martes, 30 de agosto de 2016

Domingo 28 de agosto de 2016 (Preparando la Talajara)



Dispuestos a disfrutar de una nueva jornada de bici, nos hemos reunido en la Plaza Mayor a la hora de siempre un estupendo grupo compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Jose, Javichy, Horacio, Alberto, Perejil y Rafa por el Club, uniéndose también Paquito “el Máquina”, su hijo Abraham y "Los Caracoles" Jorge, Javi y Mariano.
Como “entrenamiento” para la Talajara, nuestro compi Alberto había preparado una buena rutilla recorriendo “sus dominios” (los alrededores de Villamanta), así que hacia allí partimos desde la Plaza Mayor para dirigirnos hacia el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, donde fuimos calentando las piernas hasta llegar a la pista asfaltada que va hacia la ermita de La Poveda, que cruzamos para continuar por el trazado del ferrocarril y atravesar la finca "El Rincón" hasta salir al camino de La Poveda, llevándonos alguna marca de las zarzas que últimamente “se han hecho fuertes” y van invadiendo el camino cada vez más.
Al llegar al camino de La Poveda, giramos a nuestra izquierda para dirigirnos hacia la carretera M-507, a la que nos incorporamos para encaminarnos hacia el puente de "La Pedrera" sobre el río Alberche, donde nos esperaba Miguel, que se había desplazado desde Calalberche.
Y así en un numeroso grupo de ¡¡14 bikers!! nos incorporamos al camino que discurre en paralelo al río para bordear Aldea del Fresno y salir a la carretera M-510, que recorrimos durante unos metros hasta tomar a nuestra derecha la vía pecuaria con dirección a Chapinería, que subimos todos a buen ritmo.
Antes de afrontar la última parte de la subida y donde teníamos que desviarnos, Perejil, “fiel a su estilo”, en vez de esperar a estar todos para ver hacia donde tirábamos, decidió que se iba a Chapinería por la carretera pensando que nos dirigíamos hacia allí cuando ese no era el “plan previsto”, con lo que el resto del grupo continuamos con la ruta planificada y ya no le volvimos a ver durante toda la jornada, quedando el grupo en 12+1.
En vez de ascender hacia el cerro de La Marota, tomamos un divertido senderito de bajada entre las encinas hacia el arroyo de la Oncalada para a continuación ascender e incorporarnos al camino de Chapinería, dirigiéndonos desde allí hacia el puente sobre el rio Perales para cruzar el río y afrontar a continuación una buena subidita por el camino del Río que nos llevó hasta Villamantilla, haciendo una breve parada para arreglar un pinchazo de Jorge.
Atravesamos Villamantilla y a la salida del pueblo nos desviamos a la izquierda para incorporarnos a un camino que ascendiendo por la dehesa de Villamantilla nos llevó a enlazar con la Senda del Socorro, que recorrimos hasta llegar a la Cañada Real Segoviana poniendo desde allí rumbo hacia Villamanta.
Llegamos a Villamanta y nos dirigimos hacia un parque a la entrada del pueblo donde hicimos la “parada barrita” y la foto de la jornada, aprovechando para reponer agua en una fuente (poco fresca, por cierto).
Tras la paradita para reponer fuerzas, Javichy tenía prisa y abandonó el grupo para dirigirse ya de regreso al pueblo, mientras que el resto retomamos la marcha continuando por la Cañada Real Segoviana para desviarnos más adelante a la derecha con rumbo a Méntrida.
Y recorriendo varios caminos de la zona como el camino de Madrid y el camino de Pedro Moro y haciendo frente a algún repecho que otro donde se notó que había alguno que “no estaba fino” conseguimos llegar hasta Méntrida, donde a la entrada del pueblo hicimos de nuevo una paradita para reponer fuerzas ya que Jorge y Javi entraron a una tienda y compraron un melón del que dimos buena cuenta y que aunque no estaba fresquito nos supo a todos a gloria.
Aunque todos echamos igualmente unos tragos de bebida isotónica que compraron algunos, nos dirigimos desde allí a la “fuente del caño” para reponer agua, donde ya Transcastro aprovechó para hacerse “un par de largos” y quedarse bien fresquito para el resto del camino.
Volvimos sobre nuestros pasos para incorporarnos al antiguo camino de Méntrida a Villa del Prado aunque ahora de camino no tiene nada ya que está asfaltado hasta la urbanización de Calalberche, y rodando a buen ritmo llegamos hasta ésta y recorriendo unas calles nos dirigimos hacia el río Alberche buscando la zona de paso del río para cruzar hacia la ermita de La Poveda.
Tras despedirnos de Miguel, que se quedaba en Calalberche, el resto del grupo vadeamos el río aprovechando también alguno para darse un buen remojón y pasando por delante de la ermita de La Poveda tomamos la pista asfaltada con dirección a Villa del Prado para más adelante incorporarnos al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox y recorrer los últimos kilómetros de regreso al pueblo.
Y así hemos conseguido el objetivo marcado de completar esta bonita ruta que había diseñado Alberto con el objetivo de servir de entrenamiento para la Talajara, recorriendo unos 65 kilómetros acompañados de bastante calorcito, lo que ha podido influir también en que algunos sufrieran los rigores de “el tio del mazo” y se les hiciera un poco larga la ruta “no viendo la hora” de llegar al pueblo.


