lunes, 26 de enero de 2015

Domingo 25 de enero de 2015 (Jornada de ventolera)



La fuerte climatología en forma de viento no nos echa para atrás y en la Plaza Mayor nos preparamos para disfrutar de la mañana de domingo Horacio, Transcastro, y Eltiolavara por el Club, a los que se nos une Juanra "Molina". Para continuación unirnos al grupo de los Caracoles de Villa del Prado, formado por Dani, Jorge y Javi.
Pareciéndonos bien la idea de ir hacia Escalona, partimos por la antigua vía con el aire de espaldas a un cisco facilón hasta llegar a la urbanización Valcarrillo-Campuzano y desde allí por la carretera hasta Almorojuelo, donde cogemos el camino del rio que lleva a Escalona disfrutando de la bonita senda y las fabulosas vistas del Castillo según nos íbamos acercando.
Ya en el "paseo marítimo" junto al río, hacemos tanto la "parada barrita" como la foto de la jornada para a continuación afrontar "el cuestón imposible" que sube al pueblo, donde Javi es el único que no se raja, teniendo los demás que poner pie a tierra por falta de fuelle.
Ya de paseo por el casco antiguo de Escalona, decidimos tomar dirección Paredes de Escalona, para en la cantera del Diente de la Vieja coger el sendero con dirección a Almorox con la "sorpresa" de que lo han arreglado o estropeado (según para quien) y a nuestro gusto ya NO MOLA NADA
Con un viento de cara que cuesta un triunfo avanzar llegamos a Almorox por el camino del cementerio, donde repostamos agüita Santa para hacer "un poco de marketing" por Almorox e incorporarnos a continuación a la carretera N-403 hasta la gasolinera, donde tomamos el camino que transcurre en paralelo a la misma hasta llegar a la urbanización de Pinar de Almorox, que atravesamos para enlazar con el camino del pinar con dirección a El Encinar del Alberche.
Haciendo ya mella en alguno la paliza del aire y los Km. recorridos, atravesamos la urbanización de El Encinar del Alberche para salir a la carretera M-507 durante unos metros para a continuación desviarnos a la derecha para tomar el descenso por la tubería del agua y afrontar a continuación el último repechón de la jornada para terminar la ruta llegando al pueblo por el Polígono Industrial a la una aproximadamente.
El tiempo se ha portado, hemos tenido un día soleado y sin excesivo frio aunque con "un poquito de aire", que se ha compensado por un buen grupo y buen ambiente. Nos ha salido una rutilla de unos 44 Km en otra jornada de disfrute de nuestra afición a la bici.


martes, 20 de enero de 2015

Domingo 18 de enero de 2015 (Rodando por la nieve)



En una jornada en la que los tejados amanecieron cubiertos de nieve, como no podía ser de otra manera únicamente los "locos" de siempre podían darse cita en la Plaza Mayor, reuniéndonos allí Eltiolavara, Perejil y Rafa.
Sin dar apenas tiempo de cortesía porque teníamos claro que no iba a aparecer nadie más, cayendo algunos pequeños copillos de nieve comenzamos nuestra ruta con el objetivo de subir al "Alto de la Mira", punto más alto de la zona con sus 1.041 metros de altitud y donde pensábamos que podría haber bastante nieve.
Salimos del pueblo por el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias subiendo a ritmo tranquilo con el camino libre de nieve a excepción de unas pequeñas zonas. Cuando llevábamos alrededor de un kilómetro de subida, nos alcanzó Juanra Molina, que imaginándose que en una jornada así iríamos "buscando lo peor", tomó también rumbo "pal monte" siguiendo nuestras rodadas.
Con el trío convertido en cuarteto, realizamos el ascenso con algunas breves paradas para hacernos alguna foto y disfrutar del paisaje nevado, llegando hasta la Cañada de Talavera y atravesándola para continuar la marcha por el cortafuegos camino de San Martín.
Antes de comenzar a descender, nos desviamos a la derecha para hacer frente a las rampas del camino de subida al alto de la Mira por su cara norte, que se hizo más duro de lo habitual por la nieve y la piedra suelta, obligándonos a todos a poner "pie a tierra" en algún momento de la subida.
Conforme subíamos la niebla se iba cerrando más, llegando a la cima con una niebla muy densa que no dejaba ver más de unos metros de distancia. Junto al vértice geodésico hicimos la "parada barrita" de la jornada, más breve de lo habitual para no quedarnos "pajaritos".
Una vez repuestas las fuerzas y tras la fotito habitual, reanudamos la marcha bajando por el cortafuegos de la cara sur, por el que llegamos hasta la Cañada de Talavera. Tomamos la cañada a nuestra izquierda y continuamos bajando durante un kilómetro para a continuación desviarnos a la derecha por un camino entre los pinos por el que ascendimos hasta otro camino que tomamos a nuestra izquierda y que bordeando el cerro Rojo nos llevó hasta el Camino de Pelayos a Villa del Prado.
Cuando ya los copos de nieve empezaban a ser gotas de agua, comenzamos el descenso hacia Villa del Prado disfrutando de un terreno en condiciones perfectas para la bajada, lo que nos hizo bajar a gran velocidad.
Aunque Perejil no estaba mucho por la labor, nos desviamos posteriormente a la derecha para tomar el senderito que va hacia el depósito del agua, que dejamos a nuestra izquierda para terminar sanos y salvos la rutilla mientras ya no quedaba nada de nieve en los tejados del pueblo.
Aunque quizás hubiera entrado mejor un caldito calentito, terminamos la ruta tomándonos una merecida cervecita en el bar, mientras comentábamos las anécdotas de una divertida mañana de bici en la que pudimos rodar por la nieve, sin el sufrimiento y las penurias que tuvimos el año pasado en La Adrada donde cerquita estuvimos de la congelación.
Aunque parezca mentira, ha sido una mañana en la que a pesar de estar nevando, ha hecho menos frío que otros domingos anteriores en los que hemos salido con "una buena pelona", ya que la nieve al no calar, ha hecho que tuviéramos las manos calentitas en todo momento.
La ruta ha sido cortita, únicamente de unos 22 kilómetros pero durilla por la subida al Alto de la Mira, por lo demás, el cuarteto hemos quedado encantados con esta nueva experiencia con la nieve en una mañana que hemos disfrutado un montón.




