha por la vía verde de Picadas, que recorrimos a buen ritmo con Pablo en cabeza hasta llegar a la presa, continuando después con la subida por la carretera hasta desviarnos a la derecha para tomar el camino que va por detrás del Safari-Park y que nos llevó a salir a la carretera M-507 a la altura de El Rececho, donde cruzamos la misma para incorporarnos después al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, y regresar al pueblo.
Aunque la mañana empezó fresquita (aunque menos de lo esperado), al final se ha quedado una buena mañana de solecito y despejada. Nos ha salido una bonita ruta de unos 42 kilómetros con bastante senderito, incluyendo uno de nuevo descubrimiento que ahora están ideales para el descenso ¡¡¡y lo hemos disfrutado!!!.



lunes, 2 de febrero de 2015

Domingo 1 de febrero de 2015 (Jornada de senderitos)



Hoy tocaba el primer desplazamiento del año dedicado a nuestras rutillas mensuales en una mañana que ha amanecido con alguna nube y bastante fresquito, ocasionado por un aire frío procedente del norte que hace varios días que nos acompaña.
En esta ocasión, el plan era hacer un recorrido partiendo desde San Martín de Valdeiglesias hacia el embalse de San Juan para recorrer gran parte de los senderos que hay por aquella preciosa zona, y con ese objetivo habíamos quedado a las 8,45 en la estación de autobuses un buen grupete compuesto por Eltiolavara, Javichy, Noesperoanadie, Perejil, Granaíno, Horacio, Miguel, David y Rafa.
Tras cargar las bicis en las fregonetas y con unos minutillos de retraso, partimos hacia San Martín de Valdeiglesias llegando minutos después de las nueve y aparcando los vehículos junto al castillo de la Coracera. Tras los preparativos habituales, comenzamos a rodar pasando junto al polideportivo y abandonando el pueblo por el camino del Molino Quemado, para un poco más adelante incorporarnos al camino de los Barzales.
Continuamos por un sendero que nos llevó hasta el camino de Navaoncil, por el que transitamos unos metros hasta desviarnos para tomar un senderito entre las jaras bordeando el cerro de la Guache para después continuar por un sendero para ascender al alto de Trasierra (882 m), donde hicimos "un poco de escalada" para subir hasta el vértice geodésico y disfrutar de las vistas de la zona.
Tocaba a continuación el descenso por sendero-trialera hasta salir de nuevo al camino de Navaoncil, y fue durante ese descenso donde a David se le partió la tija del sillín pegándose un buen golpe con la barra de la bici en "semejantes partes" que le hizo estar durante unos minutos para pocas alegrías, aunque afortunadamente la cosa no tuvo más consecuencias.
Tras reponerse David, continuamos el descenso y nos reagrupamos en el camino de Navaoncil, donde tras "apañar" un cambio de tijas entre la bici de Perejil y la de David pudimos continuar la ruta sin problemas.
Transitando por muchos senderitos bajamos hasta el pantano de San Juan, donde a la orilla del agua y al solecito hicimos la "parada barrita" de la jornada.
Tras reponer fuerzas y hacernos unas cuantas fotitos, reanudamos la marcha por un bonito sendero que transcurre entre los pinos junto a la orilla del embalse y por el que llegamos hasta la desembocadura del arroyo Tórtolas.
Llegó entonces el turno de hacer frente al "reto" de la jornada, con el ascenso del cuestón que sube desde el arroyo Tórtolas hasta el campamento del mismo nombre, y donde únicamente Eltiolavara, Granaíno y Miguel pudieron subirlo sin poner pie a tierra.
Al comienzo del cuestón ya David empezó a notar el largo tiempo de inactividad y comenzó a sufrir calambres y tirones en las piernas, que se le reproducían cada vez que tocaba un tramo de subida.
Tras agruparnos en el alto, pasamos junto al campamento Tórtolas y bajamos de nuevo por otro sendero con dirección al pantano, ascendiendo después por un sendero bordeando el cerro Cabrillas por el que salimos a la pista que va hacia el campamento.
Como David iba bastante jodido, decidimos acortar la ruta y poner rumbo de regreso hacia San Martín, para lo que nos incorporamos al camino del Molino Quemado por el que habíamos iniciado la ruta y que nos llevó hasta el punto de partida.
Nos ha salido una rutilla de unos 23 kilómetros, cortita en distancia pero con su grado de dificultad por lo "rompepiernas" del terreno, en un entorno precioso de pinares donde hemos disfrutado de mogollón de senderos.
La mañana ha estado fresquita, sobre todo debido a que la mayor parte de la ruta ha transcurrido por la cara norte de los cerros, y por tanto no hemos tenido mucha compañía del sol, lo que unido al airecito procedente del norte hacía que la temperatura no fuera muy elevada.
Y para terminar la jornada, una vez guardadas las bicis en "las fregonetas", nos esperaba el habitual avituallamiento líquido y sólido mientras comentábamos los pormenores de la rutilla.
El próximo domingo, más.