Para esta jornada habíamos previsto visitar el puente
medieval de “La Virgen de la Nueva” en el embalse de San Juan, aprovechando así
para recorrer los senderos de la zona, que estarían ideales después de las
lluvias caídas los últimos días.
Y para no entretenernos mucho echamos a rodar unos
minutos después de las nueve de la mañana poniendo rumbo a San Martín de
Valdeiglesias dirigiéndonos hacia el norte para tomar el antiguo camino de San
Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado, por el que con las “liebres” que
teníamos en esta jornada realizamos toda la subida a un ritmo espectacular,
parando durante unos cuantos minutos en el alto del Cerro Lucía para esperar a
que llegara Perejil, incapaz de seguir el ritmo.
Una vez estuvimos todos, reanudamos la marcha con
dirección hacia la Cañada de Talavera, cruzando la misma para continuar por el
camino de San Martín de Valdeiglesias y enlazar con el camino de La Fuenfría para
dirigirnos hasta la carretera M-541, atravesando la misma para continuar con
dirección hacia San Martín por el camino de la Fuenfría hasta desviarnos a la
izquierda tomando un sendero entre los pinos por el que llegamos hasta el
"Alto de Castillejos", desde donde continuamos con dos divertidos
descensos por senderos entre los pinos para enlazar con la pista que conduce al
“Bosque Encantado” desde la carretera M-501 y donde el grupo perdió a tres de
sus integrantes, ya que Juan Carlos, su hijo y su amigo tenían que estar pronto
de regreso en casa.
El resto del grupo descendimos por la pista asfaltada
hasta llegar a la carretera M-501 junto a la ermita del Cristo de la Sangre de
San Martín de Valdeiglesias, cruzando la carretera e internándonos en el pueblo
de San Martín, para tras reponer agua en una fuente continuar atravesando el
pueblo y dirigirnos hacia la zona del polideportivo y desde allí tomar el
camino de Molino Quemado y a continuación el camino de Navaoncil.
Tras rodar por el camino de Navaoncil, nos desviamos a
la derecha para comenzar a disfrutar “como enanos” con un descenso por un
sendero espectacular entre los pinos recorriendo el Cerro de San Millán por el
que llegamos hasta la orilla del embalse, recorriendo unos metros por la arena
hasta poder “divisar” nuestro objetivo, el puente medieval.
Aprovechamos allí al solecito para hacer la “parada
barrita” de la jornada además de varias fotitos, aprovechando de unos minutillos
de relax antes de retomar la marcha incorporándonos a la carretera M-957 y
ascender durante unos dos kilómetros y medio hasta desviarnos a la izquierda para
incorporarnos a otro precioso sendero que bordea el “Cerro de Valdelaosa” y
realizar un divertido descenso por la “cara sur” del mismo para tras un buen
tramo de senderos enlazar con el “Camino del Camposanto”, tomando a
continuación diversos caminos hasta llegar al “Camino de San Esteban”, poniendo
rumbo hacia la urbanización “El Mirador de Pelayos”, donde nos incorporamos a
lo que nosotros llamamos “los toboganes”, que es un divertido tramo de senderos
sube-baja que transcurren en paralelo a la carretera que va hacia “San Ramón” y
por los que llegamos hasta el GR-10.
Nos dirigimos posteriormente hacia la Plaza Mayor de
Pelayos de la Presa para reponer “líquido elemento”, continuando después por la
travesía de la carretera M-501 para desde allí tomar un sendero que bordea la
nueva estación de tratamiento de aguas y pasar a continuación bajo la carretera
M-501, rodando en paralelo a la misma para bordear el cerro del Cubo e
incorporarnos al trazado de la vía verde del embalse de Picadas.
En el comienzo de la vía verde y “aprovechando” que
Perejil había pinchado, como íbamos bastante retrasados de hora, aconsejamos a
nuestros compañeros de ruta que prosiguieran ellos con dirección hacia el
pueblo, ya que todavía ellos tenían que regresar en coche a sus lugares de
origen, quedándonos un grupo compuesto únicamente por los cinco miembros del
Club y nuestro amigo Javi.
Encantados y felices con la ruta que les habíamos
mostrado, se despidieron de nosotros y se marcharon, mientras un rato después
reanudamos la marcha para recorrer la vía verde a ritmo “tranquilo” ya que Perejil
iba “pidiendo la hora”, ascendiendo después por la carretera y bajando hasta
enlazar con el camino que transcurre por detrás del detrás del Safari Park
hasta conectar con el camino del Molino de Rodeles que nos llevó junto a la
carretera M-507 a la altura de El Rececho.
Atravesamos la carretera y enlazamos con el antiguo
trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, por el que realizamos los últimos
kilómetros de la ruta llegando al pueblo con bastante retraso sobre el horario
habitual, es decir, unos minutos después de las dos de la tarde.
En una jornada con una temperatura espectacular, nos hemos
marcado una ruta de unos 59 kilómetros con la que hemos hecho “las delicias” de
nuestros acompañantes, que han disfrutado muchísimo de los senderos de la zona
del embalse de San Juan al igual que nosotros.
Y el domingo que viene……..¡¡A la Talajara!!.