De nuevo hoy tocaba una ruta "fuera de nuestros
dominios", desplazándonos en esta oportunidad hasta San Lorenzo de El
Escorial para desde allí hacer frente a la conquista de una de las cumbres
míticas de la Comunidad, el Monte Abantos.
La hora de salida desde el pueblo eran las 7,30,
dándonos cita en la estación de autobuses Eltiolavara, Transcastro, Edu y Rafa.
Tras apañar las bicis en la fregoneta de Eltiolavara
pusimos rumbo hacia San Lorenzo de El Escorial, haciendo parada antes en Aldea
del Fresno para recoger a Manolo "Sacavirutas" y a Miguel (que se le
habían "pegado las sábanas").
Continuamos la ruta en coche y por fin llegamos al
parking a eso de las 8,30, donde ya nos esperaba Raúl, además de Angel y Nacho,
dos hermanos amigos de Miguel que se apuntaban con nosotros en esta ocasión.
Ansiosos también por dar pedales nos esperaban los
integrantes de "Los Cadaáveres" de Getafe, con los que íbamos a
compartir esta estupenda mañana de bici y que venían con un grupete de ocho
integrantes, compuesto por Javi "el Tupé", "Pelao", "Triki",
"Papuchi", "Chicote", Luis "Vintage",
"Flecha" y Miguel.
Unos minutos después, tras los saludos, los
preparativos oportunos y una vez montadas las bicis, comenzamos la ruta desde el
parking que hay detrás del Club de Golf de la Herrería, que fuimos bordeando
hasta salir a la carretera que va hacia el puerto de la Cruz Verde y por la que
rodamos durante un kilómetro antes de pasar una puerta para "comenzar lo
bueno".
Iniciamos ya la subida por un sendero hasta salir a
una pista y después girar a la izquierda para comenzar el ascenso por "las
zetas de El Escorial", un sendero precioso compuesto por 17 revueltas, con
un desnivel acumulado de algo menos de 200 metros en apenas 2 kilómetros.
Todos en procesión fuimos subiendo y subiendo sin
problemas, unos con más esfuerzo que otros hasta llegar al camino de los
Llanitos, continuando después unos metros hasta llegar a la carretera que sube
al alto de Malagón (1370 metros), por la que continuamos el ascenso hasta el
alto del mismo nombre y donde hicimos una paradita de reagrupamiento mientras
reponíamos fuerzas.
Tras unos minutos de relax, continuamos la marcha por
la pista asfaltada para unos metros después desviarnos a la derecha para
comenzar el ascenso a la cima del monte Abantos, por un sendero-camino con
mucha piedra suelta y raíces pero totalmente ciclable, aunque se requiere un
cierto nivel técnico y físico.
En un "goteo" constante, fuimos llegando
todos a la cima (con bastante tránsito de bikers y donde hacía algo de fresquillo),
disfrutando de unas vistas espectaculares de El Escorial y el embalse de
Valmayor y donde, como no, nos hicimos las obligadas fotos de recuerdo.
Proseguimos nuestro periplo y comenzamos a descender
por el GR-10, con algunas dosis de "trekking" incluidas debido a
"los pedrolos" que había durante la bajada y por el que salimos a las
cercanías del Campamento Peñas Blancas, continuando por el camino de Canto
Herrero hasta desviarnos por un sendero entre los pinos por el que nos
dirigimos hacia el embalse de la Aceña.
Tras bordear el embalse por su parte sur hasta llegar
al muro de la presa, nos esperaba "lo más jodido" de la jornada, una subida
de unos tres kilómetros con bastante gravilla suelta que parecía que no acababa
nunca y donde tuvimos que darlo todo.
Después de eso llegamos de nuevo a la carretera de
Peguerinos a El Escorial, por la que bajamos (acortando con algún tramo de sendero)
hasta el camino de los Llanitos, para tomar "las zetas" en sentido
descendente hasta San Lorenzo del Escorial, y dirigirnos hacia el parking donde
teníamos los coches.
En la bajada, Triki y Luis decidieron bajar por
carretera en vez de por las zetas, y fueron a parar no se donde, llegando al
parking mucho mas tarde que los demás.
Nos ha salido un rutón de unos 43 kilómetros, algo
durillo más que nada debido a la última subida, pero impresionante por las
vistas y los parajes por los que hemos rodado.
A pesar de que ha habido unos cuantos
"percances" durante la ruta, por suerte han sido sólo de "chapa
y pintura" y sin consecuencias, y eso que perdimos la cuenta de las veces
que Luis "Vintage" se fue al suelo (habría que darle un premio al
número de caídas durante una ruta).
Como siempre, en los vehículos nos esperaba un
reponedor piscolabis que disfrutamos con los Cadaáveres (que nos perdonen sus
señoras por retrasarlos) y que nos supo a todos a gloria después de los esfuerzos
de la jornada.
Y por supuesto, al igual que cuando nos visitaron este
tiempo atrás e hicimos ruta por la zona del pueblo, ha sido un verdadero
gustazo compartir otra mañana de bici con los chavales de nuestro club amigo
"Los Cadaáveres" de Getafe, que por cierto ya suben como unos
fenómenos!!!.