lunes, 25 de septiembre de 2017

Domingo 24 de septiembre de 2017 (Visitando la Virgen de la Nueva)

Última jornada de “entrenamiento” con vistas al reto del domingo que viene y para ellos nos hemos reunido a las 8,00 horas en la Plaza Mayor un “sexteto” compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Horacio, Alberto, Jose y Rafa.
Como habíamos hablado por el grupo de Whatsapp, para esta jornada habíamos planeado hacer una rutilla “algo más light” que las que veníamos realizando últimamente, estando previsto dirigirnos hacia la cola del embalse de San Juan para dado el bajo nivel del embalse ver si estaba “al aire” el puente romano que se encuentra en la zona de la Virgen de la Nueva.
Con ese objetivo echamos a rodar minutos después de las 8,00 horas de la mañana para dirigiéndonos hacia el sureste abandonar el pueblo por el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox.
Rodando por el trazado del ferrocarril a buen ritmo llegamos a la pista asfaltada que va hacia la ermita de La Poveda, a la que nos incorporamos para dirigirnos hacia la ermita, dejándola a nuestra izquierda para continuar por el “Camino de La Poveda” hacia la carretera M-507.
Nos reagrupamos al llegar a la carretera, incorporándonos después a la misma durante unos pocos metros para desviarnos después a la izquierda y tomar la carretera que va hacia la urbanización de Carreta Quebrada y al embalse de Picadas, por la que realizamos el ascenso y posterior descenso hasta llegar a la presa.
Comenzamos entonces a recorrer por la vía verde los algo más de seis kilómetros hasta el final del embalse, donde al llegar giramos a la izquierda para tomar la pista asfaltada de la depuradora y bordear el cerro del Cubo, para continuar pasando bajo la carretera M-501 y bordeando el pueblo de Pelayos con el fin de incorporarnos al trazado del “ferrocarril del Tiétar” junto al monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias y poner desde allí rumbo hacia San Martín de Valdeiglesias.
Rodando en dos tríos a poca distancia uno de otro, por un lado Alberto, Rafa y Transcastro y por otro Jose, Horacio y Eltiolavara, llegamos a San Martín de Valdeiglesias, donde junto a la antigua estación de ferrocarril nos incorporamos a la carretera M-957 para dirigirnos hacia el embalse de San Juan.
Tras rodar unos cuatro kilómetros por la carretera, nos desviamos en una curva para tomar una trialera por la que descendimos hasta las urbanizaciones que hay junto al embalse, bordeándolas para continuar descendiendo hasta llegar al mismo embalse y rodar unos metros por la arena hasta llegar a nuestro objetivo de la jornada, el puente romano.
A pesar de que el nivel del embalse está muy bajo, únicamente estaba al aire algo menos de un metro de altura de puente, con lo que si sigue sin llover tendremos que hacer una visita dentro de algún tiempo para poder verlo en mayor parte.
Ya puestos, realizamos allí la “parada barrita” de la jornada además de una fotito de grupo, reanudando tras unos minutos la marcha para emprender el camino de vuelta hacia San Martín de Valdeiglesias “rehaciendo” por carretera los cinco kilómetros hasta llegar al pueblo.
Al llegar a San Martín, bordeamos el pueblo para enlazar con el GR-10 para a continuación atravesar la carretera M-501 y proseguir por el Camino de las Fontanillas e incorporarnos de nuevo poco después al GR-10 hasta enlazar con la vía pecuaria del arroyo del Boquerón, donde de nuevo hicimos una “parada barrita” aunque para algunos fue más bien “parada uvas”, ya que aprovecharon para comerse unas uvas que “habían vendimiado” unos metros atrás.
Tras la paradita recorrimos la vía pecuaria con su “picar p’arriba” hasta llegar a la carretera M-542, que cruzamos para tomar un sendero por el que pasamos junto a la laguna del manantial del Andrinoso, tomando a continuación durante unos metros la carretera N-403 hasta enlazar con la pista asfaltada que lleva hasta la Cañada de Talavera.
Ya para afrontar los últimos kilómetros de la ruta, nos incorporamos a la Cañada de Talavera para descender a gran velocidad por la cuesta asfaltada (que se ha deteriorado mucho últimamente) y girar después a la derecha para incorporarnos al antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado, por el que realizamos el descenso final hasta el pueblo.
Al final nos han salido unos 67 kilómetros de ruta y hemos llegado al pueblo sobre las 13,00 horas, aprovechando para tomarnos unas cervecitas en la Plaza Mayor y terminar la jornada echándonos unas risas y planificando la quedada para desplazarnos a Talavera la próxima jornada.
Y el domingo que viene…….a por la Talajara!!!!!

