Bienvenidos al blog del Club MTB Villa del Prado, en el que podrás informarte sobre las actividades de nuestro Club de Mountain Bike que como su nombre indica, tiene su sede en la localidad madrileña de Villa del Prado, situada en el suroeste de la Comunidad de Madrid. Club Deportivo de la Comunidad de Madrid con nº 3727
miércoles, 26 de abril de 2017
lunes, 24 de abril de 2017
Domingo 23 de abril de 2017 (De Toledo a Villa del Prado)
Tras haber tenido que aplazar por motivos meteorológicos nuestra ruta
mensual del mes pasado, en esta ocasión la climatología nos “ha dado el visto
bueno” para que pudiéramos realizar la primera de nuestras “rutillas mensuales”
de las que iremos realizando durante el año.
Y para debutar, habíamos elegido el reto de realizar un recorrido entre “La
Ciudad Imperial” (Toledo) y Villa del Prado, para unirlo al “currículum” de
enlazar las capitales de provincia con nuestro pueblo tras las anteriores
experiencias de “Madrid-Villa del Prado” y “Ávila-Villa del Prado”.
Habíamos quedado a las 7,00 en la estación de autobuses, y allí nos hemos
reunido un “sexteto” compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Horacio, Alberto,
Jorge, y Rafa con una temperatura bastante fresquita.
Tal como íbamos llegando fuimos “apañando” las bicis en el carro para
posteriormente poner rumbo hacia Toledo, donde teníamos establecido el punto de
inicio de la ruta en un parking junto al tanatorio de la ciudad, y donde
realizamos los preparativos oportunos de montaje de bicis y equipamiento para echar
a rodar alrededor de las ocho y cuarto de la mañana.
Comenzamos la ruta haciendo frente a una buena cuestecita “para calentar” que
nos condujo hasta unos depósitos de agua, continuando después por el camino de
Valparaíso hasta llegar a Bargas, primero de los pueblos de tránsito, atravesando
el pueblo para tras pasar bajo la autovía A-40 tomar el camino de Bargas a
Rielves, de donde nos separaban unos diecisiete kilómetros.
La jornada transcurría a buen ritmo, y tras bordear el pueblo de Rielves
nos dirigimos hacia la siguiente localidad, Barcience, donde ascendimos hasta
su bonito castillo para realizar allí una “parada barrita” además de hacernos
unas fotitos y visitar el castillo por dentro.
Tras los minutillos de relax y reponer fuerzas, comenzamos de nuevo a rodar
para recorrer los cuatro kilómetros que nos separaban de Huecas, encontrándonos
en este tramo con una leve brisilla que nos daba de frente lo que unido a que se
nos habían quedado “las patas frías” tras la “parada barrita” nos hizo
disminuir algo el ritmo.
Llegamos a Huecas y bordeando el pueblo tomamos el camino de Escalona, por
el que atravesando terrenos de siembra llegamos hasta Novés, donde en la plaza
del pueblo hicimos de nuevo una “parada barrita” para tomarnos unos minutos de
relax.
Reanudamos posteriormente la marcha para terminar de atravesar el pueblo y
continuar por el camino de Escalona con dirección hacia Quismondo, donde al
llegar nos encontramos con que estaban de fiesta, tirando cohetes y con el
pueblo engalanado con banderas españolas.
Entre cohete y cohete y viendo a lo lejos una procesión, atravesamos el
pueblo de Quismondo para continuar nuestra marcha dirigiéndonos hacia nuestro
siguiente pueblo de paso, Escalona, donde al llegar, en vez de bordear el
pueblo por la vega del río, como nos veíamos tan fuertes decidimos subir hasta
el pueblo por el “cuestón imposible”, una rampa de cemento de más del 32% de
inclinación.
Tras subir el cuestón, continuamos callejeando hasta llegar a las cercanías
del castillo de Escalona, donde aprovechamos para hacernos unas nuevas fotitos
de grupo antes de continuar nuestra marcha para descender hacia el arroyo
Tordillos, donde a continuación tomamos un sendero que por la vega del río
Alberche nos condujo hasta la urbanización de Almorojuelo, incorporándonos
después a la carretera para continuar hasta la urbanización de
Valcarrillo-Campuzano, donde tras bordear la misma tomamos el camino vecinal de
Escalona y Almorox a Villa del Prado.
