Mañana fresquita la que ha amanecido hoy, no en vano en los últimos días estamos amaneciendo con las primeras heladas del invierno, pero fieles a nuestra afición nos hemos juntado en la Plaza Mayor un grupito fantástico compuesto por Eltiolavara, Horacio, Alberto García, Alberto Fernández, David, Gabri y Rafa, además de los miembros de la U. C. Villa del Prado Juan Carlos y Javi “Tresme”.
Como es habitual en las mañanas frías, nada mejor para entrar prontito en calor que “tirar p’arriba”, y para ello abandonamos el pueblo por el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado (o viceversa), por el que tras algo más de siete kilómetros llegamos hasta la Cañada de Talavera.
Nos incorporamos a la Cañada de Talavera y ascendimos por la cuesta asfaltada para a continuación tomar el cortafuegos que sirve de límite entre los municipios de Villa del Prado y Almorox para realizar un divertido y rápido descenso de unos dos kilómetros hasta llegar a la carretera M-507.
Atravesamos la carretera y continuamos descendiendo por otro cortafuegos en paralelo a la misma hasta llegar a la carretera N-403, la cual también atravesamos para tomar unos bonitos senderos por el pinar que nos condujeron hasta el “Campamento Alfonso VI”, desde donde ascendimos por la zona de “El Pedregal” hasta llegar al camino del Pajar del Mudo.
Tomamos el camino del Pajar del Mudo en dirección a Cadalso de los Vidrios para más adelante desviarnos a la izquierda para ascender y bordear el Cerro Cruz, tomando a continuación la senda del mismo nombre para poner rumbo hacia Almorox descendiendo hasta la carretera TO-1560 para a continuación ascender hasta el pueblo de Almorox, llegando junto a la ermita de Nuestra Señora de la Piedad.
Atravesamos a continuación el pueblo para tomar el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox para desviarnos posteriormente hacia la zona de Valdeolivas y desde allí dirigirnos hacia la urbanización de Las Hoyas, que bordeamos para descender hasta la carretera M-540.
Rodamos por un sendero entre las encinas paralelo a la carretera para llegar hasta la finca La Blanca, desde donde tomamos de nuevo el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox para regresar al pueblo.
En esta ocasión nos ha salido una bonita ruta de unos 37 kilómetros en la que hemos disfrutado de lo bonito que se encuentra el campo en general, finalizando la jornada de la mejor manera tomándonos unas cervecitas al solecito a la salud de Rafa por su reciente cumpleaños.