martes, 19 de septiembre de 2017

Domingo 17 de septiembre (Una buena paliza para las patas)

Tras el “paréntesis” motivado por las fiestas del pueblo, dispuestos a retomar nuestra actividad sobre la bici para continuar con nuestra preparación de la Talajara de 120 kilómetros, con bastante fresquito nos hemos reunido en la Plaza Mayor a las 8,00 horas un buen grupito de siete integrantes compuesto por Eltiolavara, Jorge, Jose "el Mara", Transcastro, Alberto y Rafa por parte del Club, uniéndose a nosotros nuestro amigo Javi, de El Encinar.
Con unos minutillos de retraso motivados por Transcastro, echamos a rodar con la intención de hacer una rutilla larga para probar “como estaban las patas”, con lo que nos dirigimos hacia el sureste para abandonar el pueblo por el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox.
Rodando “deprisita” por el trazado del ferrocarril para intentar entrar rápido en calor llegamos a la pista asfaltada que va hacia la ermita de La Poveda, a la que nos incorporamos para dirigirnos hacia la ermita, pasando junto a la misma para continuar por el “Camino de La Poveda” hacia la carretera M-507.
Al llegar a la carretera………¡¡Pinchazo de Jose (Mister Pinchazos)!!!......¡¡Joder, ya empezamos!!. En la parada del bus de Picadas realizamos la “parada técnica para intentar solventar el problema dando aire a la rueda por ver si con el líquido se sellaba el pinchazo.
Tras los minutos que nos llevó el tema nos incorporamos de nuevo a la carretera hasta llegar al puente de "La Pedrera" sobre el río Alberche, donde tomamos un camino en paralelo al río con dirección sur para más adelante girar a la izquierda hasta llegar a la carretera M-510, a la que nos incorporamos durante unos metros hasta girar a la derecha para tomar un caminito que al principio asciende suavemente pero que después se convierte en “un cuestón” que en algunos momentos alcanza el 22% de inclinación, con lo que hay que “aplicarse el cuento”.
Tras el cuestón llegamos a la zona de “Suertes Viejas”, desde donde nos dirigimos hacia el camino de Navayuncosa para poner rumbo hacia Villamanta continuando con un ritmo considerable que se vio interrumpido por la rueda de Jose, que de nuevo se había desinflado.
Intentando solventar el pinchazo cambiando de cámara, desmontó la rueda con la sorpresa de que por dentro de la cubierta se habían soltado algunos alambres de la carcasa los cuales eran los causantes los pinchazos. Como ese ya era un problema mayor, Jose decidió abandonar el grupo y volverse al pueblo (en las mejores circunstancias posibles).
El resto del grupo reanudamos la marcha hasta llegar a las cercanías de la carretera M-530, donde Alberto como buen conocedor de la zona tomó el mando del grupo para guiarnos por un camino que no conocíamos recorriendo las zonas de Valdeparra y Valdespino hasta descender hasta el trazado del ferrocarril, al que nos incorporamos para dirigirnos hacia Villamanta.
Bordeamos el pueblo y en la zona del colegio tomamos unas calles para atravesar el mismo y cruzando la carretera M-507 incorporarnos a la Cañada Real Segoviana, por la que “picando p’arriba” en su primera parte pusimos rumbo hacia Villanueva de Perales.
Tras la primera parte de subida, descendimos a continuación hasta Villanueva de Perales y nos incorporamos durante unos metros a la carretera M-524 hasta desviarnos a la derecha para incorporarnos al camino de Los Chaparrales, por el que en continuos sube-baja enlazamos con el camino de Las Zorreras y el camino del Plantío, llegando hasta la carretera M-501.
Pasamos bajo la M-501 y nos incorporamos al camino del Lomo para dirigirnos hacia Brunete ante la insistencia de Transcastro de “dejar constancia” de que habíamos estado allí, con lo que en una rotonda junto al cementerio nos hicimos una fotito de grupo para dejar así documento gráfico sobre nuestra visita a Brunete.
Ya con 50 kilómetros en las piernas tocaba emprender el camino de regreso, para lo que tomamos la Vereda de los Morales hasta encontrarnos con la Cañada Real Segoviana, por la que continuamos nuestro sube-baja hasta llegar al camino de Perales a Chapinería, donde Transcastro y Eltiolavara ya comenzaban a acusar seriamente la inactividad motivada por las fiestas.
“Picando p’arriba” nos dirigimos hacia Chapinería, donde nos internamos unos metros para en una fuente repostar agua antes de continuar la marcha para encaminarnos hacia nuestra siguiente localidad de paso, Navas del Rey.
Abandonando Chapinería por el polígono industrial, tomamos la pista que hay paralela a la carretera M-501 y descendimos hasta la gasolinera de Navas del Rey, desde donde nos dirigimos hacia el centro del pueblo para desde allí tomar la carretera que va hasta la urbanización “El Morro”, que atravesamos para descender hasta el embalse de Picadas, donde nos encontramos con nuestro compi Antonio “el Granaíno”, al que no veíamos el pelo desde el año pasado.
Sumando al grupo un integrante más, recorrimos la vía verde, pasando a continuación sobre el muro de la presa y afrontando después el ascenso por la carretera hasta llegar al alto, donde nos reagrupamos tras la subida (que para uno fue un calvario) para proseguir con el posterior descenso por la carretera hasta desviarnos a la derecha para tomar como es habitual el camino de detrás del Safari Park, por el que enlazamos con el camino del Molino de Rodeles hasta llegar a la carretera M-507 a la altura de "El Rececho" donde cruzamos la carretera para enlazar con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox y recorrer los últimos kilómetros hasta llegar al pueblo.
Llegamos al pueblo escalonados en función del estado físico de cada uno, ya que a Transcastro y Eltiolavara “el tío del mazo” les arreó bien tras realizar una estupenda ruta de 97 kilómetros de perfil “rompepiernas”, que nos ha tenido más de 6 horas dándole al pedal.