Notándose ya bastante calorcito recorrimos todo el camino hasta desembocar
en la carretera M-540, por la que rodamos alrededor de un kilómetro y medio hasta
desviarnos a la izquierda para poder incorporarnos al antiguo trazado del
ferrocarril Madrid-Almorox y realizar
por él los últimos cuatro kilómetros hasta Villa del Prado.
Y así terminamos nuestro reto de una manera muy satisfactoria, recorriendo
los 81 kilómetros en menos de cinco horas, contando con nuestras habituales
paradas para fotitos varias y momentos de relax, y tomándonos la cosa con
relativa “tranquilidad”.
Parece que las “rutas de entrenamiento” realizadas últimamente han dado sus
frutos, ya que la ruta se nos ha hecho “muy sencilla”, llegando todos al pueblo
mucho “más enteros” que cualquier domingo a pesar de hacer el doble de
kilómetros.
Y como es habitual tras nuestras rutillas mensuales, nada mejor que “reponer
fuerzas” tras la ruta con un buen avituallamiento líquido y sólido que nos tenía
preparado nuestro amigo Valentín en la Plaza Mayor, del que disfrutamos a la
sombrita mientras comentábamos los pormenores de la jornada y planificábamos pensando
en el año que viene la siguiente ruta entre una “capital de provincia” y el
pueblo……..¿Quizás una Segovia-Villa del Prado?????.
lunes, 17 de abril de 2017
Domingo 16 de abril de 2017 (Continuando con la preparación para la "Toledo-Villa del Prado")
De nuevo con una previsión de bastante calorcito tal como está acompañando
durante toda la Semana Santa, nos hemos reunido en la Plaza Mayor un quinteto
compuesto por Alberto, Jorge, Horacio, Perejil y Rafa. Al igual que el domingo
pasado se unieron también al grupo Pablo y Javi, además de nuestro amigo Raúl,
que ya nos ha acompañado en anteriores ocasiones.
En esta ocasión habíamos planificado realizar la segunda de las rutas “de
entrenamiento” con vistas a la “Toledo-Villa del Prado” prevista para el
domingo que viene, con dos opciones “sobre la mesa”, siendo elegida la opción
de Rozas de Puerto Real (entre las pestes de Perejil, que se quejaba de que
cada día que sale le llevamos p’arriba).
Y así, entre varios “juramentos en arameo” por parte de Perejil, echamos a
rodar con rumbo norte saliendo del pueblo por el antiguo camino de San Martín
de Valdeiglesias, subiendo todos a buen ritmo (menudas liebres teníamos) menos
Perejil, al que teníamos que esperar durante unos minutos en las dos puertas de
paso durante el camino.
Tras agruparnos en el alto en la ladera del cerro de Santa Lucía,
descendimos unos metros y giramos a la izquierda para incorporarnos a un
cortafuegos “sube-baja” que recorrimos hasta llegar a los pies del cerro
Otanejo, donde tomamos un senderito que transcurre junto al arroyo del Bodegón
y que nos llevó hasta la Cañada de Talavera.
Al llegar a la Cañada de Talavera, giramos a nuestra izquierda para hacer
frente a la cuesta asfaltada, esperando de nuevo a Perejil en el alto para
continuar después bajando hasta la carretera N-403, a la que nos incorporamos
durante unos pocos metros hasta desviarnos a la izquierda para abandonar el
asfalto y tomar un camino para dirigirnos hacia la laguna del Manantial del
Andrinoso.
Bordeamos la laguna por un sendero y cruzamos a continuación el arroyo del
Linar para dirigirnos hacia la carretera M-541, la cual atravesamos para
enlazar con la vía Pecuaria del arroyo del Boquerón, donde unos metros más
adelante comenzaríamos el bonito ascenso entre los pinos hacia Cadalso por la
ladera de La Nava del Cerro, durante el que aprovechamos para hacernos un par
de fotitos de grupo.