lunes, 12 de enero de 2015

Domingo 11 de enero de 2015 (descubriendo nuevos sitios)



En una nueva jornada con hielo al amanecer aunque algo menos que en días anteriores nos hemos dado cita en la Plaza Mayor a la hora de siempre Eltiolavara, Manolo Beades, Transcastro, Horacio y Rafa.
Como es habitual en los días fríos y con la idea de entrar pronto en calor, nada mejor que empezar subiendo unas buenas cuestas para ello, así que salimos de la Plaza con dirección norte para tras pasar junto a la piscina municipal, desviarnos a la derecha para dirigirnos hacia el camino de Pelayos y tratar de realizar la ruta que teníamos previsto hace un par de domingos y que no pudimos finalizar porque estaban preparando una montería, en la que teníamos previsto dirigirnos hacia el Cerro Portalito, inédito para nosotros hasta ahora y que se encuentra junto al embalse de Picadas en su orilla izquierda, desde donde pensábamos tener unas vistas nuevas del embalse.
Comenzamos el ascenso por el camino de Pelayos, por un lado Eltiolavara y Horacio subiendo a buen ritmo, y por otro Manolo, Transcastro y Rafa, tomándoselo con más tranquilidad y sin prisas.
Con unos minutos de diferencia entre los dos primeros y el resto, nos reagrupamos todos en el alto, para a continuación girar a la izquierda y continuar ascendiendo aunque más levemente para mas adelante desviarnos a la derecha y tomar un camino que tras pasar por un pequeño pinar nos llevó a descender hasta la Cañada de Talavera.
Rodamos por la Cañada durante unos metros y a continuación nos desviamos a la izquierda para dirigirnos hacia el cerro de las Mucas, que después bordeamos por su parte sur para salir al cortafuegos que baja desde su cima y por el que descendimos hasta llegar junto a la laguna formada por el arroyo de las Labores.
Continuamos después ascendiendo otros pocos metros por la Cañada de Talavera desviándonos a continuación a la derecha para dirigirnos hacia el cerro del Pajar del Fraile, que fuimos bordeando hasta desviarnos a la derecha para tras pasar una barrera tomar el camino que nos llevaría hasta nuestro objetivo, el cerro Portalito.
Comenzamos haciendo frente a un tramo de subida con una buena rampa para ascender a la Loma del Gallo, desde donde a continuación descendimos hacia el cerro Portalito mientras en nuestra mente quedaba que después tendríamos que subir todo lo que estábamos bajando.
Una vez conseguido nuestro objetivo, sentados al solecito hicimos la "parada barrita" de la jornada, aunque debido a la arboleda del monte no conseguimos tener una buena vista del embalse.
Tras reponer fuerzas, retrocedimos sobre nuestros pasos haciendo frente a unos buenos repechones para volver al camino que va hacia el Cerro Pocito y desde allí dirigirnos hacia la trialera que baja hasta el embalse de Picadas y descender hasta la orilla del mismo, donde nos reagrupamos tras realizar todos la bajada sin problemas.
Tras reponer fuerzas, continuamos la marcha por la vía verde de Picadas, que recorrimos a buen ritmo hasta llegar a la presa, continuando después con la subida por la carretera hasta desviarnos a la derecha para tomar el camino que va por detrás del Safari-Park para más adelante salir a la carretera M-507 a la altura de el vivero, donde cruzamos la misma para incorporarnos después al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, y regresar al pueblo ¡¡milagrosamente sin el aire en contra!!.
Nos ha salido una rutilla de unos 35 kilómetros en una mañana que como las últimas empieza fresquita y conforme avanza se va quedando despejada y con solecito, ideal para disfrutar de la bici.



