lunes, 31 de octubre de 2016

Domingo 30 de octubre de 2016 (Visitando la Peña de Cenicientos)



Tras el pasado fin de semana pasado por agua, de nuevo para este domingo se preveía buena climatología, lo que ha debido de influir para que en la Plaza Mayor, lugar habitual de nuestra cita dominical, nos juntáramos un numeroso grupo compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Horacio, Alberto, Noesperoanadie, Jose, Jorge, Perejil y Rafa por el Club, uniéndose a nosotros Paquito “el Máquina”, David y un grupo de “Los Caracoles” compuesto por Dani, Pablo, Infierno y Javi, además de Alejandro.
Tal como habíamos hablado mediante el grupo del whatsapp, había dos posibles itinerarios para la ruta de hoy, el Cerro de San Ramón o la Peña de Cenicientos, y como Jorge no la conocía y estaba empeñado en “debutar con nuestros colores por todo lo alto”, nos decidimos por la segunda opción.
Echamos a rodar a eso de las nueve y diez abandonando la Plaza Mayor poniendo rumbo norte por la calle Reina Sofía, cruzando la carretera M-507 para continuar por la Avenida de la Piscina hasta enlazar con el antiguo camino de Villa del Prado a San Martín de Valdeiglesias, por el que realizamos un rápido ascenso hasta llegar al alto en las faldas del cerro Lucía, donde hicimos una parada para reagruparnos.
Tras unos minutos de esperar a Dani y tras llamarle por teléfono sin obtener respuesta, Alejandro se quedó a esperarle mientras los demás decidimos continuar la marcha hasta llegar a la Cañada de Talavera, girando a nuestra izquierda para hacer frente a la cuesta asfaltada y descendiendo posteriormente hasta la N-403.
Tomamos durante unos metros la carretera y nos desviamos a la izquierda para tomar un camino que tras pasar junto a la laguna del manantial del Andrinoso, nos condujo hasta la carretera M-541, a la que nos incorporamos para rodar por ella durante algo más de unos cinco kilómetros hasta llegar a Cadalso de los Vidrios, atravesando el pueblo y continuando por la misma carretera durante otros cuatro kilómetros hasta en una curva desviarnos a la derecha para “empezar lo bueno”.
Y en esa curva de la carretera tomamos el camino de la Alberca para comenzar con un primer tramo de subida de un kilómetro y medio donde nos movíamos en porcentajes entre el 16% y el 20%, con lo que a alguno le tocó poner pie a tierra durante algunos metros.
El camino de la Alberca desembocó en otro camino por el que continuamos la subida ya de forma más tendida y sin rampas tan duras hasta llegar a un punto donde el camino termina y ya hay que continuar por un sendero hasta llegar a la cima de la Peña de Cenicientos.
Algunos de los integrantes del grupo no quisieron subir hasta la cima y se quedaron en este punto, mientras el resto continuamos por el sendero en bici durante unos metros hasta dejarlas “repartidas” entre los árboles para continuar el tramo final escalando entre las piedras hasta llegar a la cima.
Una vez coronamos, estuvimos durante unos minutos disfrutando de las vistas, realizando la “parada barrita”, y como no, haciéndonos las obligadas fotitos, antes de volver a bajar entre las piedras y retomar las bicis para regresar donde esperaban los que no habían querido subir.
Tocaba entonces el momento de descender, bajando “a toda leche” los cinco kilómetros hasta llegar a la carretera M-541 y tomando después un senderito por el que bajamos hasta el pueblo de Cenicientos, dirigiéndonos después hacia el cementerio y haciendo una paradita junto a la Ermita de la Virgen del Roble para allí en una fuente reponer “agua bendita” antes de poner rumbo de regreso al pueblo.
Tras reponer todos agua, abandonamos Cenicientos tomando el antiguo camino de Cenicientos a Villa del Prado, aunque unos metros más adelante nos desviamos a la izquierda para tomar un senderito que recorríamos por primera vez y que nos hizo disfrutar de la bajada (a unos más que a otros, como siempre) hasta salir a la carretera M-542, que atravesamos para continuar descendiendo hasta el arroyo del Molinillo, donde tomamos un senderito que bordea una finca y asciende por unas lanchas de piedra y que nos llevó hasta la Cañada de Talavera.
Transitábamos por la Cañada de Talavera rumbo al pueblo cuando…¡¡Doble pinchazo!!, Perejil y Jose pinchados, con lo que tuvimos que hacer una paradita para arreglarlos antes de continuar la marcha hasta llegar a la urbanización "El Romillo", donde cruzamos la carretera N-403 para tomar la pista hormigonada que enlaza con la urbanización "El Encinar del Alberche", donde como ya íbamos “pegadillos de hora”, decidimos descender hasta el pueblo por la carretera M-507, reagrupándonos todos frente a la estación de autobuses.
Y así después de mucho tiempo hemos vuelto a visitar la Peña de Cenicientos, realizando una rutilla de unos 48 kilómetros en la que a pesar de rodar por asfalto “más de lo que nos gusta”, nos hemos pasado de hora y hemos llegado más tarde de lo habitual, aunque en contraprestación hemos podido disfrutar de las impresionantes vistas desde la Peña y recorrer un senderito de nuevo descubrimiento desde Cenicientos, todo ello en una mañana con una temperatura espectacular para estar casi en noviembre.



