Continuamos con la ola de calor
que dura ya varias semanas, lo que no ha sido impedimento para que en la Plaza
Mayor a la hora de siempre nos diéramos cita un grupito compuesto por
Eltiolavara, Perejil, Horacio, Transcastro, Jose "el Mara" y Rafa por
el Club, uniéndose a nosotros "Los Caracoles" Dani, Jorge y Javi.
Tras deliberar hacia donde
encaminar nuestras pedaladas, parece que no apetecía mucho comenzar subiendo,
por lo que nos encaminamos hacia el sur para después desviarnos para tomar el
antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox y calentar así las piernas
llaneando un poco.
Por el trazado del ferrocarril
llegamos hasta la pista asfaltada que comunica la carretera M-507 con la ermita
de La Poveda, uniéndose por el trayecto un integrante más al grupo, Luis
"el del Alamín". Tomamos la pista a la izquierda y tras unos metros
nos desviamos a la derecha para tomar un camino por el que salimos a la
carretera M-507, cruzando la misma para tomar el camino del Molino de Rodeles,
por el que rodamos hasta enlazar con el camino-sendero que transcurre por
detrás del Safari Park y llegar hasta la carretera que va desde la M-507 hasta
el embalse de Picadas.
Realizamos el leve ascenso por la
carretera muy diseminados, ya que una parte del grupo quedó atrás debido a que
Jorge había pinchado la rueda trasera, y hubo que hacer una parada para dar
aire a la rueda.
Nos reagrupamos en la presa de
Picadas, comenzando a rodar a buen ritmo por la vía verde del embalse, hasta
que de nuevo la rueda de Jorge dijo "basta" y tuvo que parar a
arreglarla, mientras otra parte del grupo esperábamos a la sombra en la
explanada donde parte la pista que sube hacia "El Morro".
Tras un buen rato de espera por
fin nos reagrupamos todos, continuando la marcha hasta el final de la vía
verde, donde hicimos una breve "parada barrita" antes de continuar
por el sendero que bordea el cerro del Cubo, para después pasar por debajo de
la carretera M-501 y bordear la nueva depuradora de Pelayos.
Mientras cruzábamos la carretera
que va hacia el centro del pueblo, nos encontramos con los hermanos Javi y Jose
Manuel García Gonzalez, que después de hacerse su rutilla emprendían ya el
camino de regreso al pueblo. Allí junto a un hórreo a la entrada de la Colonia
San Antonio nos hicimos todos juntos la foto de grupo de la jornada.
Reanudamos la marcha y nos
incorporamos a la vía verde del ferrocarril del Tiétar (continuación de la vía
verde de Picadas), para rodar por ella durante unos metros antes de desviarnos
a la derecha para comenzar con un periplo de senderos entre los pinos donde
"el tío del mazo" empezaba a dar los primeros golpes a Dani.
Tras recorrer un tramo de
senderos y viendo que Dani iba pegadillo y que el calor empezaba a ser
considerable, decidimos "abortar" la idea de dirigirnos hacia San
Martín, así que bajamos por un camino hasta el pueblo de Pelayos para después
dirigirnos hacia la Plaza y en su fuente reponer agua y darnos "un
refrescón".
Tras unos minutos de relax y
valorar las diversas opciones para emprender el camino de regreso al pueblo,
tomamos la decisión de dirigirnos hacia la cantera que se encuentra en la
ladera del cerro del Las Colmenas, con lo que abandonamos el pueblo de Pelayos
dirigiéndonos hacia la rotonda de la carretera M-501 que hay junto al
residencial "Las Cumbres", pasando después por debajo de la carretera
y rodando en paralelo a la misma con dirección a la cantera.
Cada vez se hacía más patente que
"el tío del mazo" le iba a sacudir bien a Dani, ya que durante el
ascenso desde la cantera el grupo tenía que hacer paradas periódicas para
esperarle.
Realizamos el ascenso y enlazamos
con el camino de la Fuenfría, por el que continuamos ascendiendo con dirección
al pueblo, y allí, tras terminar la parte de ascenso y antes de llegar a la
carretera M-541, viendo que ya íbamos bastante tarde de hora, con su aprobación
dejamos a "Los Caracoles" Jorge y Javi esperando a Dani ("el tio
del mazo" le traía molido) y continuamos el camino hacia el pueblo.
Cruzamos la carretera M-541 y
continuamos por el camino de la Fuenfría, hasta desviarnos más adelante y bajar
por un cortafuegos hasta salir posteriormente a la Cañada de Talavera, la cual
cruzamos para continuar por el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a
Villa del prado, por el que realizamos el descenso final hasta el pueblo.
Hemos llegado al pueblo bajo
"una buena torraera" minutos después de la una y media de la tarde,
después de recorrer unos 45 kilómetros. Posteriormente tuvimos noticias de que "Los
Caracoles" llegaron al pueblo a las dos y pico, sanos y salvos aunque
alguno con un "pajarón de época".