Con una previsión de bastante calorcito vista la jornada del sábado, nos
hemos reunido en la Plaza Mayor para pedalear en esta jornada un quinteto
compuesto por Eltiolavara, Trasncastro, Horacio, Perejil y Rafa.
Ante la cercanía del próximo reto del Club (la subida a Cabeza de Parra y
el Mirlo), esta era una buena ocasión para “practicar” unas subidas durillas y
largas, por lo que para ese fin nada mejor que poner rumbo hacia el “Alto de la
Mira” (con Perejil “jurando en arameo”, para variar).
Y así, entre varios “relatos” por parte de Perejil, unos diez minutos
después de las nueve echamos a rodar con rumbo norte para abandonar del pueblo
por el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias, subiendo a ritmo tranquilo
mientras le “dábamos al palique” para no dejar demasiado atrás al “susodicho”.
Tras completar la subida, nos agrupamos en el alto en la ladera del cerro
de Santa Lucía, para a continuación descender unos metros y girar a la derecha
para incorporarnos a un cortafuegos (recién pasadito el “bulldozer”) por el que
recorrimos unos metros hasta desviarnos a la izquierda para tomar un sendero
entre unos pinos que nos llevó a enlazar con un camino en leve ascenso por la
ladera del cerro de La Puebla.
Al llegar a un pequeño “collado” entre el cerro Temblón y el cerro de La
Puebla y cuando íbamos a girar a la izquierda para comenzar con el ascenso por
cortafuegos a este último, nos encontramos con nuestro amigo Javi “el
almorojano”, al que le propusimos unirse a nosotros y que gustosamente aceptó.
Comenzamos ya si con el ascenso por el cortafuegos, aunque en vez de subir
hasta la cima del cerro nos desviamos a la derecha para continuar por el
cortafuegos y posteriormente desviarnos a la izquierda para tomar un sendero
por la cara norte del cerro de La Puebla que recorrimos hasta desembocar en el
cortafuegos por el que habíamos comenzado el ascenso al otro lado del cerro.
Nos incorporamos al cortafuegos y descendimos por el mismo hasta el camino de
San Martín de Valdeiglesias, por el que continuamos hasta llegar a la Cañada de
Talavera, girando allí a la derecha para incorporarnos a la Cañada y dirigirnos
hacia el comienzo del “Punto Fuerte” de la ruta, el ascenso al “Alto de la
Mira” por el cortafuegos de su cara sur.
Tras agruparnos al comienzo del cortafuegos, comenzamos la subida cada uno
a su ritmo, aunque no habían pasado treinta metros cuando Horacio y Perejil ya
habían puesto “pie a tierra” mientras el cuarteto restante continuaba el ascenso
“dándole a tope al molinillo” haciendo frente a una pendiente de entre el 11% y
el 18%.
Unos metros más arriba Transcastro también echó pie a tierra durante un
momento, reincorporándose rápidamente sobre la bici para concluir el “primer
tramo” del cortafuegos y llegar al “plano” donde comienza el “segundo tramo”
(el más jodido) y donde esperaban Eltiolavara, Javi y Rafa.
Tras unos segundos para “recuperar resuello”, afrontamos la segunda parte
de la subida para hacer frente a unos tramos imposibles de hasta el 24%, siendo
Rafa el único que consiguió llegar hasta la cima sin poner “pie a tierra”.
Poco a poco nos fuimos reagrupando en la cima para hacer allí la “parada
barrita” de la jornada además de la obligada fotito de grupo mientras
disfrutábamos de las bonitas vistas de la zona y del “Alto del Mirlo” que en
dos semanas visitaremos.
Después de reponer fuerzas, reanudamos la marcha descendiendo durante unos
metros por el camino de la cara norte del Alto de la Mira hasta desviarnos para
tomar un sendero-trialera “de vértigo” que recorre toda la ladera del cerro
junto con el tendido eléctrico y por el que “atándonos los machos” llegamos
hasta un nuevo cortafuegos.
Nos incorporamos después a un sendero que al principio corresponde con el
cauce del arroyo de Valdenoches por el que continuamos bajando entre las jaras
y los pinos hasta enlazar con un camino por el que salimos a la carretera
M-541, que tomamos durante aproximadamente un kilómetro y medio para ascender
hasta el camino de la Fuenfría.
Subimos unos metros por el camino de la Fuenfría para después desviarnos a
la derecha y recorrer por un camino la zona de La Granjilla hasta llegar a la
carretera N-403, que tomamos durante unos metros hasta desviarnos a la
izquierda para dirigirnos hacia la laguna del manantial del Andrinoso, donde
haciendo frente a una buena “rampita” subimos hacia el Cerro Alcornocoso.
Tras recorrer la zona que hace años se quemó en un incendio y que por
suerte poco a poco se va recuperando nos internamos en el pinar de Almorox, que
fuimos recorriendo a la sombra de los pinos hasta llegar a la carretera M-507 a
la altura del Campamento Alfonso VI.
Cruzamos la carretera y continuamos recorriendo el pinar hasta llegar a la
Cañada de Talavera, donde decidimos poner rumbo de regreso al pueblo para estar
pronto de vuelta “por una vez”, ya que últimamente estamos retrasándonos
bastante todos los domingos.
Nos incorporamos a la Cañada de Talavera durante unos metros para más
adelante tomar un senderito casi perdido entre los pinos por el que llegamos
hasta unos grandes tubos por los que pasamos bajo la carretera N-403,
afrontando a continuación el ascenso por la ladera del Cerro de Pino Romero que
nos condujo hasta la urbanización de El Encinar del Alberche, donde nuestro
amigo Javi se despidió de nosotros para poner rumbo hacia Almorox.
En la urbanización, Perejil y Horacio decidieron que “ya tenían bastante” y
optaron por bajar hasta el pueblo por la carretera, mientras que el trío
restante compuesto por Eltiolavara, Transcastro y Rafa atravesaron a
urbanización para continuar la ruta por el cortafuegos que bordea la misma por
toda la parte sur.
Tras bordear El Encinar descendimos hasta el arroyo de Arrofresnos, donde a
continuación nos esperaba el último rampón del 24% para subir por la ladera del
cerro Crespo, bajando a continuación por un divertido senderito entre las
encinas hasta el arroyo Arrelobos, para continuar con la subida final y
posterior descenso que nos condujo hasta el Polígono Industrial, donde llegamos
unos minutos después de las 13,00 horas.
Aunque ha sido una ruta más cortita que las que venimos haciendo
últimamente (únicamente unos 35 kilómetros) ha sido bastante intensa con la
subida al Alto de la Mira por el cortafuegos además de otros “rampones varios” que
nos han puesto “las patas” y “la caldera” a tope, teniendo al igual que el
domingo anterior la suerte de que el cielo permaneciera nublado durante toda la
mañana, con lo que nos acompañó una temperatura espectacular.