martes, 27 de febrero de 2018

Domingo 26 de febrero de 2018 (Probablemente el inicio de ruta más frío del invierno)



La jornada de hoy ha amanecido despejada aunque muy fría, dándonos cita en la Plaza Mayor a la hora habitual únicamente un trío compuesto por Eltiolavara, Perejil y Rafa, siendo el día de “menor afluencia” en lo que va de año.
Con previsión de “investigar” unos senderos por la zona de Navas del Rey comenzamos nuestra ruta abandonando el pueblo hacia el sureste para tomar el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, por el que con “estalactitas” en la nariz y sin sentir los dedos de las manos por el frío llegamos hasta la pista asfaltada que va hacia la ermita de La Poveda, atravesando la misma para continuar por el trazado del ferrocarril (invadido en un tramo por las zarzas) atravesando la finca “El Rincón” hasta salir al camino de La Poveda.
Tras parar un momento para intentar calentarnos las manos con el aliento, continuamos la marcha por el camino de La Poveda con dirección a la carretera M-507, donde al llegar nos incorporamos al senderito que transcurre entre las encinas en paralelo a la misma y por el que llegamos hasta el puente de “La Pedrera”.
Pasamos por debajo del mismo y continuamos por el camino que bordea el pueblo junto al cauce del río Perales hasta llegar a la carretera M-501, incorporándonos a la misma hasta enlazar con el comienzo de la Cañada Segoviana, en la que por fin tras unos minutos de subida pudimos entrar en calor y “descongelar” los dedos de las manos.
Abandonamos más adelante la Cañada Segoviana para desviarnos a la derecha y descender por un senderito entre las encinas por la zona de “Las Esperillas”, cruzando a continuación el arroyo de la Oncalada para comenzar el ascenso hacia Chapinería por el camino de Las Labores.
Ya en las cercanías de Chapinería, vimos un sendero que salía a nuestra derecha y ya que íbamos en jornada de investigación pues…….¡¡vamos allá!!. Por el senderito fuimos bordeando el pueblo por su parte norte, cruzando un arroyo por un puente de madera y llegando hasta la carretera M-501, pasando bajo la misma para continuar por el sendero saliendo finalmente a una de las entradas de la urbanización Valquigoso.
Pusimos entonces dirección a la urbanización, aunque posteriormente nos desviamos a la izquierda por otro camino por el que rodamos entre las vacas hasta que……….nos quedamos sin camino!!, teniendo que recorrer unos metros “campo a través” hasta llegar a una valla de piedra que nos separaba de la carretera M-510.
Sorteamos la valla y descubrimos una fuente-abrevadero entre unas zarzas, donde aprovechamos para realizar la “parada barrita” de la jornada además de la fotito de grupo habitual.
Tras reponer fuerzas, reanudamos la marcha incorporándonos a la carretera M-510 intentando buscar algún camino que nos llevara en dirección a Navas del Rey, para lo que tuvimos que rodar por la misma alrededor de un kilómetro hasta tomar un camino a nuestra izquierda por el que conseguimos salir a la conducción de agua “Picadas-Valmayor”, por la que pusimos rumbo hacia Navas del Rey.
A pocos metros de Navas del Rey, nos desviamos a la derecha por la zona del tiro al plato para cruzar bajo la carretera M-501 por el agujero de un puente y continuar ascendiendo hacia la zona del “Castillito” y de allí hasta el pinar, punto donde comenzaba la “zona de exploración de la jornada”.
Y comenzamos a “explorar” bordeando el “Pinar del Monje” por un camino-cortafuegos donde Perejil ya comenzaba a dar “signos de flojeo”, llegando a la parte norte del pinar y desviándonos a la izquierda para tomar un camino que a continuación se convertía en un divertido y estrecho senderito que transcurre por la ladera del cerro del Monje y por el que llegamos hasta el camino de La Jimena.
Tras ascender unos metros por el camino de La Jimena, pusimos rumbo hacia Navas del Rey para bordear el pueblo por unos senderos y tras atravesar la carretera M-855 continuar por otro tramo de camino hasta salir a la carretera que une Navas del Rey con la urbanización “El Morro”, llegando hasta esta última para descender a continuación hasta el embalse de Picadas.
Proseguimos la marcha por la vía verde de Picadas, “pendientes del retrovisor” ya que Perejil venía “con lo justito”, por lo que tuvimos que aflojar el ritmo hasta llegar al muro de la presa, pasando a continuación sobre el mismo y realizando después con la subida por la carretera parando en el alto para esperar la llegada de Perejil, donde una vez reagrupados reanudamos la marcha bajando por la carretera hasta desviarnos a la derecha para tomar el camino que va por detrás del Safari-Park y que nos llevó a salir a la carretera M-507 a la altura de El Rececho, cruzando la carretera para incorporarnos después al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox y regresar al pueblo.
La mañana empezó muy fría, aunque al estar el cielo despejado finalmente la temperatura se quedó “más agradable”, realizando una rutilla de unos 44 kilómetros en la que hemos descubierto unos nuevos senderos muy chulos, a los que claro está que tendremos que volver en otra ocasión.

