Primer domingo de otoño y parece que se empieza a notar el cambio en las temperaturas, ya que la sensación era de “fresquete”, por lo que algunos ya hemos sacado del armario la manga larga reuniéndonos en esta ocasión en la Plaza Mayor un grupito compuesto por Eltiolavara, Alberto, César, Horacio, Rafa y Adrián.
Decidimos poner rumbo hacia la zona de Chapinería,
pero para entrar pronto en calor había que comenzar subiendo, y nada mejor para
esto que abandonar el pueblo con dirección norte para dirigirnos hacia el
depósito del agua y tomar “el reguero”, donde tras unos pocos metros ya
habíamos “perdido el frío”.
Tras ascender por “el reguero” enlazamos con el
antiguo camino de Villa del Prado a Pelayos de la Presa, por el que continuamos
ascendiendo para posteriormente descender hasta la laguna que forma el arroyo
de Las Labores, la cual está “pidiendo a gritos” que llueva.
Desde ahí nos dirigimos hacia la “Loma de Las Labores”
y afrontar a continuación un divertido descenso por una trialera hasta el
embalse de Picadas, recorriendo la vía verde durante unos metros para posteriormente
desviarnos a la izquierda y comenzar a ascender hacia la urbanización “El Morro”,
atravesando la misma para poner rumbo hacia Chapinería incorporándonos al
sendero que transcurre sobre la conducción Picadas-Valmayor y desviándonos a la
derecha por el camino de Socaancho.
Tras rodar por el camino de Socaancho, nos desviamos a
la izquierda para recorrer la zona de Las Mojoneras y enlazar con diversos
senderos hasta llegar a la carretera M-510, la cual atravesamos para continuar
hasta Chapinería.
Nos hicimos la fotito de grupo de la jornada junto a
la iglesia del pueblo y continuamos la ruta para hacer un descenso que no
habíamos hecho hasta ahora por un sendero que nos llevó hasta la estación depuradora
de aguas de Chapinería, desde donde continuamos para dirigirnos hacia la zona
de Las Esperillas y ascender hasta enlazar con la Cañada Segoviana, por la que
realizamos un rápido descenso hasta Aldea del Fresno.
Bordeamos el pueblo por el camino que transcurre junto
al río hasta llegar al puente de La Pedrera, donde nos incorporamos a la
carretera M-507 durante unos kilómetros hasta desviarnos a la izquierda por el
camino de La Poveda y tras pasar por la ermita, incorporarnos de nuevo al
trazado del ferrocarril Madrid-Almorox para regresar al pueblo tras haber
realizado una bonita ruta de unos 45 kilómetros.
Y al llegar al pueblo nos esperaban unas cervecitas
prometidas por Alberto con motivo de su cumpleaños, con lo que una vez más
terminamos la jornada de una forma fantástica.
¡¡Muchas felicidades, Alberto!!