El buen tiempo nos sigue
acompañando para las alturas del año que estamos, y en otra mañana de lujo y
sin excusa del cambio de hora nos hemos reunido en la Plaza Mayor a la hora de
siempre un grupillo compuesto por Eltiolavara, Horacio, Transcastro, Perejil,
Jose "el Mara" y Rafa.
Con el objetivo de estar de
vuelta pronto para "echarnos unas birritas" a la salud de Eltiolavara
y Transcastro por sus recientes cumpleaños, decidimos hacer una ruta "de
exploración" sin alejarnos mucho del pueblo, así que tras los minutos
habituales de cortesía para los rezagados echamos a rodar.
Comenzamos la ruta saliendo del
pueblo por el camino de San Martín, empezando pronto a sudar con el solecito
que nos daba "en la chepa", y realizando toda la subida a buen
ritmillo pero sin muchas alegrías.
Llegamos hasta la Cañada de
Talavera, y giramos a la izquierda para hacer frente a la cuesta asfaltada y
continuar después con un rápido descenso hasta la carretera M-507, que cruzamos
para comenzar con el "periplo de investigación" tomando un cortafuegos
que discurre en paralelo a la carretera por el que entre los pinos y las jaras
bajamos hasta la carretera N-403.
Cruzamos la carretera N-403 y
continuamos rodando por cortafuegos en paralelo a la carretera con dirección al
cruce, tomando después la misma durante unos metros para tras pasar una puerta
tomar un nuevo cortafuegos en paralelo a la N-403 con dirección hacia San
Martin, por el que tuvimos que hacer frente a alguna rampa que otra antes de
tomar un "sendero conejero" que no tenía salida y que nos hizo rodar
un tramo "campo a través" entre los pinos hasta enlazar de nuevo con
el camino.
Cruzamos de nuevo la carretera
N-403 y realizando un rápido descenso entre los pinos salimos a la carretera
M-507 a la altura del parque del campamento Alfonso VI, donde tranquilamente en
un banco hicimos la "parada barrita" de la jornada.
Tras reponer fuerzas, continuamos
la marcha cruzando un arroyo para de nuevo terminar "jabalineando"
entre las jaras con la bici al hombro, hasta cruzar de nuevo el arroyo a la
otra orilla para volver al camino.
Ya en ruta y viendo la hora,
decidimos poner rumbo hacia el pueblo, tomando un camino que nos llevó hasta la
urbanización de El Romillo, donde cruzamos la carretera N-403 para subir por la
pista hasta El Encinar del Alberche.
Una vez en el alto, afrontamos a
continuación un descenso por el cortafuegos que bordea la urbanización,
atravesando después un par de calles y continuando con el rodeo de la
urbanización por el cortafuegos que transcurre por toda la zona sur,
continuando después por un camino hasta bajar al arroyo Arrofresno.
Tocaba a continuación la subida
por un rampón de tres pares de narices, para enlazar con un senderito por el
que bajamos rápidamente hasta salir al camino de Almorox y regresar al pueblo
por la zona de polígono.
Tal como estaba planeado, nos
dirigimos hacia la plaza para tomar asiento y reponer los líquidos perdidos
después de haber hecho una rutilla corta, de unos 28 kilómetros, recorriendo
unos cuantos cortafuegos y haciendo unos tramos de "jabalineo" entre
las jaras y campo a través en otra jornada con una temperatura de auténtico
lujazo que ojalá que dure el mayor tiempo posible.