Nos encontramos ya inmersos en el verano y con el calorcito todos vamos haciendo alguna visita a la playa, por lo que últimamente el grupo ha disminuido en algunas unidades. Aún así, dispuestos a disfrutar de otra mañana de bici nos hemos reunido en la Plaza Mayor un grupito compuesto por Eltiolavara, Transcastro, David, Horacio y Rafa, uniéndose también a nosotros para disfrutar de la jornada Javi “Tresme”.
Para esta ocasión, el Presi había preparado una rutilla con destino a Rozas de Puerto Real, localidad que hacía mucho que no visitábamos, así que tras esperar los “minutillos de cortesía” por si venía algún rezagado emprendimos la marcha abandonando el pueblo por el Polígono Industrial para dirigirnos hacia El Encinar del Alberche y atravesar la urbanización para descender hasta El Romillo e incorporarnos a la Cañada de Talavera.
Tras unos metros por la Cañada, nos desviamos a continuación a la derecha para tomar el camino del Pajar del Mudo y poner así rumbo hacia Cadalso de los Vidrios, atravesando el pueblo para tomar el camino de La Higuera, por el que “picando p’arriba” llegamos tras unos cinco kilómetros a la carretera M-546, por la que tras rodar un par de kilómetros llegamos a Rozas de Puerto Real.
Hicimos junto a una fuente la “parada barrita” de la jornada y reanudamos la marcha para abandonar el pueblo y dirigirnos hacia el cementerio, donde tomamos el camino de Las Rozas a Cadalso y tras ascender hasta la carretera M-507 descendimos de nuevo por un divertido sendero que nos llevó hasta el arroyo Tórtolas, junto al que continuamos rodando para posteriormente incorporarnos a la vía pecuaria del arroyo del Boquerón.
Ascendimos por la vía pecuaria para dirigirnos hacia la Cañada de Talavera e incorporarnos al antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado y posteriormente el antiguo camino de Pelayos de la Presa a Villa del Prado y regresar al pueblo.
En esta ocasión nos ha salido una bonita ruta de unos 47 kilómetros que hemos realizado “a buen ritmo”. La climatología ha sido benévola, ya que una brisilla nos ha acompañado durante toda la jornada haciendo que no pasáramos mucho calor.
