Ya
ha llegado el invierno y parece que para quedarse, lo que ha hecho que para la
última de nuestras rutas mensuales de este año 2015 amaneciera una jornada con
una buena bajada de temperaturas.
Dispuestos
a disfrutar de una buena rutilla por las tierras de Navalagamella y
Valdemorillo nos hemos juntado en la estación de autobuses a las 8 un buen
grupito compuesto por Eltiolavara, Perejil, Noesperoanadie, Transcastro, Javichy,
Granaíno, Edu y Rafa.
Tras
apañar las burras en las "fregonetas" de Javi y Javichy pusimos rumbo
a Aldea del Fresno para recoger a Jose, continuando posteriormente camino hasta
Navalagamella, aparcando los vehículos junto a la iglesia de Nuestra Señora de
la Estrella, donde se unió al grupo Alberto, un amigo de Villamanta que de
nuevo compartía jornada con nosotros.
Tras
los preparativos oportunos, echamos a rodar tomando unas calles de
Navalagamella para dirigirnos hacia el sur, donde abandonamos el pueblo tomando
un senderito muy disfrutón por el que nos incorporamos a un camino que nos
condujo hasta la carretera M-510.
Cruzamos
la carretera y tomamos un trozo de pista asfaltada para bordear una residencia e
incorporarnos al camino de Navahonda, que tras pasar una puerta de alambres nos
internó en un bonito encinar que nos llevó a enlazar con el Cordel del Puente
de San Juan, desde donde se veían a cierta distancia el conjunto de antenas de
la estación de seguimiento espacial de Fresnedillas.
Nos
incorporamos entonces al Cordel, que "picando p'arriba" nos llevó
hasta la carretera M-521 cruzando la misma para llegar a los primeros bunkers
de la ruta, en la zona de "El Risquillo", donde hicimos la primera
paradita de la mañana y las primeras fotitos.
Reanudamos
la marcha tomando un sendero durante unos pocos metros para dirigirnos hacia otro
espectacular conjunto de bunkers desde donde se dominaba todo el valle hasta
Valdemorillo y donde de nuevo disfrutamos de otra paradita con las oportunas
fotos.
Echamos
de nuevo a rodar, poniendo rumbo norte hacia Peralejo Estación mientras un aire
"helador" nos daba de frente, lo que hacía que se nos quedara la cara
helada.
Tomamos
el camino de Vinateros y cruzamos el arroyo de la Moraleja, continuando después
entre encinas hasta salir a la carretera M-532, que cruzamos para continuar por
la dehesa de la Sierra para salir más adelante de nuevo a la carretera M-532,
por la que rodamos durante un kilómetro hasta enlazar con la "Colada de la
Encrucijada", un sendero por el que disfrutamos un montón.
Al
término de la Colada de la Encrucijada, al solecito realizamos la "parada
barrita" de la jornada, enlazando después con la Colada de Fuentevieja
hasta llegar a la carretera M-600, que cruzamos para continuar bordeando la
urbanización Parque de las Infantas y tomar la Vereda de los Vaqueros, otro camino-sendero
por el que bordeamos la urbanización El Paraíso y llegamos hasta Valdemorillo.
Bordeamos
el pueblo y tomamos el camino de Robledo de Chavela, donde nos tocó hacer
frente al tramo de mayor exigencia física de la jornada, con un buen cuestón
que unido a que teníamos "las patas frías" nos hizo darnos un buen
calentón.
Nos
impresionó ver a mitad de la subida una especie de "altar
improvisado" con una corona de flores con la inscripción "Te queremos
Papá, tus hijos no te olvidan", ya que según nos comentó un biker con el
que coincidimos, hace unos meses murió allí de un infarto un chaval practicando
este deporte que tanto nos gusta. D.E.P.
Con
una "sensación extraña" en el cuerpo proseguimos la marcha hasta
salir a una pista asfaltada por la que rodamos unos metros hasta desviarnos a
la izquierda para tomar la Cañada Real Leonesa y comenzar una divertida bajada
hasta el arroyo de Los Conejeros, donde nace el río Perales y comienza la Senda
de Los Molinos.
Nos
incorporamos a la Senda de Los Molinos y disfrutamos de ese precioso entorno junto
al río Perales, con parada obligada junto a un enorme molino para hacernos una
fotito.
Aunque
la Senda no es ciclable en su totalidad, (hay que hacer cuatro o cinco tramos
de unos pocos metros con la bici al hombro), merece totalmente la pena
recorrerla (esta sería una de las pocas veces que nadie "se quejó" de
hacer "empuja-bike"). De hecho nos emplazamos a realizarla en
primavera, cuando el río lleve buen caudal de agua, que debe de estar
impresionante.
Tras
la Senda de los Molinos, continuamos por otro bonito senderito que transcurre
junto al arroyo del Molino del Hondillo, por el que serpenteando entre las
encinas llegamos hasta otra "tachuela", una buena cuesta que nos
llevó hasta el Mirador del Hondillo, donde disfrutamos de unas bonitas vistas
de la zona además de hacernos por supuesto una fotito.
Ya
en Navalagamella, nos dirigimos a visitar unos búnkeres en las afueras del
pueblo, desde donde tomamos el último senderito que nos llevó hasta la Iglesia
de Nuestra Señora de la Estrella, lugar desde donde habíamos comenzado la ruta.
Tras
"adecentarnos" un poco y colocar las bicis en las furgonetas, nos
dispusimos a "dar buena cuenta" del avituallamiento líquido y sólido,
así que como hacía una buena "rasca" nos colocamos al abrigo de un
autobús y entre risas y buen rollito nos pusimos "manos a la obra".
Para
terminar, contábamos con "postre" especial, una caja de pastas y
polvorones cortesía de nuestro amigo Alberto con lo que finalizamos la jornada
con un buen "regustillo dulce". Muchas gracias por el detalle,
Alberto!!!.
Y
así nos marcamos para el cuerpo una preciosa rutilla de unos 42 kilómetros, sin
apenas dificultad física y con unos tramos muy disfrutones de senderitos,
apuntándonos para la primavera el tramo de la Senda de Los Molinos. La parte
"negativa" es que hemos pasado bastante frío, será que el cuerpo no
se nos ha "aclimatado"...........