jueves, 30 de enero de 2020

Domingo 26 de enero de 2020 (a subir y subir........)


Hoy el día ha amanecido con una temperatura “agradable” para estar aún en el mes de enero, y en nuestro lugar de reunión nos hemos juntado un grupito compuesto por Eltiolavara, Alberto, Jorge, Transcastro, Horacio, Mariano y Rafa.
Aprovechamos que no hacía mucho frío para “variar” y en esta ocasión no tirar p’al monte, iniciando la marcha minutos después de las nueve para dirigirnos sin rumbo fijo hacia el suroeste y abandonar el pueblo por el camino del Valle, donde se unieron al grupo dos nuevos integrantes, Javi “Padrós” y Angel “Angelillo”.
Calentamos piernas por el camino del valle cruzando los arroyos Arrelobos y Arrofresnos y llegamos hasta el camino del Majanal, el cual atravesamos para descender hasta una charca que bordeamos para tomar un camino por el que entre las encinas comenzamos a ascender hacia el cerro de los Valles, realizando una parada en el alto para reagruparnos tras la subida.
Continuamos la marcha bordeando el Encinar del Alberche por el cortafuegos que lo rodea por su parte sur para después tomar un par de calles de la urbanización y salir a la pista que va hacia la urbanización El Romillo, para tras recorrer unos metros desviarnos a la izquierda y tomar un precioso senderito entre los pinos y a continuación un camino por el que llegamos al primer “escollo” de la jornada, un rampón del 24% de inclinación para ascender hacia el cerro de la Fuente de Riofrío.
Algunos sobre la bici y otros poniendo pie a tierra subimos el rampón y pasamos por una puerta de alambre para internarnos en una zona de pinos por la ladera del cerro donde disfrutamos un montón al estar el terreno en un estado espectacular, saliendo al camino de Valdeolivas que va hacia Almorox.
Tras unos metros por el camino, giramos a la derecha para ascender otra vez por la “cuerda” del cerro de la Fuente de Riofrío, donde en un alto hicimos la “parada barrita” de la jornada además de la fotito de grupo.
Continuamos el ascenso y llegamos hasta el depósito del agua de la urbanización de Pinar de Almorox, bordeando la urbanización primero de bajada y luego haciendo frente a otro cuestón del 24% de inclinación donde de nuevo nos dimos un buen “calentón”.
Por un camino entre los pinos en paralelo a la carretera N-403 llegamos hasta las cercanías de la urbanización El Romillo, donde Javi Padrós abandonó el grupo para regresar al pueblo ya que tenía que estar prontito de vuelta mientras que el resto continuamos la marcha para un poco más adelante comenzar a ascender de nuevo hasta llegar a la carretera M-507, donde el grupo perdió a otro integrante, ya que Mariano notaba la inactividad y decidió bajarse al pueblo por la carretera.
El resto del grupo cruzamos la carretera y continuamos por la Cañada de Talavera durante bastantes kilómetros hasta desviarnos a la derecha y comenzar a ascender por la ladera del cerro Rojo por un camino entre los pinos para a continuación enlazar con el antiguo camino de Pelayos de la Presa a Villa del Prado.
Afrontamos entonces los últimos kilómetros de la ruta descendiendo hacia el pueblo, desviándonos posteriormente a la derecha para tomar “el reguero” y disfrutar de los últimos metros de regreso al pueblo pasando junto al depósito del agua.
Hemos disfrutado de una buena mañana en lo climatológico, y aunque la ruta ha sido “corta” (únicamente unos 36 kilómetros), hoy nos hemos dado una buena paliza entre que ha habido mucho “subir y subir” y que el terreno estaba blando por las lluvias del sábado.


miércoles, 22 de enero de 2020

Domingo 19 de enero de 2020 (Conquistando la "Peña Muniana" de Cadalso)


