Y después de
mucho esperar……..¡¡Por fin llegó el día de abandonar la ropa de invierno!!!.
Con una previsión de más de 20 grados a medio día nos dimos cita en la Plaza
Mayor a nuestra hora habitual un quinteto compuesto por Eltiolavara, Perejil,
Horacio, Transcastro y Rafa.
Pese a la
buena climatología el grupo no ha aumentado de unidades con respecto al domingo
pasado, pero al menos tampoco ha disminuido. Esperemos que en próximos domingos
vaya el personal animándose a salir de “su madriguera”.
Ante la
agradable temperatura y al no ser necesario entrar en calor rápidamente,
decidimos comenzar la ruta de manera más tranquila, por lo que pusimos rumbo
hacia el suroeste para al igual que el domingo anterior abandonar el pueblo por
la carretera M-540 para seguidamente incorporarnos al antiguo trazado del
ferrocarril Madrid-Almorox y continuar rodando a buen ritmo hasta la finca
"La Blanca".
Abandonamos
entonces el trazado del ferrocarril girando a nuestra derecha para comenzar a
ascender hacia El Encinar del Alberche por el camino del Majanal, con Perejil
cerrando el grupo como era de esperar.
Llegamos
hasta el cortafuegos que bordea la urbanización y comenzamos a bordear la misma
hasta enlazar con la pista que va desde El Encinar del Alberche a la
urbanización de Pinar de Almorox, a la que nos incorporamos durante unos pocos
metros antes de desviarnos a la izquierda para tomar el divertido y estrecho
senderito entre los pinos y encinas de alrededor de un kilómetro por el que
llegamos hasta los pies del “Cerro de la fuente de Riofrío”, donde nos esperaba
un “cuestón” cortito pero intenso, con un tramo del 24% de inclinación donde
únicamente Rafa pudo subirlo dando pedales (además, claro está, de Horacio con
su e-bike).
Tras unos
segunditos en el alto para “recuperar resuello”, continuamos ascendiendo
durante unos metros más hasta llegar al depósito de agua de la urbanización
Pinar del Almorox, donde abrimos la valla de alambre para bordeando la
urbanización descender hasta la carretera N-403, cruzando a continuación la
misma para tomar un camino que con diversos “sube-baja” nos llevó hasta el
arroyo Tordillos, sobre el que cruzamos por un puente (con bastante miedito y
expectación por si alguno de nosotros terminaba “de patas en el arroyo”) ya que
al parecer la riada que el arroyo debió llevar semanas atrás arrastró el puente,
que permanece allí gracias a las zarzas que hicieron de barrera……
Una vez
cruzado el arroyo tocaba realizar unos metros de ascenso hasta enlazar con la Senda
del Cerro Cruz, por la que continuamos ascendiendo hasta desviarnos a la
derecha para tomar un camino por el que llegamos hasta el pequeño embalse del
Romillo, junto al cual aprovechamos para realizar la “parada barrita” de la
jornada además de una fotito de grupo.
Después de
reponer fuerzas, retomamos la marcha por el senderito que transcurre junto al
pantano hasta llegar a la Cañada de Talavera, a la que nos incorporamos durante
unos metros para después girar a la izquierda y rodar junto al cauce del arroyo
de Labros, no pudiendo resistirnos a hacernos una fotito en unas rocas junto al
mismo, ya que era un sitio espectacular.
Tras las
fotos reanudamos de nuevo la marcha para rodando entre los pinos llegar hasta
la carretera M-507, cruzando a continuación la misma para continuar rodando por
un cortafuegos en paralelo a la N-403 donde en algunos tramos el terreno se
encontraba bastante “blandito”, lo que nos hizo “apretar bien de riñones” para
no quedarnos “clavados” en el barro.
Recorriendo
el cortafuegos llegamos hasta una puerta por la que cruzamos al otro lado de la
carretera N-403 para continuar ascendiendo aunque ahora de manera más suave por
la Cañada de Talavera hasta su parte asfaltada, donde tras bajar a toda
velocidad por la cuesta nos desviamos a la derecha para tomar el antiguo camino
de Villa del Prado a San Martín de Valdeiglesias.
Antes de
comenzar el descenso final hasta el pueblo nos desviamos a la izquierda para tomar
el camino que recorre la ladera del cerro Lucía pasando por una explotación
ganadera abandonada y enlazar con el antiguo camino de Villa del Prado a
Pelayos de la Presa, recorriendo unos metros por el mismo hasta desviarnos a la
derecha y tomar el divertido senderito que lleva hasta detrás del depósito del
agua de Villa del Prado y continuar desde allí hasta el pueblo.
Por fin hemos disfrutado de una mañana de auténtica primavera, con el campo
en un estado espectacular y…..¡¡ Por fin con las patas al aire!! (que ganas
teníamos ya de quitarnos el culotte de invierno).
Al final nos
ha salido una bonita ruta de unos 39 kilómetros bastante “rompepiernas” en la
que como es habitual hemos disfrutado muchísimo de nuestro deporte, una lástima
los que se lo han perdido por quedarse en casa………