martes, 27 de junio de 2017

Domingo 25 de junio de 2017 (El primer bañito del año en el pantano)



En una mañana que ha amanecido algo nubladilla (menos mal) para lo que habían sido las jornadas previas, nos hemos reunido para la jornada de hoy en la Plaza Mayor de Villa del Prado un grupito compuesto por Jorge, Transcastro, Horacio, Jose, Rafa, Noesperoanadie y Alberto, uniéndose también a nosotros nuestro amigo Javi, de El Encinar, dispuesto a disfrutar de otra mañana a nuestro lado.
Como habíamos planeado mediante el grupo de Whatsapp, en esta ocasión estaba previsto intentar realizar la ruta por los senderos de San Martín de Valdeiglesias que hace unos domingos tuvimos que “abortar” por la pérdida del teléfono de Jorge, con lo que unos minutos después de las nueve de la mañana echamos a rodar dirigiéndonos hacia el norte para tomar el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado.
Con Jorge tirando del grupo (con eso de que está “picao con el strava”) realizamos toda la subida a buen ritmo hasta llegar al alto en la ladera del cerro de Santa Lucía, donde como es habitual hicimos una parada de “reagrupamiento” para que “el personal” fuera llegando para incorporarse al grupo tras realizar la subida cada uno “en la medida de sus posibilidades”.
Tras reagruparnos continuamos la marcha para dirigirnos hacia la Cañada de Talavera, cruzando la misma para incorporarnos al camino de San Martín de Valdeiglesias recorriendo el camino-cortafuegos (recién pasadito el bulldozer), lo que obligaba en algunos tramos a “tirar de riñones” para pasar por las zonas de tierra suelta.
Dejando a nuestra izquierda el “Canto del Pichón” recorrimos el cortafuegos hasta enlazar con el camino de La Fuenfría, por el que llegamos hasta la carretera M-541, que atravesamos para continuar con dirección hacia San Martín.
Tras cruzar la carretera M-541 continuamos durante unos metros por el camino de la Fuenfría hasta desviarnos a la izquierda para tomar un sendero entre los pinos por el que llegamos hasta el "Alto de Castillejos", desde donde continuamos con dos divertidos descensos por senderos entre los pinos para enlazar con la pista que conduce al “Bosque Encantado”, teniendo que hacer una paradita para arreglar un pinchazo en la rueda trasera de Jose.
Tras solventar el pinchazo retomamos la marcha y descendimos por la pista asfaltada hasta llegar a la carretera M-501 junto a la ermita del Cristo de la Sangre de San Martín de Valdeiglesias.
Cruzamos la carretera M-501 y nos internamos en el pueblo de San Martín, donde en una fuente repusimos “líquido elemento” antes de continuar atravesando el pueblo para dirigirnos hacia la zona del polideportivo y desde allí tomar el camino de Molino Quemado.
Tras un primer tramo de senderos, llegamos al “Canto las Brujas”, donde hicimos la parada del “momento barrita” y además nos hicimos la fotito de grupo de la jornada, con las vistas de El Tiemblo y el pico “Cabeza de Parra”.
Después de la fotito reanudamos la marcha para recorrer un nuevo tramo de senderos por la ladera del “Cerro de La Guache”, primero subiendo para a continuación realizar un divertido descenso haciendo “zig-zag” entre los pinos para llegar hasta la carretera M-957, atravesando la misma para continuar “sendereando” por la ladera del “Cerro Valdelaosa”.
Recorrimos un buen tramo de senderos, con subidas técnicas y bajadas divertidas hasta que por un sendero con algo de piedra suelta enlazamos con el “Camino del Camposanto”, tomando a continuación diversos caminos hasta llegar al “Camino de San Esteban”, poniendo rumbo hacia la urbanización “El Mirador de Pelayos”.
Atravesamos la carretera que va hacia la urbanización “San Ramón” y de nuevo nos internamos en un tramo de senderos entre las encinas hasta llegar a los pies del cerro de San Esteban, donde iniciamos el técnico pero divertido ascenso por la ladera del mismo, rodando en algunos tramos sobre lanchas de piedra hasta llegar al alto del cerro, desde donde a continuación emprendimos un descenso por varios senderos que nos condujo hasta el embalse de San Juan.
Pasamos sobre el muro de contención del embalse y tras un debate sobre si darnos allí el bañito o más adelante en el embalse de picadas, al final se optó por la segunda opción, con lo que continuamos la marcha para dirigirnos hacia la gasolinera de Pelayos y allí tomar durante unos metros un tramo de la carretera M-501 hasta enlazar con el comienzo de la vía verde de Picadas.
Nada más comenzar a rodar por la vía verde…….¡¡pinchazo de Transcastro!!, así que de nuevo tocaba una paradita “involuntaria” para solventar el problema. Tras unos minutos, reanudamos la marcha para continuar por la vía verde hasta llegar a nuestro “sitio de baño”, donde “desparramamos” la bicis por el suelo y tras vaciarnos los bolsillos……!!!De cabeza al agua!!!.
El agua se encontraba a una temperatura espectacular, aunque como ya íbamos algo pegadillos de hora no pudimos “recrearnos” mucho, con lo que tras el bañito reanudamos la marcha y recorrimos toda la vía verde hasta llegar a la presa, pasando sobre el muro y continuando con el ascenso por la carretera para reagruparnos todos en el alto y desde allí realizar el descenso hasta enlazar con el camino que transcurre por detrás del detrás del Safari Park, por el que rodamos hasta conectar con el camino del Molino de Rodeles que nos llevó junto a la carretera M-507 a la altura de El Rececho.
Atravesamos la carretera y enlazamos con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, por el que realizamos los últimos kilómetros de la ruta, llegando al pueblo cerca de las dos de la tarde.
Con la única “pega” del retraso en la hora de regreso, nos hemos marcado una bonita ruta de unos 52 kilómetros en la que hemos disfrutado de muchos senderitos, acompañados de una temperatura mas “suave” que la que últimamente veníamos teniendo.


