martes, 17 de julio de 2018

Domingo 15 de julio de 2018 (Con menos calor del habitual)



Jornada con bajada de temperatura (no para “tirar cohetes”, pero al menos para no pasar tanto calor…), y en la Plaza Mayor nos hemos juntado un buen grupito compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Perejil, Horacio, Jorge y Rafa por el Club, uniéndose a nosotros Angel “Lechero”, que hacía tiempo que no nos acompañaba.
Con unas cervecitas prometidas por Mariano con motivo de su cumpleaños a final de ruta, abandonamos el pueblo con rumbo suroeste y sin rumbo fijo para tomar el camino del Valle, donde calentamos las piernas con el cuestón que hay tras cruzar el arroyo Arrelobos para a continuación bajar hasta el arroyo de Arrofresnos y de nuevo realizar una buena subida hasta enlazar con el camino del Majanal.
Nos incorporamos al camino del Majanal que sube hacia El Encinar del Alberche, para después incorporarnos al cortafuegos que bordea la urbanización por su parte sur y tomar un par de calles para salir a la pista que va hacia la urbanización de Pinar de Almorox.
Tras descender unos metros por la pista, nos desviamos a la derecha para tomar un estrecho senderito y comenzar a ascender entre los pinos para de nuevo incorporarnos a la pista, aunque de nuevo enseguida la abandonamos para tomar un camino a la derecha y ascendiendo entre las jaras y los pinos hacer frente a los rampones de la jornada, que con más del 20% nos pusieron a tope “la caldera”.
Después del subidón llegamos hasta el camino que sube hacia el cerro de Pino Romero donde se encuentra la torre de vigilancia anti-incendios, aunque nosotros en vez de continuar subiendo lo tomamos a la izquierda para descender hasta la urbanización Pinar de Almorox, donde nos incorporamos al camino que bordea la misma y que transcurre en paralelo a la carretera N-403 para llegar hasta la urbanización El Romillo.
Al llegar a la carretera y cuando nos disponíamos a cruzar, el grupo perdió un integrante, ya que Angel “Lechero” decidió volverse al pueblo por la carretera al no encontrarse bien por estar convaleciente de un resfriado.
El resto atravesamos la carretera y nos incorporamos a la Cañada de Talavera, por la que rodamos durante unos metros hasta desviarnos a la derecha para poner rumbo hacia Cadalso de los Vidrios.
Comenzamos de nuevo a ascender poco a poco por el camino que transcurre en paralelo al arroyo del Pajar del Mudo, para después tomar un sendero por el que enlazamos con el antiguo camino de Cadalso de los Vidrios a Almorox, por el que continuamos ascendiendo.
Como ya llegaba la hora de la “parada barrita”, nada mejor que reponer fuerzas con unas bonitas vistas, para lo que nos desviamos a la derecha para ascender por un sendero poco transitado que asciende por la ladera de Canto Celidorio y que nos condujo hasta unas piedras desde donde podíamos contemplar unas fantásticas vistas de todo el “Pinar de Almorox”, y donde al solecito nos dispusimos a reponer fuerzas.
Tras unos minutos al solecito “avituallando”, nos hicimos la “fotito de grupo” de la jornada y retomamos la marcha para volver por el sendero hasta el camino de Cadalso a Almorox, por el que continuamos con dirección hacia Cadalso de los Vidrios.
Llegamos posteriormente hasta la carretera M-507, que atravesamos para incorporarnos al camino del Canto del Agua para ya poner rumbo de regreso al pueblo pensando en unas “cervecitas a la salud de Mariano” que nos estaban esperando al finalizar la ruta.
Recorrimos el camino del Canto del Agua para a continuación cruzar por el cauce seco del arroyo de Labros y de nuevo afrontar otra buena subida por un cortafuegos, donde tuvimos que “echar pie a tierra” durante unos metros ya que al estar el terreno suelto ni siquiera Horacio con su “moto eléctrica” pudo subirlo.
Tras la subida por el cortafuegos enlazamos con un camino por el que llegamos hasta la carretera N-403 junto a la laguna de Pozo Alcornocoso, donde Perejil decidió que ya había “sufrido bastante” y se fue hasta el pueblo por la carretera, quedando en vernos en la Plaza Mayor.
El resto del grupo, atravesamos la carretera N-403 para continuar ascendiendo entre los pinos (que novedad) hasta enlazar con la Cañada de Talavera, por la que recorrimos unos metros para después tomar el camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado y descender hasta el pueblo, donde al llegar nos dirigimos directamente a la Plaza Mayor donde nos esperaba Perejil para “reponer líquidos”.
Y allí nos tomamos unas merecidas cervecitas a la salud de nuestro compi Mariano (en su ausencia) tras hacer una bonita ruta de unos 35 kilómetros bastante “rompepiernas”, en una mañana en la que nos ha acompañado una “brisilla fresquita” que ha hecho que la temperatura no fuera “asfixiante” como en los últimos días.
MUCHAS FELICIDADES, MARIANO!!

