Continuamos con unas temperaturas “anormales” para estar en febrero, amaneciendo
un día más una jornada soleada en la que algunos han aprovechado para sacar el
“culotte corto” del armario y lucir piernas.
Nos hemos reunido en esta ocasión en la Plaza Mayor de Villa del Prado a
nuestra hora habitual un buen grupito compuesto por Eltiolavara, Transcastro,
Horacio, Mariano, Noesperoanadie, Perejil y Rafa, acompañados por Julio, un
compañero de trabajo de Rafa que se animaba por primera vez a salir de ruta con
nosotros.
Como hacía mucho que no íbamos por allí decidimos ir a recorrer los
senderos de San Martín de Valdeiglesias, y con ese objetivo echamos a rodar
unos minutos después de las nueve de la mañana dirigiéndonos hacia el norte
para tomar el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado, por
el que comenzamos a subir “con alegría” provocando con ello que Perejil se
quedara un poco descolgado del grupo.
Realizamos toda la subida a buen ritmo hasta llegar al alto en la ladera
del cerro de Santa Lucía, donde una vez que hubimos llegado todos continuamos
la marcha hacia la Cañada de Talavera, cruzando la misma para continuar por el
camino de San Martín de Valdeiglesias recorriendo el camino-cortafuegos y
pasando junto al “Canto del Pichón”, donde paramos para hacernos una fotito de
grupo.
Tras la fotito, reanudamos la marcha hasta enlazar con el camino de La
Fuenfría y proseguir por él hasta la carretera M-541, atravesando la misma para
continuar con dirección hacia San Martín.
Tras cruzar la carretera M-541 continuamos durante unos metros por el
camino de la Fuenfría hasta desviarnos a la izquierda tomando un sendero entre
los pinos por el que llegamos hasta el "Alto de Castillejos", desde
donde continuamos con dos divertidos descensos por senderos entre los pinos
para enlazar con la pista que conduce al “Bosque Encantado” desde la carretera
M-501.
Descendimos por la pista asfaltada hasta llegar a la carretera M-501 junto
a la ermita del Cristo de la Sangre de San Martín de Valdeiglesias, cruzando la
carretera e internándonos en el pueblo de San Martín, para continuar
atravesando el pueblo y dirigirnos hacia la zona del polideportivo y desde allí
tomar el camino de Molino Quemado.
Tras rodar por el camino llegamos a la zona del “Canto las Brujas”, donde
abandonamos el camino para recorrer un bonito tramo de senderos por la ladera
del “Cerro de La Guache”, primero con una buena subida que nos puso “las patas
finas”, para a continuación realizar un divertido descenso haciendo “zig-zag”
entre los pinos hasta llegar a un “clarito al sol” donde hicimos la “parada
barrita” de la jornada y nos tomamos unos minutitos de relax.
Reanudamos la marcha tras “reponer fuerzas” y continuamos hasta la
carretera M-957, cruzando la misma para incorporarnos a otro precioso sendero
que bordea el “Cerro de Valdelaosa” y realizar un divertido descenso por la
“cara sur” del mismo para tras un buen tramo de senderos enlazar con el “Camino
del Camposanto”, tomando a continuación diversos caminos hasta llegar al
“Camino de San Esteban”, poniendo rumbo hacia la urbanización “El Mirador de
Pelayos”, donde nos incorporamos a lo que nosotros llamamos “los toboganes”,
que es un divertido tramo de senderos sube-baja que transcurren en paralelo a
la carretera que va hacia “San Ramón” y por los que llegamos hasta el GR-10.
Tras unos metros por el GR-10 nos desviamos para tomar de nuevo unos
senderos por los que llegamos hasta el muro de contención del embalse de San
Juan, pasando sobre el mismo y parando unos segundos para contemplar como el
nivel del embalse había bajado bastante debido al tiempo tan prolongado que ha
transcurrido sin llover.
Descendimos posteriormente hacia la gasolinera de Pelayos para allí tomar
durante unos metros un tramo de la carretera M-501 hasta enlazar con el
comienzo de la vía verde de Picadas, recorriendo a buen ritmo toda la vía verde
hasta llegar a la presa, pasando sobre el muro y continuando con el ascenso por
la carretera para reagruparnos todos en el alto y desde allí realizar el
descenso hasta enlazar con el camino que transcurre por detrás del detrás del
Safari Park, por el que rodamos hasta conectar con el camino del Molino de
Rodeles que nos llevó junto a la carretera M-507 a la altura de El Rececho.
Atravesamos la carretera M-507 y tras un tramo de camino entre unas viñas enlazamos
con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, por el que realizamos
los últimos kilómetros de la ruta hasta llegar al pueblo.
Tras una mañana espectacular en la que incluso Mariano se ha puesto “de
manga corta” en febrero, nos hemos marcado una bonita ruta de unos 52
kilómetros en la que hemos disfrutado de muchos senderitos, incluido un buen
tramo de ellos que para nosotros estaba “inédito” hasta la fecha y que seguro
que realizaremos muchas más veces de ahora en adelante.
El “debutante” Julio, pese a que venía con cierto temor por si “le dábamos
p’al pelo”, ha dado la talla con creces no demostrando en ningún momento signos
de flaqueza y disfrutando a tope de la ruta. Esperamos que repita más veces con
nosotros.