Mañana muy ventosa la que ha
amanecido hoy, pero eso no ha sido impedimento para que en la Plaza Mayor a la
hora de siempre nos reuniéramos Eltiolavara, Transcastro, Alberto, Cordobés y
Rafa.
Tras dar los minutos de cortesía
habituales mientras que aprovechábamos para reparar la cadena de la bici de
Cordobés, que ya se le había jodido por primera vez nada más salir de casa, comenzamos
ruta saliendo de Villa del Prado por el camino del Valle, bajando
posteriormente hacia el arroyo de los Arrofresnos, el cual pasamos por el
puente de madera para continuar después ascendiendo hacia el camino del Majanal,
por el que continuamos la ascensión hasta llegar casi hasta El Encinar.
Tras convencer a Cordobés de que
no se fuera para casa por el mosqueo que tenía con la bici, continuamos
bordeando la urbanización por el cortafuegos y atravesando una parte de la
misma para salir a la pista que va hacia la urbanización de Pinar de Almorox, la
cual tomamos durante unos metros para desviarnos enseguida a la izquierda y
tomar un senderito que transcurriendo entre los pinos nos llevó a salir a otro
camino donde Cordobés volvió a romper la cadena con el consiguiente cabreo.
Con el mosqueo que tenía y viendo
que la bici no estaba para alegrías, decidimos acompañarle y salir a la pista
de El Encinar a Pinar de Almorox para que pudiera irse para casa, haciendo a
continuación un poco de labores de investigación que nos llevaron a salir al
cortafuegos que bordea la urbanización de El Encinar.
Tras hacer todo el subidón hasta
casi la torreta de incendios, nos topamos con la sorpresa de que en la puerta
que había para entrar a la urbanización desde la pista que baja a El Romillo
han colocado una valla enorme de mallazo y no se puede pasar.
Ya sin Cordobés, el resto
continuamos la marcha bordeando la urbanización y después rodando junto a la
carretera M-507 hasta la Cañada de Talavera, cruzando la carretera para seguir
subiendo por la misma esquivando vacas por el camino.
Continuamos por la Cañada y tras
bajar la cuesta asfaltada, nos desviamos a la derecha para dirigirnos hacia la
casa de la Coneja, donde en vez de bajar al pueblo por el camino de San Martín,
como era pronto continuamos la marcha hasta llegar al camino de Pelayos, por el
que comenzamos el descenso final hacia Villa del Prado. Como es habitual, en
las cercanías del pueblo nos desviamos a la derecha para tomar el senderito que
va hacia detrás de los depósitos y desde allí regresar al pueblo.
Nos ha salido una ruta cortita de
unos 27,5 kilómetros, en una mañana en la nos ha acompañado una buena ventolera
y en la que hemos tenido que hacer varias paradas por problemas mecánicos de la
bici de Cordobés.