lunes, 19 de diciembre de 2016

Domingo 18 de diciembre (Probablemente la última del año)



Hoy la jornada ha amanecido un poco ventosa, y para la que probablemente puede ser la última salida del año del Club (los próximos domingos caen fatal) nos hemos juntado en la Plaza Mayor a la hora de siempre un buen grupo compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Jose "el Mara", Jorge, Alberto y Rafa, además de Mariano y de un “Ilustre” de este deporte, el Sr. D. Juan Carlos (no el Rey Emérito, sino el Presidente de la U. C. Villa del Prado).
Como es habitual todos los años en estas fechas, teníamos pensado hacer una rutilla “cortita” para tomarnos después una “cervecita navideña”, y para de paso “entrar en calor” decidimos comenzar la ruta “tirando p’arriba”, así que “como está mandao” pusimos rumbo norte para tras pasar junto a las instalaciones de la piscina municipal tomar el antiguo camino de Villa del Prado a San Martín, por el que con Juan Carlos haciendo de “liebre” subimos a buen ritmo.
Al llegar a la segunda puerta, el grupo perdió un integrante, ya que Alberto se volvió para el pueblo porque no se encontraba bien, continuando el resto con el ascenso hasta llegar a la Cañada de Talavera, que atravesamos para continuar hacia San Martín de Valdeiglesias por el camino de La Fuenfría, aunque más adelante giramos a la izquierda para internarnos dentro de la finca "La Granjilla" para realizar un bonito descenso entre las jaras hasta la carretera M-541, que cruzamos para continuar la marcha por diversos senderos en leve ascenso que nos llevaron hasta el "Alto de Castillejos", donde hicimos la “parada barrita” de la jornada y una fotito de grupo.
Tras reponer fuerzas, reanudamos la marcha para disfrutar de un divertido descenso por unos senderos que nos llevó hasta la carretera M-501 junto a la ermita del Cristo de la Sangre de San Martín de Valdeiglesias, donde cruzamos la carretera para bordear el pueblo y enlazar con el GR-10.
Rodamos por el GR-10 durante unos tres kilómetros hasta desviarnos a la izquierda para comenzar con un tendido ascenso por el camino-sendero de Artibanco por el que salimos al camino de Los Molinos, por el que continuamos hasta llegar a la carretera de San Ramón, que cruzamos para tomar unos senderitos antes de llegar a la urbanización Javacruz.
Enlazamos allí con lo que nosotros llamamos “los toboganes”, que se trata de un bonito tramo de senderos “sube-baja” entre los pinos por el que continuamos bajando hasta llegar a las cercanías de las ruinas del monasterio de Santa María la Real en Pelayos, desde donde continuamos la marcha por el GR-10 hasta llegar a la gasolinera de Pelayos de la Presa junto a la carretera M-501.
Tomamos durante unos metros la carretera y nos desviamos a la derecha para bordear el cerro del Cubo por un senderito y enlazar con el comienzo de la vía verde de Picadas, donde como es habitual, a algunos se les pusieron las “orejas tiesas” y empezaron a darlo todo, con Juan Carlos tirando en cabeza.
Recorrimos toda la vía verde y pasamos sobre el muro de la presa para continuar con el ascenso por la carretera hasta llegar al alto, donde nos reagrupamos tras la subida para proseguir con el posterior descenso por la carretera hasta desviarnos a la derecha para tomar como es habitual el camino de detrás del Safari Park, por el que enlazamos con el camino del Molino de Rodeles hasta llegar a la carretera M-507 a la altura de "El Rececho" donde cruzamos la carretera para enlazar con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox y recorrer los últimos kilómetros hasta llegar al pueblo con el aire a favor (cosa rara).
Habiendo cumplido el objetivo de estar pronto de vuelta (poco después de las 12,30 horas) nos dispusimos a tomarnos las “cervecitas navideñas” que habíamos previsto tras haber realizado una divertida rutilla de unos 47 kilómetros en la que hemos disfrutado de unos buenos tramos de senderitos y de una estupenda mañana soleada ideal para nuestro deporte.

martes, 13 de diciembre de 2016

Domingo 11 de diciembre de 2016 (¡¡¡Por fin vemos el sol!!!)