martes, 25 de octubre de 2016

Domingo 23 de octubre de 2016 (Sacando el chubasquero del cajón)



Aunque para la jornada de hoy teníamos previsto realizar nuestra rutilla mensual visitando en esta ocasión el castañar de El Tiemblo, teniendo en cuenta las previsiones meteorológicas (que daban “chuzos” al igual que el sábado), decidimos posponer la ruta para una mejor ocasión, quedando en salir como cualquier domingo desde la Plaza Mayor a las 9 horas.
Y para ello nos dimos cita únicamente cuatro valientes, Eltiolavara, Transcastro, Horacio y Rafa, que “enfundados” en el chubasquero estábamos listos para lo que viniera.
Aunque minutos antes de las nueve había estado “cayendo con ganas”, como si la climatología no quisiera “ser mala” con nosotros poco a poco la lluvia fue disminuyendo hasta que cuando echamos a rodar a eso de las nueve y diez apenas caían unas gotas.
Y en esas pusimos rumbo sur para abandonar Villa del Prado por el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, por el que llegamos hasta la pista asfaltada que enlaza la carretera M-507 con la ermita de La Poveda, donde giramos a la izquierda para tomar durante unos metros la misma y a continuación desviarnos a la derecha para llegar hasta la carretera M-507.
Cruzamos la carretera para incorporarnos al camino del Molino de Rodeles, donde ya empezaba a haber buenos charcos producidos por las lluvias del sábado, y por el que transitamos hasta enlazar con el camino-sendero que transcurre por detrás del Safari Park, y por el que desembocamos en la carretera de Picadas.
Nos incorporamos a la carretera para a buen ritmo realizar el ascenso con posterior descenso hasta el muro del embalse, donde nos sorprendimos al ver cómo el embalse estaba unos cuantos metros por debajo de su nivel habitual, recorriendo a continuación todo el bonito entorno de la vía verde de Picadas esquivando gran cantidad de charcos hasta llegar junto a la depuradora de Pelayos, donde al haber bajado el nivel el embalse quedaba al descubierto una gran playa a la que nos acercamos para hacernos una fotito.
Volvimos sobre nuestros pasos y dejando la depuradora a nuestra derecha comenzamos a ascender por la Cañada de Talavera durante aproximadamente un kilómetro y medio para abandonar la pista asfaltada y tomar un cortafuegos por el que bajamos hasta el arroyo de Las Labores, cruzando el mismo para mediante un sendero enlazar con el Camino de Valdeyeros.
Y transitando por el Camino de Valdeyeros alguno se le ocurrió “mentar” las subida por “Las Zetas”, con lo que a eso le siguió el típico…..¡¡No hay huevos!!, con el resultado de que….¡¡¡Allá vamos!!!.
Así que giramos a la izquierda en una de las calles sin asfaltar para llegar hasta el comienzo del las famosas “Zetas de Pelayos” en la ladera del cerro de las Mucas, que normalmente todo el mundo disfruta de bajada y que supone una subida técnica y bastante exigente aunque ciclable prácticamente al 100%.
Con Rafa en cabeza seguido de Transcastro, Eltiolavara y Horacio, realizamos la exigente subida adelantados por unas motos hasta coronar el cerro de las Mucas, donde hicimos una merecida “parada-barrita” para reponer fuerzas además de contemplar lo bien que al campo le han sentado las lluvias caídas últimamente.
Tras los minutos de relax reanudamos la marcha realizando un rápido descenso por cortafuegos hasta enlazar con el camino de Valdenoches, al que nos incorporamos para continuar bajando hasta la Cañada de Talavera, que tomamos a nuestra derecha para un poco más adelante desviarnos a la izquierda para ascender por un camino entre los pinos y bordear el Cerro Rojo hasta enlazar con el antiguo camino de Pelayos de la Presa a Villa del Prado.
A continuación bajamos unos metros por el camino de Pelayos para en una curva pasar junto a una barrera para tomar un bonito camino que transcurre por la ladera del cerro de Los Lobos, saliendo a un cortafuegos por el que tras una vertiginosa bajada y unos metros de subida enlazamos de nuevo con el camino de Pelayos.
Nos incorporamos al camino para regresar al pueblo disfrutando de la bajada por la humedad del terreno hasta desviarnos a la derecha para continuar bajando por el divertido senderito que nos condujo hasta el depósito del agua de Villa del Prado, desde donde sólo nos restaba un último tramo de descenso entre los tomillos para enlazar de nuevo con el camino de Pelayos a Villa del Prado y recorrer los últimos metros de la ruta.
Aunque al inicio de la mañana, “la cosa” tenía muy mala pinta, al final hemos disfrutado de una mañana estupenda, ideal para disfrutar de la bici sobre todo en las bajadas, en las que podíamos dar “rienda suelta” a las burras ya que a la hora de frenar las ruedas agarraban estupendamente.
Nos han salido una bonita ruta de unos 33 kilómetros en los que la lluvia no ha hecho acto de presencia aunque no sabemos que climatología nos hubiera acompañado en la zona de Casillas-El Tiemblo si no hubiéramos aplazado la ruta……


miércoles, 19 de octubre de 2016

Domingo 16 de octubre (Continuando con los cortafuegos)



