Tras participar en la ruta “Huerta y vino” del domingo pasado, toca volver
a salir “a nuestro rollo”, juntándonos para ello en la Plaza Mayor a la hora de
siempre un buen grupito compuesto por Perejil, Transcastro, Horacio, Noesperoanadie,
Jose, Senderitos y Rafa.
En esta ocasión Rafa había preparado un tramo de “exploración” por la zona
de Paredes de Escalona, hacia donde pusimos rumbo minutos después de las nueve
de la mañana y viendo que ya no se iba a presentar nadie más en la Plaza.
Así que echamos a rodar con rumbo sur abandonando el pueblo por la
carretera M-540, por la que rodamos unos metros hasta desviarnos a la derecha
para incorporarnos al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox para rodar
hasta la finca "La Blanca".
Nos desviamos a la izquierda con dirección de nuevo a la carretera M-540 y recorrimos
el senderito paralelo a la misma que transcurre sobre la conducción de agua que
va a la urbanización de Las Hoyas, donde en la entrada de la urbanización nos
incorporamos a la carretera M-540 durante unos quinientos metros para enlazar
con el “Camino vecinal de Escalona y Almorox a Villa del Prado”, donde tuvimos
que hacer una parada por un pinchazo en la rueda trasera de Jose (El nº 1 en el
“ranking” de pinchazos del Club).
Tras unos minutos para efectuar la oportuna reparación, reanudamos la
marcha y continuamos hasta llegar a la urbanización Valcarrillo-Campuzano,
donde el camino ya se convirtió en asfalto y rodamos sin baches durante unos
cinco kilómetros hasta llegar a la carretera N-403.
Nos incorporamos a la misma durante unos quinientos metros hasta desviarnos
a la derecha en la entrada de la finca de Valdeoreja para tomar un caminito que
nos llevó hasta Paredes de Escalona, donde comenzaba la primera parte de
“exploración”, bordeando el pueblo por su parte sur por la carretera que va
hacia Aldea En Cabo hasta desviarnos a la derecha para tomar un bonitos sendero
que nos condujo hasta lo que parecía ser un viejo molino junto al arroyo de
Pedrillán.
“Apuntándonos” el sendero y el sitio para cuando el campo estuviera más
verde, ascendimos a continuación hasta la carretera CM-543, que tomamos durante
unos metros hasta desviarnos hacia una vieja cantera abandonada, donde hicimos
una breve paradita para esperar a Perejil, que ya venía “suspirando”.
Retomamos la marcha y continuamos por un camino que nos llevó a salir de
nuevo a la carretera CM-543, que atravesamos para continuar por un bonito
camino-sendero entre las encinas hasta llegar a la Cañada de Talavera, a la que
nos incorporamos haciendo un poco más adelante nuestra “parada barrita” y una
fotito de grupo.
Proseguimos por la Cañada y llegamos de nuevo a la carretera M-543,
cruzando para continuar por la Cañada, aunque más adelante nos encontramos con
la sorpresa de que una valla de dos metros nos cortaba el paso, lo que nos
obligó a saltar un par de vallas de piedra y “conejear” entre los tomillos
durante un tramo hasta que por fin pudimos enlazar con la Senda de Cerro
Altillo, por la que por fin pudimos enlazar de nuevo con la Cañada de Talavera.
Continuamos rodando por la Cañada, atravesando la carretera M-544 y
recorriendo los casi ocho kilómetros que nos separaban de la carretera N-403,
donde llegamos junto a la urbanización de El Romillo y donde Perejil y Jose
decidieron abandonar el grupo e irse al pueblo por la carretera, ya que iban
algo “perjudicados”.
Los cinco restantes ascendimos por la pista de hormigón hasta la
urbanización de El Encinar del Alberche, atravesando la urbanización para
enlazar con el cortafuegos que bordea la urbanización por su parte sur y
enlazar con el camino de Almorox para regresar al pueblo, haciendo frente a
última hora al rampón del 20% de la ladera del Cerro Crespo.
En una jornada en la que a última hora hacía bastante calor, nos hemos
hecho una bonita ruta de unos 51 kilómetros en la que hemos conocido un nuevo
senderito y unos nuevos caminos de los que hemos “tomado nota” para cuando el
campo no esté hecho “un secarral” como en este momento.