Debido a la mala climatología
hemos tenido que aplazar para el domingo que viene la ruta prevista para hoy
desde Cadalso, y parece que al personal le ha venido de maravilla, porque de
los en principio "apuntados" no se ha presentado en la plaza a las nueve
nada más que uno, Rafa, como único representante del Club, acompañado por Paco
"el Máquina" y Jose "Angelillo".
Como el terreno no estaría para
alegrías después de las lluvias del sábado, intentamos hacer una cortita para
estar pronto de vuelta, así que salimos del pueblo por la vía con dirección a
La Poveda, para un poco antes de llegar a la carretera que va a la ermita
desviarnos a la izquierda y tomar un camino por el que llegamos hasta el
vivero.
Cruzamos la carretera M-507 y nos
incorporamos al camino del molino de los Rodeles, para hacer frente a la parte
mas "pestosa" de la jornada, ya que hasta salir a la carretera de
Picadas pasamos por zonas en las que la bici "culeaba" y que las
ruedas "engordaron" considerablemente por todo el barro pegado,
costando lo suyo dar pedales.
Salimos a la carretera de Picadas
y giramos a la izquierda para dirigirnos hacia la presa y a continuación rodar
por toda la vía verde hasta la depuradora, donde nos incorporamos a la cuesta
asfaltada y subimos durante unos metros para después desviarnos a la derecha y
dirigirnos hacia Pelayos de la Presa.
Nos dispusimos a bordear el
pueblo haciendo "entre medias" la parada barrita de la jornada, para
continuar después rodando junto a la M-501 hasta salir a la carretera M-541,
donde nos encontramos a los participantes de la "ruta del vino" de
San Martín de Valdeiglesias, entre los que "nos infiltramos" mientras
hacíamos la subida por la carretera de "La Granjilla".
Casualidades, pero entre tanto
biker nos encontramos con Horacio, al que fuimos acompañando y animando hasta
que abandonamos el recorrido a la altura de la fuente tomando el camino de la
casa de los forestales (que era el recorrido original de la ruta del vino, pero
la organización había modificado el trazado en el último momento por las
lluvias caídas).
El camino nos pareció que no
estaba tan mal, y ascendiendo a buen ritmo llegamos hasta el camino de
Valdenoches, por el que bajamos hasta la Cañada de Talavera y continuamos
descendiendo un poco más hasta enlazar con el camino de San Martín de Valdeiglesias
a Villa del Prado, por el que regresamos al pueblo.
Aunque la ruta ha sido "normal"
(unos 37 kilómetros), para las piernas han sido equivalentes a bastantes más.
Lo positivo es que estábamos de vuelta en el pueblo a las 12,00 después de
darnos nuestra "palicilla" dominical en una mañana en la que no ha
caído ni gota de agua.