Mañana ventosa la que ha amanecido en esta ocasión, lo que no ha impedido que en la Plaza Mayor a nuestra hora habitual se diera cita un quinteto compuesto por Eltiolavara, Horacio, Gabriel, Alberto y Rafa.
Para esta ocasión el Presi había preparado una sorpresita, que no era otra que la ascensión por primera vez a la “Peña Muniana”, más conocida como la Peña de Cadalso, recorriendo asimismo algún nuevo sendero por el que aún no habíamos rodado.
Y con ese objetivo abandonamos la Plaza Mayor minutos después de las nueve para dirigirnos hacia el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias, donde desde las primeras cuestas Transcastro dejó patente que iba a acusar el no “montar en burra” desde hacía prácticamente un mes.
Por no dejarle retrasado realizamos una subida bastante “relajada”, continuando después con dirección hacia la Cañada de Talavera para tras atravesarla proseguir con dirección hacia San Martín de Valdeiglesias y desviarnos posteriormente a la izquierda para internarnos en la finca de “La Granjilla” y descender por un divertido camino hasta la carretera M-541.
Cruzamos la misma para dirigirnos hacia el alto de Castillejos, y desde allí descender hasta las cercanías de la carretera N-403, tomando unos senderos para posteriormente salir a un camino por el que ascendimos hasta la carretera N-403 para tras cruzarla continuar ascendiendo hasta llegar a un alto donde giramos a la izquierda para dirigirnos hacia una trialera por la que hacía mucho tiempo que no descendíamos y que nos condujo hasta la vía pecuaria del arroyo del Boquerón, realizando antes de comenzar el descenso nuestra habitual “parada barrita” para reponer fuerzas.
Descendimos por la trialera y una vez llegamos todos abajo, continuamos la marcha tomando la vía pecuaria del Boquerón en dirección ascendente para tras un kilómetro y medio tomar un sendero a nuestra derecha (inexplorado hasta la fecha) entre las jaras por el que ascendimos hasta salir a la carretera M-541, a la que nos incorporamos durante unos tres kilómetros hasta llegar al Camping de Cadalso de los Vidrios.
Ya con “nuestro objetivo” muy cerca, bordeamos el camping por unos senderos y enseguida comenzamos a ascender hacia la Peña, comenzando por un tramo algo técnico y con piedra suelta hasta que finalmente y tras unos metros resultó imposible subir sobre la bicicleta, por lo que nos tocó hacer algo de “empuja-bike”.
Llegó un momento que la cosa “se puso chunga” y decidimos dejar las bicis bajo la vigilancia de Transcastro y Horacio (que no estaban por la labor de subir) para continuar “a patita” hacia la cima, decidiendo teniendo que realizar un paseíto de unos quinientos metros por la ladera, bastante “desmejorada” debido al incendio del pasado verano.
Y arriba, además de unas vistas espectaculares de toda la zona, nos esperaba un viento que soplaba con muchísima fuerza y que hacía difícil mantener el equilibrio, aunque pese a ello nos hicimos unas fotitos antes de emprender el camino de descenso.
Descendimos por el sendero y allí estaban Transcastro y Horacio “pasmaditos” de frío por el viento, reanudando ya todos juntos la marcha para dirigirnos hacia las canteras y desde allí recorrer la zona quemada por el “cerro de la Cuba” hasta el arroyo del Linar, emprendiendo posteriormente el ascenso para recorrer el pinar de Almorox hasta llegar a la carretera N-403.
Como era algo tarde de hora y además Transcastro iba “con la luz de la reserva encendida”, decidimos (aunque no sea “Santo de nuestra devoción”) regresar al pueblo por la carretera, para lo que recorrimos un par de kilómetros por la carretera N-403 para posteriormente incorporarnos a la carretera M-507 y recorrer los algo más de siete kilómetros hasta llegar al pueblo, realizando un descenso con algunos sustos motivados por el viento, que en ocasiones “nos zarandeaba”.
Llegamos al pueblo pasada la una y media, tras realizar una buena ruta de unos 44 kilómetros en la que nos ha acompañado un “ventarrón” durante toda la mañana y en la que “conquistamos” la Peña Muniana, uno de los sitios donde aunque parezca mentira y a pesar de tenerlo tan cerca aún no habíamos estado y donde a buen seguro volveremos aunque eso será cuando haga mejor tiempo.


martes, 14 de enero de 2020

Domingo 12 de enero de 2020 (Afrontando lo más duro del invierno)