lunes, 22 de agosto de 2016

Domingo 21 de agosto de 2016 (De senderos por San Martín)



De nuevo ha llegado el domingo, y fieles a nuestra cita con el pedal nos hemos juntado en la Plaza Mayor a la hora de siempre un buen grupo compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Horacio, Jose "el Mara", Noesperoanadie, Javichy, Alberto y Rafa, además de Juan Pedro “Tresme”.
Como hacía una temperatura agradable, decidimos comenzar la ruta “tirando p’arriba”, así que “con las mismas” pusimos rumbo norte para tras pasar junto a las instalaciones de la piscina municipal tomar el antiguo camino de Villa del Prado a San Martín, por el que subimos a buen ritmillo con Transcastro en cabeza del grupo.
Realizamos toda la subida y llegamos hasta la Cañada de Talavera, donde giramos a la izquierda para hacer frente a la cuesta asfaltada y descender después hasta las cercanías de la carretera N-403, donde tomamos un camino que nos llevó a internarnos dentro de la finca "La Granjilla", transitando por un bonito entorno entre los pinos y realizando un tendido ascenso para a continuación descender hasta la carretera M-541, que cruzamos para continuar la marcha por diversos senderos en leve ascenso que nos llevaron hasta el "Alto de Castillejos", donde hicimos la primera “parada barrita” de la jornada.
Tras reponer fuerzas, reanudamos la marcha para disfrutar de un divertido descenso por unos senderos que nos llevó hasta la carretera M-501 junto a la ermita del Cristo de la Sangre de San Martín de Valdeiglesias, donde cruzamos la carretera para internarnos en el pueblo y atravesar el mismo hasta llegar a un parque junto a la antigua estación del tren de San Martín de Valdeiglesias, donde hicimos una nueva paradita para reponer agua en una fuente.
Continuamos la marcha tomando el camino (asfaltado) de la Nava durante unos metros para a continuación desviarnos a la derecha y tomar el camino (también asfaltado) de Los Molinos, por el que llegamos hasta el “Punto Limpio” de San Martín de Valdeiglesias, donde “por fin” desapareció el asfalto y continuamos por camino hasta llegar a la carretera de San Ramón, donde cruzamos para tomar unos senderitos por los que nos dirigimos hacia el cerro de San Esteban.
Comenzamos entonces el técnico y divertido ascenso por el sendero que transcurre por la ladera del cerro, rodando en algunos tramos sobre lanchas de piedra para a continuación descender hacia la “cara sur” del cerro y disfrutar de unas bonitas vistas del embalse.
Después de una fotito con el embalse de fondo, reanudamos la marcha haciendo frente a un descenso con alguna zona “jodida” donde tuvimos que echar “pie a tierra” y aún así alguno tuvo algún golpe con el sillín en “las partes nobles” o algún leve aterrizaje.
Tras la parte “chunga” del descenso, llegamos a una zona más cómoda por la que continuamos descendiendo hasta llegar a el muro del embalse, pasando sobre el mismo para continuar descendiendo hasta llegar a la gasolinera de Pelayos de la Presa junto a la carretera M-501.
Tomamos durante unos metros la carretera, pasando por la rotonda “con algo de acojone” por todo el tráfico que en esos momentos había y continuamos por ella unos metros hasta desviarnos a la derecha para enlazar con el comienzo de la vía verde de Picadas.
Fue “ver el llano” y a algunos se les pusieron las “orejas tiesas” y empezaron a darlo todo, mientras que Transcastro y Rafa se quedaron esperando a Horacio, que después de un mes de inactividad ya empezaba a notar el esfuerzo.
En el puente antes de llegar a la presa, el “trío de detrás” tuvo que hacer una parada obligada para reparar un pinchazo en la rueda trasera de Rafa, momento en el que Transcastro y Horacio aprovecharon para darse un chapuzón en el embalse y retomar la ruta “mas fresquitos”.
Una vez arreglado el pinchazo el trío reanudó la marcha para continuar con el ascenso por la carretera hasta llegar al alto, donde esperaba el resto del grupo para proseguir con el posterior descenso por la carretera hasta desviarnos a la derecha para tomar como es habitual el camino de detrás del Safari Park, por el que enlazamos con el camino del Molino de Rodeles hasta llegar a la carretera M-507 a la altura de "El Rececho" donde cruzamos la carretera para enlazar con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox y recorrer los últimos kilómetros hasta llegar al pueblo “sanos y salvos”.
Durante toda la jornada nos ha acompañado una agradable temperatura sin esa sensación de calor que veníamos sufriendo los últimos domingos y habiendo realizado una divertida rutilla de unos 47 kilómetros en la que hemos disfrutado de unos buenos tramos de senderitos.


martes, 16 de agosto de 2016

Domingo 14 de agosto de 2016 (Pasando el veranito....)