Si no hubiera sido porque el parón de las fiestas se ha hecho notar al final, hemos realizado un fantástico entrenamiento en el que hemos dado la talla a falta de 15 días del objetivo de “La Talajara” de 120 kilómetros.

lunes, 4 de septiembre de 2017

Domingo 3 de septiembre de 2017 (De visita arqueólógica por Cenicientos)



Domingo previo a las fiestas del pueblo y la mañana ha amanecido nublada y bastante más fresquita que en las últimas ocasiones aunque sin amenaza de lluvia, juntándonos en la Plaza Mayor a las 8,00 horas un sexteto compuesto por Alberto, Horacio, Transcastro, Rafa, Jose y Jorge.
Para la jornada de hoy estaba prevista una “visita arqueológica” al “Molino Meléndez”, un molino harinero del siglo XVIII que se encuentra en las cercanías de Cenicientos, para lo que minutos después de las ocho iniciamos nuestra ruta abandonando el pueblo por el polígono industrial para tomar el camino de Almorox, y continuar por un bonito sendero entre las encinas ascendiendo por la ladera del cerro Crespo y descendiendo después hasta el arroyo Arrofresno.
Cruzamos el arroyo y comenzamos con el primer “apretón” de la jornada, haciendo frente a unas buenas rampas para dirigirnos hacia la urbanización de El Encinar del Alberche, donde al llegar tomamos el cortafuegos que bordea la urbanización por su parte sur para continuar subiendo hasta llegar a la puerta de entrada a la urbanización.
Tras unos segundos para tomar aire (algunos subían más asfixiados que otros), nos dispusimos a atravesar la urbanización (y continuar subiendo) hasta llegar junto al cerro de Pino Romero, donde se encuentra la torreta de vigilancia contraincendios y donde comienza la pista hormigonada que desde allí baja hasta la carretera N-403 junto a la urbanización de El Romillo.
Realizamos un rápido descenso por la pista, teniendo que “aflojar” cuando nos encontramos a una enorme vaca en medio de la pista, cruzamos la carretera N-403 y nos incorporamos a la Cañada de Talavera, por la que recorrimos unos siete kilómetros hasta llegar a la carretera M-544.
Cruzamos la carretera M-544 y nos incorporamos a la Senda de Cerro Altillo, que recorrimos hasta desviarnos a la derecha y tras pasar por una puerta para el ganado, tomar un camino entre las encinas por el que enlazamos con la carretera CM-543.
Recorrimos entonces unos dos kilómetros hasta desviarnos a la derecha para tomar un camino con el que enlazamos con el camino de Piedraescrita, por el que comenzamos a ascender por algunos tramos bastante técnicos de piedra donde hubo que emplear “toda nuestra pericia”, teniendo que poner pie a tierra más de la mitad del grupo.
Durante la subida nos desviamos a la derecha para descender unos metros hasta el arroyo de los Molinillos, junto al que se encontraba nuestro “objetivo de la jornada”, “El Molino Meléndez”, un molino harinero del siglo XIII con un impresionante muro de sillares junto al que sobre unas rocas realizamos la “parada barrita” de la jornada, además de la fotito de grupo.
