Hoy nos esperaba otra jornada primaveral con solecito, y preparados para darle al pedal nos hemos juntado en la Plaza Mayor un grupito compuesto por Eltiolavara, Alberto, David, Gabriel, Rafa y Juancar.
Sin rumbo fijo arrancamos la ruta minutos después de las nueve para abandonar el pueblo por el antiguo camino de Villa del Prado a San Martín de Valdeiglesias, por el que Juancar y David subieron “como motos” mientras el resto nos lo tomábamos de forma más tranquila.
Tras unos seis kilómetros de subida, al llegar a la bifurcación de la “Casa de la Coneja”, giramos a la derecha para continuar ascendiendo durante otro kilómetro para posteriormente girar a la izquierda y comenzar a ascender por un cortafuegos por la ladera del cerro de La Puebla, donde se nos unieron al grupo dos integrantes más, “los Ángeles”, Ángel “Angelillo” y Ángel “Cazolón”.
“Faldeamos” el cerro de La Puebla y tras bajar unos metros por un cortafuegos tomamos un sendero para ascender por la cara norte del mismo cerro haciendo frente a un buen rampón antes de descender hasta la Cañada de Talavera.
Cruzamos la Cañada y nos encontramos con nuestro amigo Javi “Jaro” que venía de Almorox y que se unió también al grupo, y tomamos el camino de Valdenoches para continuar ascendiendo y posteriormente girar a la izquierda para afrontar “la tachuela” de la jornada, la ascensión al Alto de la Mira por un cortafuegos de un kilómetro con tramos de más del 20% que nos puso “la caldera” a reventar.
Realizamos la “parada barrita de la jornada junto al vértice geodésico además de hacernos una fotito de grupo, y reanudamos la marcha descendiendo por el camino en la cara norte del Alto de la Mira para recorrer la zona de La Bizca y descender por un divertido sendero junto al arroyo de Valdenoches hasta enlazar con el camino que “faldea” por la cara norte del Alto de la Mira y el cerro Valdenoches para dirigirnos hacia el cerro de Las Mucas.
Descendimos por un cortafuegos hasta la Cañada de Talavera y tomamos a continuación el antiguo camino de Villa del Prado a Pelayos de la Presa, haciendo un “by-pass” recorriendo el cerro de Los Lobos para posteriormente salir de nuevo al camino y poner rumbo de regreso al pueblo aunque en la parte final abandonamos el camino para tomar el divertido sendero que llega hasta el depósito del agua y que solemos tomar con asiduidad.
En esta ocasión la ruta ha sido cortita, no hemos llegado a los 30 kilómetros, pero como es habitual cada domingo, hemos estado cerca de los mil metros de desnivel acumulado, así que se puede decir que ha sido “cortita pero intensa”, todo ello en una mañana con una temperatura espectacular.
Y que mejor manera de terminar la jornada que tomándonos una cervecita al sol por “el trabajo bien hecho”………