Tal y como habíamos hablado durante la semana en el grupo del Whatsapp, por fin llegó el día en que Nacho iba a visitar por primera vez la Peña de Cenicientos, y dispuestos a acompañarle en la aventura nos dimos cita en la Plaza Mayor un estupendo grupo compuesto por Eltiolavara, Alberto, David, Transcastro, Senderitos, Nacho, César, Horacio, Jorge y Rafa, a los que se nos unió Angel García “Angelillo”.
Minutos después de las nueve “arrancamos” para dirigirnos hacia el antiguo camino de Villa del Prado a San Martín de Valdeiglesias y ascender hasta enlazar con la Cañada de Talavera, por la recorrimos unos metros hasta descender hacia la carretera N-403 y cruzar la misma para incorporarnos tras un tramo de cortafuegos a la carretera M-541 y tras algo más de cinco kilómetros llegar a Cadalso de los Vidrios.
Atravesamos Cadalso y continuamos por la carretera M-541 unos cuatro kilómetros más hasta desviarnos a la derecha para comenzar el “reto” de la jornada, el ascenso a la Peña de Cenicientos, con una longitud de unos cinco kilómetros y gran parte de ellos al 14%-15%.
Realizamos todos la subida y arriba nos encontramos con Alejandro, un compañero biker de Cenicientos con el que hablando “del tema” nos invitó a acompañarle en un descenso por sendero desde la Peña que no conocíamos hasta ahora, a lo que la mayoría a excepción de Senderitos y Nacho accedimos encantados de conocer una nueva ruta.
Y tras unas fotitos en la cima y recuperar fuerzas, acompañamos a Alejandro en el descenso, guiándonos hasta un sendero cuya entrada está “semi-escondida” pero que a continuación está marcado con “hitos” de piedra y por el que disfrutamos de un precioso sendero entre pinos y encinas sin mucha dificultad tras el que según llegábamos uno a uno al final del mismo íbamos dándole todos las gracias por habernos enseñado esta nueva variante.
Nos dirigimos a continuación hacia Cenicientos, donde nos despedimos de Alejandro y continuamos hasta el cementerio del Pueblo para desde allí tomar un sendero por el que descendimos hasta la carretera M-542 la cual atravesamos para dirigirnos hacia la Cañada de Talavera e incorporarnos a la misma hasta llegar a la urbanización de El Romillo, desde donde ascendimos por la pista hormigonada hasta El Encinar del Alberche.
Como ya se hacía un poco tarde, decidimos bajar hasta el pueblo por la carretera, tras realizar una ruta de unos 49 kilómetros en la que Nacho y Angel conocieron por primera vez el duro ascenso a la Peña de Cenicientos y todos en general un sendero nuevo por el que más de una vez merecerá la pena “darnos la paliza” de la subida a la Peña con el fin de disfrutarlo.
Muchísimas gracias a Alejandro por acompañarnos.