miércoles, 21 de febrero de 2018

Domingo 18 de febrero de 2018 (Visitando la zona de Entrepinos)



Hoy el domingo ha amanecido fresquito, aunque con un cielo despejado que hacía prever que durante la segunda mitad de la ruta nos iba a acompañar una temperatura “agradable” para la época que estamos.
La “noche de carnaval” en Villa del Prado parece que ha influido para que en la Plaza Mayor a la hora habitual nos juntáramos únicamente un quinteto compuesto por Eltiolavara, Perejil, Horacio y Rafa por parte del Club además de Jose Manuel, que tras su primera experiencia con nosotros el domingo pasado se ha animado a repetir.
Y allí en la Plaza decidimos hacer un recorrido hacia Entrepinos, donde hacía bastante que no recorríamos los senderos de la zona, por lo que con ese objetivo abandonamos el pueblo por el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado, con ritmo tranquilo ya que Horacio y Perejil no se encontraban “muy allá” de fuerzas.
Poquito a poco realizamos los cinco kilómetros de la subida para reagruparnos en el alto en la ladera del cerro de Santa Lucía y continuar con dirección hacia la Cañada de Talavera, abandonando el camino unos metros más adelante para incorporarnos a un cortafuegos “sube-baja” por el que llegamos hasta los pies del cerro Otanejo, desde donde tomamos un senderito que transcurre junto al arroyo del Bodegón y que nos llevó hasta la Cañada de Talavera.
Nos incorporamos entonces a la Cañada de Talavera, donde giramos a nuestra izquierda para hacer frente a la cuesta asfaltada y posteriormente descender con dirección hacia la carretera N-403, a la que nos incorporamos durante unos pocos metros hasta desviarnos a la izquierda para abandonar el asfalto y tomar un camino para dirigirnos hacia la laguna del Manantial del Andrinoso.
Bordeamos la laguna por un sendero y cruzamos a continuación el arroyo del Linar para dirigirnos hacia la carretera M-541, la cual atravesamos para enlazar con la vía pecuaria del arroyo del Boquerón, aunque antes de empezar a bajar nos incorporamos a un sendero a nuestra derecha por el que más adelante y tras zigzaguear entre los pinos descendimos hasta la vía pecuaria. (Siempre buscando los senderos aunque demos más vuelta, ¡¡Somos así!!).
Una vez en la vía pecuaria, “enfilamos” hacia abajo y rodando a buen ritmo “a favor del terreno” llegamos hasta la urbanización “El Mirador de Cadalso” junto a la carretera M-542, donde cruzamos la misma para incorporarnos al camino que transcurre en paralelo al arroyo de Tórtolas y por el que llegamos hasta el comienzo de la subida hacia Entrepinos.
Afrontamos entonces ese intenso “poco más de un kilómetro” zigzagueante y técnico donde únicamente Eltiolavara y Rafa llegaron hasta el final sin bajarse, mientras que Perejil, Jose Manuel, y sobre todo Horacio, hacían algo de “empuja-bike”.
Al llegar arriba a la urbanización, aprovechamos para darnos un respiro y al solecito hacer la “parada barrita” de la jornada, además de nuestra obligada fotito de grupo.
Tras los minutos de relax, reanudamos la marcha recorriendo la calle que bordea la urbanización por su parte sur hasta llegar a un camino que a continuación se convertía en un divertido sendero que fuimos siguiendo, siguiendo……..hasta que no hubo salida!!!.
Retrocedimos sobre nuestras rodadas y conseguimos enlazar con el “sendero correcto” recorriendo toda la parte de arriba del cerro y a continuación bajando entre los matorrales hasta la carretera M-542, cruzando la misma y el arroyo Tórtolas para incorporarnos de nuevo a la vía pecuaria del arroyo del Boquerón, aunque ésta vez realizándola “cuesta arriba”.
Con Jose Manuel imprimiendo un ritmo “fuertecillo”, únicamente Eltiolavara y Rafa pudieron seguirle, quedándose Perejil y Horacio bastante rezagados en la subida, debiendo esperar el “trío de cabeza” unos cuantos minutos en el alto hasta poder reagruparnos.
Ya todos juntos continuamos “rehaciendo” el camino tomando unos metros la carretera N-403 y a continuación la pista asfaltada hasta enlazar con la cañada de Talavera, aunque antes de comenzar a bajar por la cuesta nos desviamos por un sendero para incorporarnos al cortafuegos que recorre el cerro de Pino Águila y descender hasta el arroyo del Bodegón, desde donde realizamos a la inversa que al principio de la ruta el tramo sube-baja hasta enlazar con el camino de San Martín.
Antes de comenzar el descenso final hasta el pueblo nos desviamos a la izquierda para tras pasar una puerta, tomar el camino que recorre la ladera del cerro Lucía pasando por una explotación ganadera abandonada y enlazar con el antiguo camino de Villa del Prado a Pelayos de la Presa, recorriendo unos metros por el mismo hasta desviarnos a la derecha tomando el divertido senderito que lleva hasta detrás del depósito del agua de Villa del Prado y continuar desde allí hasta el pueblo.
Aunque la mañana comenzó fesquita, al final como se preveía terminamos con una “temperatura agradable”, realizando una bonita ruta de unos 39 kilómetros en la que como es habitual hemos disfrutado muchísimo de nuestro deporte.

