Tras el
cambio de hora y de nuevo con previsión de una climatología “muy benévola” para
las alturas de año que estamos nos hemos reunido en la Plaza Mayor un sexteto por
parte del Club compuesto por Eltiolavara, Mariano, Jorge, Jose, David y Rafa,
uniéndose también al grupo Juan Carlos, el “Presi” de la U. C. Villa del Prado.
Como es
habitual, dejamos unos minutos de cortesía por si llegaba algún “rezagado”, tras
lo que echamos a rodar con rumbo norte saliendo del pueblo por el antiguo
camino de San Martín de Valdeiglesias, donde al comenzar el ascenso se destacó
un trío compuesto por Juan Carlos, Jorge y Eltiolavara “subiendo como motos”
mientras que el resto del grupo se lo tomaba con más tranquilidad.
Tras reagruparnos
en el alto en la ladera del cerro de Santa Lucía, descendimos unos metros y
giramos a la izquierda para incorporarnos a un cortafuegos “sube-baja” que
recorrimos hasta llegar a los pies del cerro Otanejo, desde donde tomamos un
senderito que transcurre junto al arroyo del Bodegón y que nos llevó hasta la
Cañada de Talavera.
Nos
incorporamos entonces a la Cañada de Talavera, donde giramos a nuestra
izquierda para hacer frente a la cuesta asfaltada para continuar después
bajando hasta la carretera N-403, a la que nos incorporamos durante unos pocos
metros hasta desviarnos a la izquierda para abandonar el asfalto y tomar un
camino para dirigirnos hacia la laguna del Manantial del Andrinoso.
Bordeamos la
laguna por un sendero y cruzamos a continuación el arroyo del Linar para
dirigirnos hacia la carretera M-541, la cual atravesamos para enlazar con la
vía Pecuaria del arroyo del Boquerón, donde unos metros más adelante
comenzaríamos el bonito ascenso entre los pinos hacia Cadalso por la ladera de
La Nava del Cerro, durante el que aprovechamos para hacernos una fotito de
grupo y una breve “parada barrita” con unas buenas vistas.
Continuamos
con el ascenso y llegamos a Cadalso de los Vidrios, bordeando el pueblo por
diversos senderitos entre los pinos para enlazar con el camino del Canto del Agua,
por el que recorrimos unos metros para a continuación cruzar la carretera M-507
y tomar durante unos metros la pista del “Lanchar de la Osa” para continuar por
el camino de las Tejoneras hasta “desembocar” en la Cañada de Talavera.
Tras unos
pocos metros por la Cañada nos desviamos hacia la “Granja Escuela Prado Luengo”,
aunque antes de llegar nos desviamos a la derecha para comenzar con un “tramo
de exploración” que tenía buena pinta en Google Earth con “resultados positivos”
esta vez, resultando un camino de bajada “muy chulo” por el que llegamos hasta
el arroyo de Crespo.
Continuamos
descendiendo por un camino en paralelo al arroyo por el que en la parte final
enlazamos con el antiguo camino de Cadalso de los Vidrios a Almorox, teniendo
que hacer una paradita para arreglar un pinchazo de Mariano, que “había sido
víctima de los abrojos”.
Tras reparar
el pinchazo, reanudamos la marcha y cruzamos bajo la carretera M-544 para a
continuación hacer frente a una buena subidita hasta Almorox, que con tramos de
entre el 10% y el 14% nos “puso las patas” a tono, dirigiéndonos después a la
Ermita de Nuestra Señora Virgen de la Piedad para reponer agua.
Después de
unos minutillos para reponer agua y relajarnos, reanudamos la marcha para
callejear un poco hasta tomar la Calle Villa del Prado, desde donde nos
incorporamos al camino del Charco de Cahorzo para “picando p’arriba” poner
rumbo al pueblo hasta que……¡¡De nuevo pinchazo de Mariano!!!.
Otra
paradita involuntaria y a poner cámara, para tras unos minutos y entre muchas “pestes”
de Mariano reanudar la marcha para continuar ascendiendo hasta encontrarnos con
una valla de alambre que tuvimos que sortear pasando las bicis por encima y los
bikers por debajo.
A
continuación tocaba bajar por un cortafuegos por la ladera del Cerro de la
Fuente de Riofrío, por el que Jose se tiró “sin conocimiento” como un loco,
mientras los demás tomábamos algo más de precauciones.
Y todo lo
que habíamos bajado por el cortafuegos tocaba ahora subirlo aunque de manera “más
tendida” por un camino entre los pinos, para después volver a bajar hasta
llegar al cauce del arroyo del Toril, donde nos incorporamos al bonito
senderito que transcurre junto al arroyo y que hacía bastante tiempo que no
tomábamos, llegando hasta la parte de atrás de El Encinar del Alberche.
Ya con
Mariano “pidiendo la hora” atravesamos una parte de la urbanización para después
continuar bordeándola por un cortafuegos por la parte sur para realizar una “pedregosa”
subida hasta enlazar con el camino del Majanal durante unos metros, para
desviarnos a continuación a la derecha por un sendero por el que bajamos hacia
“Los Valles”, pasando junto a un par de lagunas que debido a la falta de
lluvias se encuentran “bajo mínimos”.
¡¡Y de nuevo
Mariano con la rueda “en el suelo”!!!!, Joder!!!!!!. Otra paradita para poner
una nueva cámara y a continuación descender por el camino del Majanal hasta
enlazar con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, por el que
realizamos los últimos kilómetros hasta regresar al pueblo.
Continuando
con una climatología agradable para nuestra afición, nos ha salido una bonita
rutilla de unos 45 kilómetros, en la que hemos conocido un nuevo camino por la
zona de Almorox, quedando pendientes otros nuevos tramos “de exploración” de
los que hemos tomado nota.