Y después de tres domingos pedaleando bajo la lluvia…….¡¡Por fin un domingo con sol!!. En una mañana algo fresquita, natural para las alturas de año que estamos, por fin hemos podido dejar el chubasquero en casa, y dispuestos a dar pedales nos hemos reunido en la Plaza Mayor un buen grupito compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Alberto, Horacio, Jorge, Jose "el Mara" y Rafa.
Tras disfrutar la semana pasada de cómo bajaba de agua el arroyo de Labros, pensamos que sería una buena ocasión de visitar el paso bajo las piedras del arroyo Cantarranas, entre Paredes y Almorox, y para dirigirnos hacia allí comenzamos a rodar minutos después de las nueve saliendo desde la Plaza Mayor con rumbo suroeste para abandonar el pueblo por el camino del Valle, cruzando el arroyo Arrelobos y haciendo frente a continuación a un buen cuestón para posteriormente descender hasta el arroyo Arrofresnos, que pasamos por un puente de madera para acto seguido hacer frente a un buen rampón entre las encinas que nos hizo “calentar” del todo hasta llegar al camino del Majanal, por el que continuamos ascendiendo hasta llegar a las cercanías de El Encinar del Alberche.
Con intención de bordear la urbanización bajamos con dirección al arroyo del Charco de Cahorzo, encontrándonos al final con la “sorpresa” de una cadena atravesada en el camino que los primeros integrantes del grupo (Rafa y Eltiolavara) no “se comieron” de milagro porque estaba casi tocando el suelo y afortunadamente pudieron pasar por encima.
Tras cruzar el arroyo, bordeamos la urbanización por el cortafuegos y atravesamos una parte de la misma para salir a la pista que comunica El Encinar con la urbanización de Pinar de Almorox, la cual tomamos durante alrededor de un kilómetro para desviarnos a la derecha y hacer frente a una subida entre los pinos con un “buen porcentaje de inclinación” en la que hubo que darlo todo, reagrupándonos en el alto para tomarnos unos minutos “de respiro” y bajar pulsaciones.
Después de unos minutillos, retomamos la marcha para incorporarnos al camino que sube hacia el cerro de Pino Romero (donde la torre de vigilancia), parando en la pista hormigonada para hacernos la fotito de grupo de la jornada antes de por la mencionada pista bajar hasta la carretera N-403.
Atravesamos la carretera y enlazamos con la Cañada de Talavera, por la que rodábamos a buen ritmo cuando Jorge sufrió un reventón que obligó durante unos minutos a parar para solventar el imprevisto.
Tras arreglar la rueda, retomamos la marcha por la Cañada hasta llegar a la carretera M-544, atravesando la misma para a continuación tomar la “Senda de Cerro Altillo”, un divertido camino-sendero por el que descendimos hasta la cantera del Diente de la Vieja, continuando desde allí hasta llegar a nuestro objetivo de la jornada, el paso bajo las piedras del Arroyo Cantarranas, donde es un placer escuchar el ruido del agua pasando bajo nuestros pies.
Después de una breve paradita, continuamos con nuestro pedalear para dirigirnos hacia Almorox, por un camino con unos buenos charcos donde pudimos echarnos unas buenas risas “a costa” de Jose y Horacio (que se metieron “de patas” en uno) y sobre todo de Jorge, que a punto estuvo de caerse de lleno en uno de los charcos.
Tras recorrer el camino de los charcos, llegamos a enlazar con el camino de Los Enebrales, pasando sobre un puente el arroyo Tordillos para a continuación hacer frente a una buena subida que conduce hasta el cementerio de Almorox y que en honor de nuestro compañero Javichy hemos apodado “La cuesta del Tío Calambres”, ya que sus pasos por allí últimamente “se cuentan” por (como su propio nombre indica) calambres en las piernas.
Atravesamos a continuación el pueblo de Almorox para incorporarnos al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, desviándonos después por el camino de Valdeolivas, donde nos encontramos con un chaval del Club MTB San Martín de Valdeiglesias que andaba “un poco perdido” y que se unió al grupo.
Llegamos entonces hasta la parte de arriba de la urbanización de Las Hoyas, la cual bordeamos por un sendero entre las encinas hasta llegar a la M-540 (carretera del Alamín), tomando el kilómetro obligatorio de la misma para poder enlazar de nuevo con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox junto a la finca "La Blanca" y regresar por él a Villa del Prado, con un “susto” en el trayecto por una caída de Horacio, al que se le fue la rueda delantera por una pequeña piedra lo que le ocasionó un buen vuelo, aunque por suerte sin consecuencias.
Hemos disfrutado de una mañana de “auténtico lujazo” después de las últimas “pasadas por agua” que habíamos tenido, en la que nos ha salido una bonita ruta de unos 40 kilómetros y en la que hemos llegando al pueblo sobre las 12,45, la mejor hora para una birrita al solecito en la plaza del pueblo “a la salud de Jorge” en el día de su cumpleaños.
¡¡Muchas felicidades, Jorge!!!

lunes, 5 de diciembre de 2016

Domingo 4 de diciembre de 2016 (Agua, agua, y más agua)