martes, 13 de febrero de 2018

Domingo 11 de febrero de 2018 (Sendereando por tierras de Almorox)



En una jornada que ha amanecido “más suavecita” de lo esperado y con buena previsión meteorológica nos hemos reunido un buen grupo compuesto por seis integrantes del Club (Eltiolavara, Jorge, Javichy, Perejil, Granaíno y Rafa), dos de la U. C. Villa del Prado (Juan Carlos y Miguel), nuestro amigo Javi de El Encinar y dos “debutantes” con nosotros, Javi y Jose Manuel, a los que llevábamos tiempo invitando a probar una salida con nosotros pero que hasta la fecha “no se habían animado”.
En esta ocasión habíamos previsto una ruta por tierras de Almorox en la que investigaríamos unos nuevos senderos además de visitar la zona de “San Julián” donde contemplar unos restos arqueológicos con alguna tumba excavada en la piedra, y para ello abandonamos el pueblo con rumbo suroeste para tomar un camino por el que dirigirnos hacia el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox.
Nos incorporamos al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox y rodando a buen ritmito para entrar en calor llegamos hasta la finca "La Blanca", donde giramos a la izquierda para llegar hasta las inmediaciones de la carretera M-540, donde tomamos un senderito que transcurre en paralelo a la misma sobre la conducción de agua que va a la urbanización de Las Hoyas.
Llegamos a la entrada de la urbanización y comenzamos a bordearla por un camino-sendero entre las encinas que en leve ascenso nos condujo hasta las casas de Valdeolivas, desde donde pusimos rumbo hacia Almorox.
Ya en las cercanías de Almorox tomamos un camino a nuestra derecha que transcurre por la ladera del Cerro Miradero, enlazando a continuación con el Camino de la Fuente por el que llegamos finalmente hasta Almorox.
Una vez en Almorox, callejeamos un poco para atravesar el pueblo y dirigirnos hacia la Ermita de la Virgen de la Piedad, tomando a continuación un camino para descender hasta el arroyo de Tordillos, que cruzamos por un puente para a continuación pasar bajo la carretera M-544 y comenzar a ascender por el antiguo camino de Cadalso de los Vidrios a Almorox.
A los pocos metros de comenzar el ascenso nos desviamos a la izquierda siguiendo las indicaciones hacia la “Ermita de San Julián”, haciendo frente a una buena cuestecita en la que algunos “más fuertes” como Juan Carlos y Miguel subían como un cohete mientras otros como Perejil sufrían en las cuestas arriba.
Mientras íbamos subiendo comentó Javichy…¿conocéis un sendero que baja hasta un puentecito de madera?......Pues no lo conocemos!!, y en esas recorrimos diversos camino hasta llegar al objetivo de la ruta, una enorme piedra con inscripciones y huecos además de una tumba excavada en la misma, donde aprovechamos para hacer la “parada barrita” de la jornada además de la foto de grupo.
Tras los minutillos de relax reanudamos la marcha “haciendo investigación” tomando una serie de senderos que nos llevaron hasta La Cañada de Talavera, donde al hacer una parada de “reagrupamiento” y como íbamos “bien de hora” Javichy propuso enseñarnos el sendero que anteriormente nos había comentado, a lo que claro está que respondimos afirmativamente.
