En la mañana más calurosa de lo que va
de año, nos hemos reunido en la Plaza Mayor a la hora de siempre un grupito
compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Horacio, Pedro “Kubala" y Rafa por
el Club, además de Paco "el Máquina", Jose "el Selfie" y
Juanma, de Calalberche y un grupo de “debutantes” compuesto por Javi “el Curro”,
César “el Inglés”, Raúl y los “dos Antonios”, compañeros de Pedro como “agentes
de la ley” en el pueblo.
Tras debatir hacia donde dirigirnos, acordamos
en principio tirar hacia el “alto de la Mira” para “entrenar” con vistas a la
ruta del próximo domingo, con lo que comenzamos la ruta saliendo desde Villa
del Prado por el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias, con un grupo
cabecero compuesto por Pedro, los Antonios, Jose y Paco subiendo “con prisas”
mientras el resto nos lo tomábamos con más calma.
Nos reagrupamos en el alto y continuamos
la marcha hasta llegar a la Cañada de Talavera, que cruzamos para seguir con
dirección hacia San Martín de Valdeiglesias, con una parada para reparar una
avería de uno de los Antonios, pero cuando llegó el momento de desviarnos hacia
el alto de la Mira, por lo caluroso de la jornada cambiamos de idea para
dirigirnos hacia el pantano de San Juan.
Proseguimos entonces la marcha hasta
llegar a la carretera M-541, cruzando la misma y rodando por el camino de San
Martín, afrontando el descenso hacia el pueblo pero desviándonos por el
precioso senderito entre los pinos que solemos tomar últimamente y por el que salimos
al camino que lleva hasta la carretera M-501, junto a la ermita del Cristo de
la Sangre.
Cruzamos la carretera y nos internamos
en San Martín para buscar una fuente donde repostar agua, que conseguimos
encontrar siguiendo las indicaciones de “un paisano”, y mientras reponíamos
agua aprovechamos para hacer la “parada barrita” de la jornada.
Tras los minutos de relax y esperar a
que César se fuera a buscar a Javi “el Curro” que se nos había “despitao”,
continuamos la marcha saliendo de San Martín por el camino del Camposanto,
desviándonos después hacia el camino del Molino, por el que llegamos hasta la
carretera que va a la urbanización de San Esteban.
Después de rodar unos metros por la
carretera, nos desviamos para tomar unos senderos por los que llegamos hasta la
urbanización San Esteban, donde tuvimos que pasar por una puerta que no estaba
la última vez que pasamos por allí para continuar nuestra marcha y descender
hasta la orilla del embalse de San Juan.
Ya en la orilla y con el agua tan
clarita, algunos no pudimos contenernos y nos dimos un bañito, comenzando por
Transcastro, que se tiró al agua con traje y todo. El agua estaba de lujo,
tirando a caliente incluso, pero el bañito nos supo a gloria con el calor de la
jornada.
Tras el bañito, retomamos la marcha
recorriendo un sendero que transcurre junto al agua y que bordea el cerro de
San Esteban, con la pega de que no es totalmente ciclable y nos tocó hacer unos
cuantos tramos de “empuja-bike”.
Después del sendero, por fin salimos “a
la civilización” y tomamos un camino por el que llegamos al embarcadero y desde
allí al muro del embalse, que recorrimos por encima para a continuación bajar
hasta la gasolinera de Pelayos de la Presa.
Una vez reagrupados, tomamos unos metros
la carretera M-501 hasta llegar al inicio de la vía verde de Picadas, que
recorrimos a buen ritmo hasta llegar a la presa, continuando después con la
subida por la carretera, donde Eltiolavara sufrió un pinchazo que tuvo que arreglar.
Después de reagruparnos en el alto,
continuamos por la carretera hasta desviarnos para tomar el camino que va por
detrás del Safari-Park para más adelante salir a la carretera M-507 a la altura
del vivero, cruzando la misma para incorporarnos después al antiguo trazado del
ferrocarril Madrid-Almorox, y regresar al pueblo en medio de una “torraera”
considerable.
Nos ha salido una buena rutilla de unos
46 kilómetros, en la jornada más calurosa del verano y que a media ruta pudimos
atenuar con un bañito de lujo.
Y el domingo que viene………a la Bola del
Mundo!!!