Ha llegado un nuevo domingo, y por tercero consecutivo continuamos con la misma dinámica de “pasado por agua” que los anteriores, aunque al menos en esta jornada a los cuatro “locos” de siempre se han unido tres más, juntándonos en la Plaza Mayor a la hora de siempre un grupo compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Horacio, Jorge, y Rafa por el Club, uniéndose también Mariano y Javi.
Como la lluvia nos acompañaba, en estos casos solemos poner rumbo norte “pal monte” intentando buscar terrenos menos embarrados, aunque después de una noche bastante pasada por agua encontrar poco barro era tarea difícil.
Y con ese fin comenzamos la ruta saliendo del pueblo por el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias, donde desde el principio ya nos dimos cuenta de que iba a ser cuestión de “apretar bien al pedal”, ya que en algunos tramos las ruedas se quedaban bien “pegaditas al suelo”, con la constante sensación de “ir pinchados”.
Calentando las piernas a tope por el esfuerzo durante el ascenso llegamos al alto y bajamos a continuación un corto tramo de cortafuegos para dirigirnos hasta la Cañada de Talavera, subiendo a continuación la cuesta asfaltada y reagrupándonos posteriormente antes de desviarnos a la izquierda para seguir recorriendo la cañada de Talavera bajando con dirección hacia la carretera M-507.
Bajamos durante unos metros por la Cañada de Talavera con la lluvia golpeándonos en la cara haciendo difícil la visión hasta desviarnos a la derecha y por un camino entre los pinos bajar hasta la carretera N-403 junto a la laguna del Pozo Alcornocoso, donde cruzamos la carretera N-403.
Nada más cruzar la carretera, tomamos a nuestra izquierda un camino-cortafuegos por el que rodando entre los pinos en paralelo a la misma realizamos un divertido descenso que nos condujo hasta la carretera M-507, junto al parque del “Campamento Alfonso VI”.
Nos disponíamos a realizar allí la “parada barrita” de la jornada cuando oímos un fuerte ruido producido por el agua, que rápidamente vimos que venía de una zona de piedras en el cauce del arroyo de Labros, dirigiéndonos inmediatamente hacia allí, donde nos encontramos con un sitio espectacular, con un salto de agua que debido al caudal que llevaba el arroyo producía un gran estruendo y donde “ahora sí” realizamos la “parada barrita” de la jornada, además de las oportunas fotitos obligadas.
Tras unos minutillos disfrutando del lugar la lluvia empezó de nuevo a “arreciar”, con lo que retomamos la marcha siguiendo por un sendero en paralelo al arroyo mientras las cosas “se ponían cada vez peor” climatológicamente hablando.
Como teníamos pendientes algunas cervecitas de cumpleaños, Rafa se ofreció a pagar las suyas en vez de seguir “pasando penurias” bajo la lluvia, propuesta que fue aceptada “por unanimidad”, con lo que decidimos entonces poner rumbo de regreso al pueblo, para lo que nos dirigimos hacia la Cañada de Talavera para desde allí continuar hacia la urbanización “El Romillo” y tomar a continuación la pista hormigonada que sube hacia la urbanización de El Encinar del Alberche.
Una vez nos reagrupamos en el alto junto a la entrada de la urbanización, reanudamos la marcha atravesando la misma para salir a un cortafuegos que bordea la urbanización por su parte sur y que se encontraba “bien embarradito”, lo que hacía que además de tener que “apretar al pedal”, las bicis “culearan” bastante.
Abandonamos después el cortafuegos para tomar un camino entre las encinas y posteriormente un senderito por el que bajamos hasta el arroyo Arrofresno, donde si alguno después de la mañanita que llevábamos todavía llevaba los pies secos aquí se terminó la historia.
Cruzamos el arroyo y a continuación hicimos frente a una buena subidita por la ladera del cerro Crespo que nos llevó a enlazar con el camino de los Valles, por el que regresamos al pueblo.
Y como habíamos hablado, terminamos la ruta tomándonos unas cervecitas a la salud de Rafa, además de un caldito caliente que preparó el amigo Valentín y que buena falta hacía después de la mañanita que habíamos pasado.
La ruta nos ha salido cortita, solamente unos 25 kilómetros, pero en una jornada para valientes, con la lluvia sin abandonarnos, cayendo unos ratos más flojita y en otros “con ganas” y con un terreno bien “embarradito” que en algunos tramos hacía difícil permanecer sobre la bici.
A pesar de una “mañana de perros”, hemos disfrutado un montón del campo y de la bici, como siempre entre risas y un ambiente fenomenal de grupo.