Se nota que estamos ya en el otoño y por tanto se hace patente algo de fresquito a primera hora, lo que por supuesto no es impedimento para salir a disfrutar de nuestro deporte, juntándonos en la Plaza Mayor en la jornada de hoy un buen grupo compuesto por Eltiolavara, Perejil, Transcastro, Noesperoanadie, Alberto, Jose, Horacio y Rafa por el Club, además de Paco “el Máquina”, David, y “Los Caracoles” Dani, Jorge y Mariano.
Con cervecitas prometidas al igual que el domingo anterior pero en esta ocasión por Eltiolavara, de nuevo se hacía “necesario” estar prontito de vuelta, así que habría que hacer otra rutilla “corta pero intensa”.
Echamos a rodar poniendo rumbo sur para abandonar el pueblo por la carretera M-540, por la que rodamos unos metros para a continuación desviarnos a la derecha e incorporarnos al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox hasta llegar a la finca "La Blanca".
Allí giramos a la derecha para tomar un camino entre las encinas rumbo norte que nos llevó a pasar las bicis por un par de puertas de madera para poder continuar la marcha ascendiendo por los Valles hasta el Prado de Valdeolivas, desde donde descendimos para dirigirnos hacia las Casas de Valdeolivas.
Continuamos la marcha y un poco más adelante giramos a la derecha para dirigirnos hacia la primera “tachuela” de la jornada, incorporándonos al cortafuegos que delimita las comunidades de Madrid y Toledo, y por el que "despacito y con buena letra" comenzamos a ascender por la ladera del cerro "Cabecita de la Reina".
Durante la subida algunos elementos del grupo tuvieron que hacer algo de “empuja-bike” por primera vez en la mañana, aunque sin muchas dificultades llegamos todos a la cima, donde hicimos una fotito de grupo de la jornada antes de continuar nuestra marcha por el cortafuegos.
Después de un tramo de descenso por el mismo, llegamos a un camino entre los pinos por el que volvimos a salir de nuevo al cortafuegos, por el que bordeando la urbanización de El Encinar del Alberche, tuvimos que hacer frente a unos cuantos “repechones” en los que únicamente Transcastro y Rafa fueron capaces de subirlos sin poner "pie a tierra".
Tras recorrer unos seis kilómetros por el cortafuegos llegamos junto a la carretera N-403, cruzando la misma para hacer una parada de reagrupamiento, ya que a Dani tanta subida “no le había sentado bien”.
Una vez estuvimos todos juntos, reanudamos la marcha por la Cañada de Talavera, aunque tras unos metros no desviamos a la derecha para internarnos en un camino entre los pinos por el que continuar ascendiendo y tras pasar junto a una laguna volver a salir de nuevo a la Cañada de Talavera.
Antes de comenzar a bajar por la pista asfaltada, nos desviamos a la derecha para de nuevo incorporarnos a un cortafuegos que recorre el Cerro Otanejo y donde de nuevo hicimos una paradita para hacernos una fotito de grupo antes de proseguir la marcha realizando un par de bajadas de vértigo por el cortafuegos.
Continuando por el cortafuegos fuimos a salir al antiguo camino de San Martín a Villa del Prado, al que nos incorporamos para realizar los últimos kilómetros, aunque antes de afrontar el descenso final hasta el pueblo nos desviamos a la izquierda para tras pasar una puerta, tomar el camino que discurre por la ladera del cerro Lucía pasando por una explotación ganadera abandonada y enlazar así con el antiguo camino de Villa del Prado a Pelayos.
Tras recorrer unos metros el camino, nos desviamos a la derecha para tomar el divertido senderito que lleva hasta detrás del depósito del agua de Villa del Prado, desde donde continuamos bajando por un sendero entre los tomillos hasta tomar contacto con las calles del pueblo.
Aunque nos ha salido una rutilla cortita en distancia (sólo 26 kilómetros) ha sido intensa de esfuerzos, dándolo todo en las subidas por los cortafuegos, y cumpliendo con el objetivo de estar pronto de vuelta para tomarnos esas cervecitas prometidas ésta vez por Eltiolavara, cosa que hicimos sentados al solecito en la Plaza Mayor mientras comentábamos la jornada.
¡¡¡MUCHAS FELICIDADES, TIOLAVARA!!!.