Para esta ocasión teníamos planeada una de nuestras rutas “de desplazamiento”, siendo el lugar elegido el Valle de Iruelas, contando así con el “aliciente” de que después de la ruta nos daríamos un bañito refrescante y reponedor en el embalse de El Burguillo.
Habíamos quedado a las 7,15 en la estación de autobuses un magnífico grupo compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Horacio, Noesperoanadie, Alberto, David, Jorge, Mariano, Senderitos, César y Rafa.
Una vez colocamos las bicis en las furgonetas emprendimos camino para una vez llegar a Las Cruceras, punto de inicio de la ruta, echar a rodar sobre las 8,30 de la mañana tomando la pista asfaltada con dirección hacia el puerto de Casillas, donde llegamos tras unos once kilómetros de subida.
Tras reponer fuerzas junto al monolito, reanudamos la marcha para descender unos metros y desviarnos a la izquierda para tomar un sendero entre los pinos al principio algo difuso, lo que nos costó “perdernos” durante unos metros, pero tras volver a encontrar el recorrido correcto disfrutamos mucho descendiendo hasta salir a la pista asfaltada que desde el pueblo de Casillas se dirige hacia el castañar de El Tiemblo.
Descendimos por el castañar hasta el “Castaño Abuelo” y desde allí nos dirigimos a tomar una pista forestal que transcurre “faldeando” los cerros de La Encinilla y Cabeza de La Parra, para posteriormente descender hasta la carretera que va desde la presa del embalse de El Burguillo hasta Las Cruceras, punto de inicio de la ruta.
Nos ha salido una ruta de unos 38 kilómetros, preciosa a la par de durilla como no podía ser de otra manera por la zona que hemos recorrido, y tal y como habíamos planeado, nos dimos un buen bañito en el embalse antes de disfrutar de nuestro habitual avituallamiento líquido y sólido tras la ruta mientras nos echábamos unas risas.