Y sería porque a Jorge aún le duraba el “acojone” de la otra vez, pero………..¡¡¡no sacó el teléfono en toda la mañana para hacer fotos!!


martes, 20 de junio de 2017

Domingo 18 de junio de 2017 (Primer vadeo del río en el año)



Con previsión de mucho calor aunque con ganas de darle al pedal nos hemos reunido en la jornada de hoy en la Plaza Mayor de Villa del Prado un grupito compuesto por Eltiolavara, Jorge, Transcastro, Horacio y Rafa, uniéndose a nosotros nuestro amigo Javi, de El Encinar, para formar un sexteto.
En el momento del debate por ver hacia dónde dirigiríamos nuestros pasos, estuvimos de acuerdo en que con el calor que empezaba a hacer sería mejor no darnos “el calentón” tirando p’arriba (bastante habíamos tenido el domingo anterior), por lo que largo tiempo después decidimos comenzar una ruta de manera “más relajada”.
Salimos desde la Plaza Mayor con rumbo sur para tomar el “Camino de la Torre”, llamado así por ser desde tiempos medievales el camino que comunicaba Villa del Prado con el pueblo toledano de La Torre de Esteban Hambrán, por el que rodamos cómodamente durante unos cinco kilómetros y medio hasta llegar a lo que en el pueblo se llama “El Charco del Arropino”.
Enlazamos allí con el “Camino de las Migueras”, por el que transitamos en paralelo al río hasta girar a la derecha para tomar el “Camino de Montrueque”, por el que recorrimos unos dos kilómetros hasta desviarnos a la izquierda por lo que antiguamente era el “Camino de los Almorojanos”, que ahora es la “linde” entre dos viñas del que queda únicamente un sendero entre el pasto.
El “Camino de los Almorojanos” nos condujo hasta el “Poblado del Alamín”, donde a la sombra y junto a lo que antiguamente era el colegio nos hicimos una fotito de grupo, antes hacer un pequeño recorrido para dirigirnos hacia la carretera M-540, que tomamos durante unos pocos metros para continuar por un sendero paralelo a la misma que transcurre sobre la conducción de agua hacia la urbanización de “Las Hoyas”.
Nos incorporamos más delante de nuevo a la carretera M-540, por la que continuamos hasta enlazar con el camino vecinal de Escalona y Almorox a Villa del Prado, por el que pedaleando a buen ritmo llegamos hasta las cercanías de la urbanización “Valcarrillo-Campuzano”, donde giramos a la izquierda para dirigirnos hacia el río Alberche.
Llegamos al “Vado Campisano” y por primera vez en lo que va de año nos dispusimos a cruzar el río Alberche, así que “bici al hombro” nos metimos “de patas” en el río y con el agua a la altura de “los pelendengues” en algunas zonas vadeamos todo el ancho del mismo, quedándonos con un considerable “hormigueo” en las piernas por estar el agua……¡¡helada!!!.
Tras unos minutos para calzarnos (algunos) retomamos la marcha para incorporarnos al “Camino de Escalona a Méntrida” y rodar por el mismo hasta llegar al puente de Escalona sobre el río Alberche, por el que de nuevo cambiamos de orilla.
Nada más cruzar el puente, nos esperaba para subir al pueblo “nuestro amigo” el cuestón, esa rampa del 28% que tomamos cada vez que vamos por allí para subir rápidamente hasta Escalona, donde nos dirigimos hacia un mirador donde con unas bonitas vistas de toda la zona del río hicimos la “parada barrita” de la jornada.
Reanudamos la marcha para atravesar el pueblo y pasando sobre la carretera N-403 incorporarnos al “Camino viejo de Escalona a Almorox”, por el que recorrimos unos seis kilómetros “picando hacia arriba” hasta llegar a Almorox, donde nos dirigimos hacia la Ermita de la Virgen de la Piedad para reponer agua en la fuente que allí se encuentra.
Tras reponer agua y refrescarnos (el calor empezaba a ser considerable), echamos de nuevo a rodar tomando durante unos metros la carretera N-403 hasta desviarnos a la derecha para por unos senderos en paralelo a la misma llegar hasta la urbanización de Pinar de Almorox.
Realizamos una nueva paradita para refrescarnos en una fuente junto a las pistas de tenis de la urbanización y atravesamos la misma para comenzar a ascender hacia la urbanización de El Encinar del Alberche por el camino que transcurre entre los pinos.
Llegamos a El Encinar del Alberche y nos dispusimos a atravesar la urbanización para poder enlazar con el cortafuegos que bordea la misma por su parte sur, abandonando Javi el grupo para dirigirse ya hacia su casa y dar por terminada la ruta, mientras al resto aún nos quedaban unos kilómetros de “torraera” hasta el pueblo.
Tras bordear la urbanización por el cortafuegos, descendimos hasta el arroyo de Arrofresnos, donde a continuación nos esperaba el último rampón del 24% para subir por la ladera del cerro Crespo, bajando a continuación por un divertido senderito entre las encinas hasta el arroyo Arrelobos, y continuando con la subida final y posterior descenso que nos condujo hasta el Polígono Industrial, donde llegamos unos minutos después de las 13,00 horas.
Al final nos ha salido una ruta de unos 46 kilómetros, mas “blanditos” de lo que estamos acostumbrados aunque bajo unas temperaturas bastante altas, lo que hizo que nos fuéramos refrescando allí por cada fuente que pasábamos.
Si siguen estos calores……el domingo que viene no falta un baño en el pantano!!!.