Por lo que tras rodar poco más de un kilómetro por la Cañada de Talavera nos desviamos a la derecha para tomar el antiguo camino de Cadalso de los Vidrios a Almorox, por el que comenzamos a bajar para tras unos pocos metros desviarnos a la derecha para tomar un sendero por el que enlazamos con el camino de Las Tejoneras para continuar descendiendo hasta el desvío donde anteriormente habíamos comenzado a ascender con destino hacia la ermita de San Julián.
De nuevo tocaba subida, aunque tuvimos que hacer una parada imprevista por avería de Javichy, al que se le quedó la cadena atascada entre los dos platos y no había manera de sacarla, teniendo que aflojar los tornillos para poder liberarla y continuar la marcha.
Nos pusimos entonces “en manos de Javichy”, que se puso en cabeza del grupo para guiarnos, comenzando la subida por la Senda del Cerro Cruz para tras unos metros desviarnos a la derecha y comenzar a descender por un sendero hasta el arroyo Tordillos, que efectivamente cruzamos por un puentecillo de madera para a continuación hacer frente a una buena subidita para enlazar con un camino por el que llegamos hasta la carretera N-403 en las cercanías de la urbanización Pinar de Almorox.
Con la intención de reponer agua nos dirigimos hacia la fuente que se encuentra junto a las pistas de tenis, aunque……..¡¡nuestro gozo en un pozo!!, la fuente no tenía agua, así que continuamos atravesando la urbanización para salir al camino que sube hacia El Encinar del Alberche, por el que comenzamos a ascender entre las vacas que tranquilamente pastaban hasta desviarnos a la derecha para realizar un rápido descenso hasta la pista que enlaza las dos urbanizaciones.
Llegamos a El Encinar del Alberche y tomamos una calle para enlazar con el cortafuegos que bordea la urbanización, abandonando Javi el grupo para irse para casa mientras el resto bordeábamos la urbanización haciendo frente al buen repechón del 26% de inclinación donde algunos tuvieron que poner pie a tierra.
Tras terminar de bordear la urbanización descendimos por un camino hasta el arroyo de Arrofresnos, donde a continuación nos esperaba de nuevo un buen rampón del 20% para subir la ladera del cerro Crespo para a continuación bajar por un divertido senderito entre las encinas hasta el arroyo Arrelobos, continuando con la subida final y posterior descenso que nos condujo hasta el Polígono Industrial, donde llegamos alrededor de la una menos veinte del mediodía.
Y como alguien propuso tomarnos unas cervecitas, pues nos dirigimos hacia la Plaza Mayor para sentarnos al solecito y “reponer líquidos” mientras comentábamos la jornada además de otras cuestiones.
Tal y como tenía pinta, al final se ha quedado una mañana estupenda con una buena temperatura para lo que viene siendo habitual, habiéndonos hecho una bonita ruta de unos 40 kilómetros con bastante senderito y en la que de nuevo hemos conocido nuevos caminos y senderos por los que no habíamos pasado antes.