En una nueva jornada veraniega nos hemos juntado en la Plaza Mayor a la hora de siempre un buen grupito compuesto por los miembros del Club Transcastro, Noesperoanadie, Perejil, Jose y Rafa. Además se unieron a nosotros Juan Pedro “Tresme”, Paco “el Máquina” y su hijo Abraham, y “Los Caracoles” Mariano y Jorge.
Como no había muchas ganas de empezar “p’arriba”, comenzamos la ruta abandonando la Plaza Mayor con rumbo sur para dirigirnos a tomar la carretera M-540 durante unos metros desviándonos a continuación a la derecha para incorporarnos al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox y rodando a buen ritmo llegar hasta la finca "La Blanca", donde giramos a la izquierda para volver a salir de nuevo a la carretera M-540.
Tras rodar un kilómetro por la carretera nos desviamos a la derecha en la entrada de la urbanización “Las Hoyas” para tomar un sendero entre las jaras y las encinas por el que fuimos bordeando la urbanización hasta llegar a las casas de Valdeolivas, y desde allí dirigirnos hacia Almorox.
Al enlazar con el antiguo trazado del ferrocarril, tuvimos que realizar una parada para arreglar un pinchazo de Jose, que últimamente está “en racha” con los pinchazos, y continuamos después la marcha hasta Almorox, donde nos dirigimos hacia el cementerio haciendo allí una breve paradita para reponer agua.
Retomamos la marcha, y tras una bajada hasta el arroyo de Tordillos comenzamos con la primera subida de la jornada, tomando el camino de los Enebrales para hacer frente a unas buenas rampillas de hormigón donde “el abuelo” del grupo, Paquito, con sus 58 “castañas” nos dejó a todos “tiraos” y con la moral por los suelos.
La subida por el camino de Los Enebrales nos llevó a salir a la carretera M-544, que tomamos durante unos metros a la derecha para enlazar con la Cañada de Talavera y realizar allí a la sombrita de los pinos la “parada barrita” de la jornada.
Tras los minutillos de relax, reanudamos la marcha por la Cañada de Talavera y “picando hacia arriba” recorrimos un par de kilómetros hasta desviarnos a la izquierda por un camino para dirigirnos hacia Cadalso de los Vidrios.
Continuamos por el camino hasta salir a una pista asfaltada a la que nos incorporamos para continuar rodando por ella hasta llegar a la cantera del Lanchar de la Osa, que fuimos bordeando para continuar por varios caminos hasta llegar a los restos del antiguo Molino de Cadalso de los Vidrios, del siglo XV, donde de nuevo hicimos una paradita para una foto.
Reanudamos la marcha y continuamos por el camino de la depuradora de Cadalso (junto a la que se ubica el molino) hasta salir a la carretera M-542, donde a pocos metros hicimos una nueva parada para reponer agua fresquita en una fuente junto a la misma antes de continuar la marcha por la carretera para llegar hasta el pueblo de Cadalso, tomando a continuación durante unos metros la carretera M-507 para bordear el pueblo y poder enlazar con el camino del Canto del Agua poniendo así rumbo de regreso al pueblo.
Pasando por delante de la Peña Muniana (Peña de Cadalso) rodamos a buen ritmo por el camino del Canto del Agua para a continuación descender hasta el arroyo de Labros, para afrontar después una buena subida por un cortafuegos y después un camino por el que salimos a la carretera N-403 junto a la laguna del Pozo Alcornocoso.
Con las fuerzas ya flaqueando, cruzamos la carretera para hacer frente al último tramo de subida de la jornada que nos llevó hasta la Cañada de Talavera, donde de nuevo tuvimos que hacer una parada obligada por pinchazo, esta vez en la rueda trasera de Rafa, que venía con un abrojo “de recuerdo” desde Cadalso.
Mientras arreglábamos el pinchazo, Mariano, Jorge y Juan Pedro, que tenían algo de prisa, continuaron el camino hacia el pueblo, mientras que el resto esperamos a que estuviera reparado el imprevisto para continuar la marcha por la Cañada de Talavera hasta desviarnos a la derecha para tomar el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado y afrontar la última parte de la ruta.
Antes de afrontar el descenso final hasta el pueblo nos desviamos a la izquierda para tras pasar una puerta, tomar el camino que discurre por la ladera del cerro Lucía pasando por una explotación ganadera abandonada y enlazar así con el antiguo camino de Villa del Prado a Pelayos.
Tras recorrer unos metros el camino, nos desviamos a la derecha para tomar el divertido senderito que lleva hasta detrás del depósito del agua de Villa del Prado, desde donde continuamos bajando por un sendero entre los tomillos hasta salir al inicio del camino de Villa del Prado a Pelayos.
Al final nos ha salido una bonita rutilla de unos 45 kilómetros bastante "rompepiernas" en la que la climatología nos ha deparado una nueva jornada calurosa aunque llevadera, disfrutando como siempre de la bici, el campo y la compañía.