Hoy nos tocaba una nueva rutilla
de las que hacemos mensualmente desplazándonos a algún lugar "fuera de
nuestras fronteras", habiendo elegido para esta ocasión una ruta "sin
subidones" en la que se bordea todo el embalse de El Burguillo.
Habíamos quedado en la estación
de autobuses a las 8,15 horas, y allí nos hemos dado cita Eltiolavara,
CarlitosGT, Transcastro, Miguel, Horacio, Raúl y Rafa. Tras unos minutos de
espera por Noesperoanadie, que también había confirmado asistencia pero se le
pegaron las sábanas y nos dio plantón, salimos hacia el punto de origen de la
ruta, el hotel de Las Cruceras.
Llegamos sobre las 9,00 horas, y
como siempre, tras los preparativos oportunos de bicis y equipamiento del
personal, comenzamos a rodar con bastante fresquito por la carretera comarcal
que pasando junto al "camping Valle de Iruelas" conduce hasta el
poblado de "La Rinconada".
Tras recorrer unos kilómetros por
la carretera, en "La Rinconada" por fin se acabó el asfalto y comenzamos
a rodar por un camino que trascurre bordeando el embalse por su margen
izquierda y desde el que podíamos ver algunas buenas "playitas" donde
darse un baño en estas jornadas veraniegas.
Mientras recorríamos el camino,
tuvimos que hacer la primera parada de la jornada por un pinchazo en la rueda
trasera de Transcastro, que arreglamos en unos minutos para poder continuar nuestra
marcha bordeando el embalse, cambiando más adelante el camino por un bonito
sendero con algún que otro tramo técnico ya casi en la cola del mismo.
El senderito nos llevó hasta un
camino donde a la sombrita hicimos la "parada barrita" de la jornada
para reponer fuerzas una vez que ya habíamos recorrido la margen izquierda del
embalse.
Tras unos minutos de relax
acompañados de unas risas, proseguimos la ruta pasando por un puente sobre el
río Alberche (que más bien parecía un arroyo) y llegamos a la carretera AV-902,
por la que rodamos unos metros hasta llegar a una curva de la misma donde
abandonamos el asfalto y tras pasar junto a una puerta tomamos un camino de
subida entre los pinos con algún buen repecho.
El camino nos llevó hasta una
pista de hormigón por la que rodamos durante unos metros, pero que al intentar
seguir el recorrido que teníamos pensado nos encontramos con una puerta de una
finca privada donde "el paisano" no estaba por la labor de dejarnos
pasar, lo que hizo que nos diéramos la vuelta, no sin antes hacer otra parada
para arreglar un nuevo pinchazo de Transcastro, aunque esta vez en la rueda
delantera.
Volvimos sobre nuestros pasos por
la pista de hormigón hasta el camino, por el que continuamos bajando hasta
llegar a la carretera AV-902, a la tuvimos que incorporarnos durante algo menos
de tres kilómetros para posteriormente abandonar el asfalto y desviarnos a la
derecha para tomar un camino que transcurre por la margen derecha del embalse y
por el que con continuas subidas y bajadas llegamos hasta el "puente de La
Gaznata".
Allí paramos unos minutos para
decidir si realizábamos la vuelta completa al embalse o dejábamos sin recorrer
la recula donde el río de "La Gaznata" vierte sus aguas al Burguillo,
decidiendo finalmente acometer los "diez kilómetros extras" que
suponía bordear también esa recula, y eso que no comenzamos precisamente bien,
ya que otro pinchazo, esta vez de Raúl, nos obligó a hacer una nueva parada.
Tras reparar el pinchazo y ya con
una buena "torraera" cayendo, retomamos la marcha viendo como el
recorrido nos llevaba en dirección opuesta a donde se encontraba el agua, aunque
al menos en el trayecto encontramos un abrevadero que nos sirvió para reponer
agua y refrescarnos un poco.
Tras una bajada llegamos hasta el
camino de "La Gaznata", por el que pasamos sobre el pequeño puente
que significaba el final de la recula y desde donde rodando a buen ritmo por el
camino pusimos dirección hacia el puente, con buen grado de "envidia"
mientras pedaleábamos por ver a toda la gente que se estaba dando un
refrescante bañito.
El camino de "La
Gaznata" nos llevó hasta el puente del mismo nombre, donde nos
incorporamos a la carretera N-403 durante unos tres kilómetros hasta llegar al
desvío que nos indicaba hacia el Valle de Iruelas, desde donde por asfalto
continuamos la marcha pasando por encima del muro de la presa y recorriendo
después los otros tres kilómetros por la carretera hasta llegar de nuevo al
Hotel de Las Cruceras, punto de inicio de la ruta.
Ansiosos por refrescarnos en las
aguas del embalse, tras colocar las bicis en la "fregoneta", nos
despojamos de la equipación del Club y nos enfundamos el bañador, cogiendo a
continuación las neveras con "las viandas" y nos dirigimos hacia la
orilla, donde sin pensarlo dos veces dejamos todo y nos pegamos un chapuzón que
nos supo a gloria después del calorcito que habíamos pasado en los últimos
kilómetros de la ruta.
Después del bañito de lujo, como
es habitual nos esperaba el avituallamiento líquido y sólido del que
disfrutamos mientras entre risas y buen rollo comentábamos lo acontecido
durante otra bonita jornada en la que habíamos disfrutado de la bici.
Al final, con el "recorrido
extra" de la recula de "La Gaznata", nos han salido casi 50
kilómetros en una bonita ruta sin gran exigencia física aunque sí que hemos
tenido que hacer frente a un par de buenos repechos.