Para hoy teníamos previsto irnos de ruta por la zona de Las Navas del Marqués, pero dada la predicción meteorológica adversa, decidimos posponerlo para mejor ocasión y quedarnos por la zona, y en una mañana nublada y con previsión de lluvia nos hemos reunido en la Plaza Mayor un sexteto compuesto por Eltiolavara, Horacio, Gabri, Alberto, David y Rafa.
Abandonamos el pueblo por el antiguo camino de Villa
del Prado a Pelayos de la Presa, por el que ascendimos durante casi siete
kilómetros hasta desviarnos a la izquierda y recorrer la ladera del Cerro Rojo
para a continuación descender hasta la Cañada de Talavera.
Ascendimos unos metros por la Cañada de Talavera y nos
desviamos a la derecha para tomar el camino de Valdenoches, por el que
ascendimos hasta el cerro que lleva el mismo nombre para posteriormente
descender por el cortafuegos y volver a ascender hasta el Cerro de Las Mucas,
donde hicimos la “parada barrita” de la jornada mientas contemplábamos lo
nublado de la mañana.
Realizamos a continuación el divertido descenso por
las “Zetas de Pelayos” que nos dejó con el “cosquilleo” en los antebrazos y
tomamos un senderito en paralelo a la carretera M-501 durante unos metros para
posteriormente desviarnos hacia la Cañada de Talavera, por la que realizamos el
ascenso por la pista asfaltada y continuamos por la Cañada hasta la laguna del
arroyo de Jaralón, donde nos incorporamos al antiguo camino de Villa del Prado
a Pelayos de la Presa para realizar el ascenso hasta el Cerro Rojo.
Tras llegar al alto, descendimos unos metros y nos desviamos
a la izquierda para pasar una barrera y recorrer la parte de arriba del Cerro
de Los Lobos, realizando posteriormente un divertido descenso por un cortafuegos
hasta llegar al camino de Villa del Prado a Pelayos, por el que continuamos descendiendo
hacia el pueblo.
En la última parte del descenso, nos desviamos a la
derecha para tomar el senderito que va por la parte de atrás del depósito del
agua y disfrutar de los últimos metros de ruta antes de dirigirnos a la Plaza
Mayor para reponer los líquidos perdidos con unas cervecitas.
Aunque nos han caído algunos pequeños chaparrones, la
lluvia nos ha respetado bastante y hemos disfrutado de una fantástica jornada
en la que hemos realizado una ruta cortita de unos 31 kilómetros pero con…….. ¡¡Mil
metros de desnivel!!.