Para compartir una nueva jornada de bici en esta
ocasión nos hemos citado en la Plaza Mayor a las nueve un buen grupo de diez
bikers compuesto por Eltiolavara, Horacio, Transcastro, Senderitos, Jose,
Noesperoanadie, Alberto y Rafa por el Club, además de Juan Pedro “Tresme” y Ángel
el hijo de Eltiolavara, que repetía con nosotros después de mucho tiempo.
Ante la previsión de una nueva jornada calurosa, nos
fijamos el objetivo de cumplir con “nuestra máxima” en tiempos de
calor........¡¡Una cortita, y cervecita!!!. Así que en esta ocasión decidimos
además cruzar el río por primera vez en lo que va de “buen tiempo”.
Echamos a rodar tras los minutos habituales de
cortesía para poner rumbo suroeste y abandonar el pueblo por la carretera M-540,
para un poco más adelante desviarnos a la derecha para incorporarnos al antiguo
trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, por el que con algo de “brisilla de
culo” rodamos a buen ritmo hasta llegar a la finca “La Blanca”, donde giramos a
la izquierda para tomar un camino y después un sendero paralelo a la carretera
hasta más adelante salir de nuevo a la M-540.
Tras unos metros por la carretera enlazamos con el
camino vecinal de Villa del Prado a Escalona y Almorox, que también fuimos
recorriendo a buen ritmo hasta que Noesperoanadie sufrió un pinchazo que obligó
al grupo a detenerse para realizar la reparación oportuna.
Una vez solventado el imprevisto, retomamos la marcha
para un poco más adelante girar a la izquierda y dirigirnos hacia el río
Alberche, donde al llegar nos llevamos dos sorpresas, una agradable de ver que
habían “adecentado la zona” poniendo unos contenedores incluso, y otra
desagradable de que aún así hay sueltos un montón de cerdos “hijos de p…” que
siguen llenándolo todo de mierda allí por donde pasan.
A la orilla del río nos descalzamos (el que quiso) y
bici al hombro nos dispusimos a cruzar el río (con el agua fresquita “de
narices”, por cierto), poniendo a remojo cada uno partes de su anatomía en
función de la altura (mínimo las “partes nobles” y de ahí para arriba), hasta
reagruparnos en la orilla de enfrente y prepararnos para reemprender la marcha.
Comenzamos de nuevo a dar pedales y nos incorporamos
al camino del Retamar, que “picando hacia arriba” nos llevó a enlazar con el
camino de Escalona a La Torre de Esteban Hambrán, al que nos incorporamos para
para poner rumbo hacia esta última localidad toledana.
Transitaba el grupo con Noesperoanadie en cabeza
cuando al cruzar lo que parecía un charco seco, resultó que solamente estaba
seca la “capa de arriba”, habiendo debajo un buen grosor de “cieno”, lo que
hizo que la rueda delantera de la bici de Noesperoanadie se clavara hasta la
horquilla, con lo que salió volando “por las orejas” aunque por fortuna no
sufrió ningún daño, sólo el susto.
Con la rueda de la bici de Noesperoanadie soltando un
“olorcillo poco agradable” y llena de cieno, reanudamos la marcha para
continuar por el camino hasta llegar a La Torre de Esteban Hambrán, donde en la
fuente de “La Canaleja” hicimos la “parada barrita” de la jornada y repusimos agua
mientras el protagonista de la jornada hasta el momento “se afanaba” en limpiar
la bici y sus zapatillas.
Tras los minutillos de relax comenzamos a rodar de
nuevo y tras tomar unos metros de carretera nos desviamos a la izquierda para
tomar el camino del Molino y a continuación el camino de Madereros para llegar
hasta la entrada de la urbanización “El Avión” ya en “las puertas” de Méntrida,
desde donde bajamos hasta el pueblo para hacer una nueva paradita junto a la
fuente de El Caño y reponer agua.
Tras refrescarnos durante unos minutos y recuperar
fuerzas, reanudamos la marcha abandonando Méntrida por el camino de la Cuesta
de la Reina, por el que llegamos hasta el cerro del Barro Colorado, bajando a
continuación hacia el río por el camino que transcurre por la ladera con mucha
precaución debido a los "grietones" que tiene.
Descendimos hasta la vega del río y giramos a la
derecha incorporándonos al camino de la Vega Grande, por el que rodamos unos
dos kilómetros hasta enlazar con el antiguo camino de Villa del Prado a
Méntrida, donde giramos a la izquierda para dirigirnos hacia el río Alberche.
Llegamos al río y de nuevo tocaba descalzarse (o no)
para pasar a la otra orilla, así que con la bici al hombro y poniéndonos de
nuevo a remojo cruzamos el río.
Después de calzarnos de nuevo reanudamos la marcha
continuando por el camino de Méntrida hasta llegar a la carretera M-952, que va
al hospital Virgen de la Poveda, la cual tomamos durante unos metros hasta
girar a la derecha y tomar un camino que pasando por detrás de la granja de La
Almudena nos llevó a enlazar con el camino del Charco y regresar al pueblo.
Cumpliendo con el objetivo, estábamos de regreso en el
pueblo a una hora prudencial para tomarnos unas cervecitas en la Plaza tras
haber realizado una rutilla de unos 48 kilómetros sin mucha exigencia física y
con menos calor del esperado por la brisilla que en muchos momentos nos
acompañó.
Lo dicho, en tiempos de calor........¡¡Una cortita, y
cervecita!!!