Tras reponer fuerzas, reanudamos la marcha volviendo sobre nuestras rodadas para enlazar de nuevo con el camino de Piedraescrita y continuar ascendiendo hasta llegar a Cenicientos, donde nos dirigimos al parque que hay junto a la gasolinera del pueblo, lugar “habitual” para nuestros repostajes de agua cuando “andamos por la zona”.
Después de una corta paradita para repostar agua, decidimos rodar por asfalto incorporándonos a la carretera M-545 para dirigirnos hacia Rozas de Puerto Real aprovechando el hecho de ser una carretera con poco tráfico.
Tras unos nueve kilómetros por el asfalto que realizamos rápidamente a pesar de “picar p’arriba” ¡¡Que diferencia a rodar por los caminos!!, llegamos a Rozas de Puerto Real, atravesando el pueblo para dirigirnos hacia Entrepinos, donde en las cercanías nos aventuramos a investigar un sendero que al final resultó no tener salida y que nos obligó a recorrer “un tramito extra”.
Al final llegamos a la entrada de la urbanización Entrepinos, donde nos incorporamos a la calle principal hasta desviarnos más adelante y tomar diversas calles hasta enlazar con el comienzo de la trialera que baja hasta el arroyo Tórtolas.
Descendimos sin imprevistos por la trialera y continuamos nuestra marcha rodando junto al arroyo Tórtolas hasta llegar a la carretera M-542, cruzando la misma junto a la urbanización “El Mirador de Cadalso” para incorporarnos al comienzo de la vía pecuaria del arroyo de Boquerón.
Como suele ser habitual, cada uno “se marcó su ritmo” para recorrer la vía pecuaria con su “picando hacia arriba” para una vez en el “alto” hacer la parada de reagrupamiento tras la subida y recuperar “resuello”.
Tras la breve parada reanudamos la marcha y pasando junto a la laguna del Manantial del Andrinoso (que está medio seca) nos dirigimos hacia la carretera N-403, a la que nos incorporamos durante unos metros hasta desviarnos a la izquierda para dirigirnos hacia la Cañada de Talavera.
De nuevo tras otra paradita de reagrupamiento en el alto, descendimos a gran velocidad por la cuesta asfaltada para después girar a la derecha e incorporarnos al antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado, por el que realizamos el descenso final hasta el pueblo.
Al final nos ha salido una buena rutilla de unos 60 kilómetros con más de 1.000 metros de desnivel acumulado, cumpliendo con el objetivo de dar a nuestras patas “otra buena palizilla” en una jornada que aunque comenzó fresquita, al final se quedó con una temperatura espectacular.
Y para terminar la jornada, aprovechando que llegamos al pueblo minutos después de la una y que el próximo finde tendremos un “paréntesis” motivado por las fiestas del pueblo, nada mejor que tomarnos unas cervecitas con las que nos citamos para la próxima ocasión dentro de dos domingos.
¡¡FELICES FIESTAS A TODOS!!