lunes, 9 de julio de 2018

Domingo 8 de julio de 2018 (Continuamos con el calorcito)



Con previsión de altas temperaturas para la jornada de hoy y habiendo planificado en el grupo de whatsapp unas cervecitas fresquitas al final de ruta, nos hemos reunido en la Plaza Mayor un sexteto compuesto por Eltiolavara, Horacio, Transcastro, Noesperoanadie, Jose (al que ya era hora que viéramos “el pelo”) y Rafa.
Tras esperar unos minutillos unos minutillos por si nos llevábamos alguna sorpresa, decidimos echar a rodar “tirando p’arriba” para abandonar el pueblo por el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado sin ruta predeterminada.
Realizamos la subida a buen ritmillo, ya apretando el calorcito a pesar de ser pronto y “mirando por el retrovisor” por Noesperoanadie, quedándonos siempre alguno en su compañía a cola de grupo temerosos de que en algún descuido “nos diera la espantá”.
Coronamos el alto en la ladera del cerro de Santa Lucía, y continuamos por el camino para dirigirnos hacia la Cañada de Talavera, aunque unos metros más adelante nos desviamos a la izquierda para incorporarnos al cortafuegos sube-baja que nos llevó hasta el arroyo del Bodegón, donde nos encontramos con que el senderito que tantas veces hemos cogido este otoño-invierno estaba prácticamente desaparecido entre el pasto, con lo que había que ir abriendo camino entre el pasto con precauciones por si había algún “pedrolo” o algún agujero.
Llegamos hasta la Cañada y la atravesamos para incorporarnos al camino de San Martín de Valdeiglesias recorriendo el cortafuegos (aún con el terreno bastante suelto tras pasar el bulldozzer hace un par de semanas) hasta enlazar con el camino de La Fuenfría, por el que continuamos con dirección a San Martín.
Por el camino de La Fuenfría llegamos hasta la carretera M-541, donde hubo que hacer una parada para arreglar un reventón que unos metros atrás había sufrido Jose en la rueda trasera (ya lo echábamos de menos).
Tras unos minutillos “gratis” de relax, reanudamos la marcha para continuar por el camino de La Fuenfría y posteriormente antes de comenzar a descender hacia San Martín de Valdeiglesias desviarnos a la izquierda para tomar unos senderos por los que llegamos hasta el “alto de Castillejos”.
A continuación realizamos un divertido descenso por senderos hasta la carretera M-501, cruzando la misma junto a la ermita del Cristo de la Sangre para bordear después el pueblo de San Martín de Valdeiglesias y dirigirnos hacia la Ermita del Rosario, donde hicimos la “parada barrita” de la jornada.
Después de reponer fuerzas, continuamos la ruta por el Camino de la Nava hasta desviarnos a la derecha y tomar el Camino de Los Molinos, que recorrimos a buen ritmo hasta llegar a las cercanías de la urbanización Veracruz, tomando a continuación unos metros la carretera de la urbanización para luego internarnos en los senderos que nos llevaron hasta los pies del cerro de San Esteban, donde ya con bastante calor comenzamos el durillo y técnico ascenso por las lanchas de piedra para a continuación descender por unos senderos hasta las cercanías del muro de contención del embalse, desde donde nos dirigimos a la gasolinera de Pelayos de la Presa.
Pensando algunos ya en el bañito en el embalse de Picadas, tomamos unos metros la carretera M-501 para dirigirnos hacia el comienzo de la vía verde de Picadas, que recorrimos a buen ritmo hasta llegar a nuestro “sitio habitual”, donde sin pensárselo mucho Noesperoanadie, Eltiolavara y Horacio se lanzaron enseguida al agua.
Tras el refrescante bañito reanudamos la marcha por la vía verde hasta llegar al muro de la presa y continuamos después con la subida por la carretera y posterior descenso por la misma hasta desviarnos a la derecha para tomar el camino que va por detrás del Safari-Park hasta llegar a la carretera M-507, donde cruzamos la misma para incorporarnos al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox y regresar al pueblo.
Y tal como habíamos hablado, nos dirigimos hacia la Plaza Mayor, lugar de inicio de la ruta, para tomarnos unas cervecitas fresquitas, que “entraron como el agua” tras realizar una bonita ruta de unos 44 kilómetros en la que sin ser “asfixiante”, ya se nota por el calor que estamos en pleno veranito.