miércoles, 7 de enero de 2015

Domingo 4 de enero de 2015 (Estrenando el año)



Primer domingo del año, y en una mañana fresquita por la "pelona" caída durante la noche, nos hemos reunido en la Plaza Mayor a la hora de siempre un grupito mayor de los esperado compuesto por Eltiolavara, Perejil, Senderitos, Jose "Mara", Manolo Beades, Horacio, Horacio "Junior", Transcastro y Rafa.
Tras los minutos habituales de cortesía, comenzamos la ruta saliendo del pueblo por el camino de Almorox pasando por el polígono industrial, cruzando el arroyo Arrelobos y ascendiendo después por un bonito sendero entre las jaras hasta llegar a un pequeño alto donde tras una breve paradita bajamos hasta el arroyo Arrofresno, desde donde tomamos dirección sur rodando en paralelo a su cauce hasta desviarnos a la derecha para haciendo frente a una buena rampa subir hasta el camino del Majanal, que se dirige hacia la urbanización de El Encinar del Alberche.
Cruzamos el camino y descendimos hacia una laguna formada por el arroyo de Navacarrala, ascendiendo a continuación por un sendero entre las jaras que nos llevó a salir de nuevo a un punto más adelante del camino del Majanal, por el que continuamos ascendiendo hacia El Encinar del Alberche.
Tras cruzar el camino que sube desde el trazado del ferrocarril, comenzamos a bordear la urbanización por el cortafuegos que transcurre por su parte sur, haciendo frente a un par de buenos cuestones donde algunos tuvieron que poner pie a tierra, en especial Jose, que sufrió "un pajarón" que a punto estuvo de hacerle dejar allí el desayuno.
Tras unos minutitos de descanso en el alto para que Jose se recuperara, continuamos por el cortafuegos y tras cruzar una pequeña alambrada y subir una buena cuesta llegamos hasta el comienzo de la pista forestal que enlaza las urbanizaciones de El Encinar de Alberche y Pinar de Almorox, a la que nos incorporamos con dirección a esta última.
Rodando por la pista y tras "acortar" por un sendero, llegamos hasta Pinar de Almorox, que atravesamos para llegar hasta la carretera N-403, donde cruzamos para rodar en paralelo a la misma durante unos metros hasta desviarnos a la izquierda por un camino y a continuación un sendero que nos llevó hasta la parte de atrás de la urbanización de El Romillo.
Desde allí nos dirigimos hacia el pantanillo que hay detrás de la urbanización, donde tras pasar sobre el muro de la presa mojándonos un poco los pies, junto al agua y al solecito hicimos la "parada barrita" así como la obligada foto de la jornada, antes de continuar la marcha por el bonito sendero que transcurre junto al pantano y que nos llevó hasta la Cañada de Talavera.
Tomamos durante unos pocos metros la Cañada, y a continuación nos desviamos por un camino-sendero entre los pinos por el que ascendimos hasta llegar a la carretera M-507 en las cercanías del Cruce con la N-403, donde tuvimos que hacer una parada de reagrupamiento viendo que Senderitos y Horacio venían "cascadillos" y todavía teníamos que regresar al pueblo.
Proseguimos a continuación la marcha rodando entre los pinos por un camino y a continuación un cortafuegos que transcurre en paralelo a la carretera N-403 y que nos hizo darlo todo, terminando casi con las fuerzas de Horacio y Senderitos, que de vez en cuando nos dedicaba su característico piropo..........¡¡CABRONES, QUE SOIS UNOS CABRONES!!.
Tras otra parada de reagrupamiento junto a la N-403 tras cruzar la misma, continuamos ascendiendo entre los pinos hasta salir a la Cañada de Talavera, cruzando la misma para continuar nuestro ascenso entre los pinos que nos llevó a salir a la misma Cañada pero en la parte de arriba
Después de recorrer unos metros por la parte asfaltada de la Cañada, nos desviamos a la derecha en una barrera enlazando por un senderito con el cortafuegos que bordea la finca de Las Tejoneras por el que después de un par de vertiginosas bajadas (los que no bajaron andando) y un tramo rompepiernas de "sube y baja" enlazamos con el camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado, por el que realizamos el descenso final hasta el pueblo con Senderitos y Horacio "pidiendo la hora" a gritos.
Aunque la mañana empezó fría, al final ha sido soleada y de temperatura "agradable" para la época que estamos. Hemos hecho una bonita rutilla de solamente unos 27 kilómetros, prácticamente casi toda por senderos y caminos poco transitados, pero rompepiernas a tope, lo que a alguno les ha costado un "pajarón" de campeonato.
Y para inaugurar el año, nada mejor que terminar la jornada donde la empezamos, en la Plaza Mayor, aunque ahora tomando una cervecita (o cola-cao calentito) sentaditos al sol mientras charlábamos tranquilamente de nuestras cosillas.