Continuamos en los días “mas duros” del año, y con algunos graditos bajo cero nos hemos juntado en la Plaza Mayor a nuestra hora habitual un sexteto de valientes compuesto por Eltiolavara, Horacio, César, Nacho, Alberto y Rafa.
Como hacía ya mucho tiempo que no visitábamos el pueblo, decidimos poner rumbo hacia Rozas de Puerto Real, para lo que pusimos rumbo norte para abandonar el pueblo por el antiguo camino de San Martín, aunque tras las primeras cuestas tuvimos que darnos la vuelta debido a un cartel que anunciaba una montería.
Retrocedimos entonces hasta la ermita del Cristo y cruzamos el arroyo de la Plaza para encaminarnos hacia el depósito del agua y darnos “un buen calentón” subiendo por “el reguero” hasta enlazar con el camino de Pelayos, para continuar después ascendiendo hacia el cerro Lucía y enlazar de nuevo con el camino de San Martín y evitar así el tramo cortado por la montería.
Continuamos hacia San Martín y tras unos metros por el cortafuegos, nos internamos en la finca de “La Granjilla”, para recorrer un bonito camino entre los pinos por el que descendimos hasta la carretera M-541, cruzando la misma para dirigirnos hacia el alto de Castillejos, y desde allí descender hasta la carretera N-403, donde tras cruzar la misma nos detuvimos en unas piedras al solecito para realizar la “parada barrita” de la jornada además de una fotito de grupo.
Tras reponer fuerzas reanudamos la marcha para dirigirnos hacia la trialera que baja hasta la vía pecuaria del Boquerón, dejando a César en primer lugar para no estorbarle en la bajada y que pudiera tirarse “a lo loco”, bajando detrás los demás con más tranquilidad.
Una vez en la vía pecuaria del Boquerón, nos dirigimos hacia la urbanización “El Mirador de Cadalso”, recorriendo la vía pecuaria con un “helazo de miedo” que provocaba dolor en la cara llegamos hasta la carretera M-542, dándonos cuenta entonces de que Horacio y César se habían quedado algo atrás, por lo que tuvimos que esperar unos minutos ya que Horacio había tenido un problema en su bicicleta.
Como ya habíamos acumulado bastante retraso entre la montería del principio de la ruta y el problema de Horacio, decidimos acortar la ruta y dejar para otro día que fuéramos mejor de tiempo la visita a Rozas de Puerto Real.
Y como “alternativa”, decidimos afrontar por primera vez la subida por un sendero junto a la carretera M-542, que con una longitud de unos ochocientos metros, pero con tramos de hasta el 21% de inclinación nos puso “la caldera” y las piernas “bien a tono”, siendo Rafa el único que pudo subirlo en su totalidad sin poner “pie a tierra”.
Llegó el momento de poner rumbo de regreso al pueblo, para ello bordeamos el pueblo de Cadalso de los Vidrios para dirigirnos hacia el pinar de la Nava del Cerro, disfrutando entre los pinos para descender a continuación hasta la carretera M-541 y cruzar la misma para tras pasar junto a la laguna del manantial del Andrinoso incorporarnos unos metros a la carretera N-403 y dirigirnos de nuevo hacia la Cañada de Talavera.
Antes de comenzar a bajar por la cuesta asfaltada de la Cañada de Talavera, César dejó el grupo para dirigirse hacia El Encinar del Alberche, mientras el resto nos desviamos por un sendero a la derecha para incorporarnos al cortafuegos que recorre el cerro de Pino Águila y realizar un par de vertiginosos descensos hasta el arroyo del Bodegón, desde donde tomamos un camino-cortafuegos de sube-baja hasta enlazar con el camino de San Martín de Valdeiglesias.
Antes de comenzar el descenso final hasta el pueblo nos desviamos a la izquierda para descender por el camino que recorre la ladera del cerro Lucía pasando por una explotación ganadera y por el que habíamos empezado la ruta para enlazar con el antiguo camino de Villa del Prado a Pelayos de la Presa, por el que descendimos hasta el pueblo para terminar la ruta.
Una jornada más hemos disfrutado de una mañana estupenda aunque a primera hora y en algún tramo “a la umbría” hacía bastante frío, realizando una bonita ruta de unos 40 kilómetros durante la cual nos lo hemos pasado fenomenal.