Llegamos a Cadalso de los Vidrios y bordeamos el pueblo para cruzar la
carretera M-541 y tomar el camino de la Higuera, que “picando para arriba” transcurre
bordeando por su cara norte el pico “Lancharrasa” (el hermano de la Peña de
Cenicientos), situado al oeste del pueblo de Cadalso.
Tras recorrer el camino salimos a la carretera M-546, por la que rodamos
unos dos kilómetros hasta llegar a Rozas de Puerto Real, atravesando a
continuación el pueblo para tomar durante unos metros la carretera M-507 y casi
al final del pueblo nos desviamos a la derecha por una calle que nos llevó
hasta una parte del castañar de Rozas de Puerto Real que recorrimos bajando por
un senderito entre los castaños hasta llegar a una fuente, donde además de
reponer agua hicimos la “parada barrita” de la jornada.
Tras reponer fuerzas, reanudamos la marcha para continuar bajando por el
sendero hasta la carretera M-501, que cruzamos para por otro senderito enlazar
con la Cañada Real Leonesa Oriental o "GR-180", por la que al cruzar
un arroyo……¡¡PUM!! (reventón de Rafa en la rueda trasera), lo que ocasionó una
parada obligada para subsanar el imprevisto.
Una vez arreglada la rueda, reanudamos la marcha para recorrer por la
Cañada unos ocho kilómetros que nos llevaron a pasar por Navahondilla, bordear
Navahonda y finalizar junto a la carretera AV-904 en las cercanías de los
"Toros de Guisando".
Enlazamos a continuación con la carretera M-501, que venía con un montón de
tráfico (de hecho unos metros más adelante estaban los coches ya parados) y por
la que recorrimos alrededor de un kilómetro hasta desviarnos a la izquierda
para abandonar el asfalto y tomar el GR-10 con destino a San Martín de
Valdeiglesias bajo un solecito que ya calentaba “lo suyo”.
En San Martín hicimos una nueva paradita de relax en un parque para reponer
agua y a continuación reanudamos la marcha para incorporarnos de nuevo al GR-10
con dirección a Pelayos, donde aprovechando que “picaba p’abajo” “las liebres”
se pusieron a darlo todo llevando al personal “con la lengua fuera”.
Llegamos a Pelayos y desde allí a la gasolinera, donde nos incorporamos
durante unos metros a la M-501 (de nuevo bien atascada) para enlazar con la vía
verde de Picadas, y otra vez “las liebres” se pusieron a “sacar brillo al plato”
dispuestos a “reventar al personal” con Raúl en cabeza poniendo un ritmo digno
de una carrera.
Tras recorrer toda la vía verde y hacer la subida por la carretera, hicimos
una paradita de reagrupamiento en el alto, para después bajar por la misma
carretera hasta desviarnos a la derecha para tomar el camino que transcurre por
detrás del Safari-Park, por el que enlazamos con el camino del Molino de Rodeles
hasta llegar a la carretera M-507 a la altura de El Rececho, para cruzar la
carretera y enlazar con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, por
el que regresamos al pueblo todos menos Perejil que prefirió tomar la
carretera.
En una jornada en la que hemos pasado bastante calor, nos hemos
"metido para las patas" un bonito rutón de entrenamiento de casi 68
kilómetros, de nuevo con la "única pega" de que nos fuimos bastante
de hora, llegando al pueblo a las dos la tarde.
Y el
domingo que viene....¡¡De Toledo a Villa del Prado!!.lunes, 10 de abril de 2017
Domingo 9 de abril de 2017 (1ª ruta de entrenamiento para la "Toledo-Villa del Prado")
Con la previsión de una mañana de calorcito nos hemos reunido en la Plaza
Mayor para nuestra cita dominical un grupito compuesto por Alberto,
Transcastro, Jorge, Horacio, Javichy y Rafa. Se unieron también a nosotros
Pablo y Javi, dispuestos a “echarse unas pedaladas” en nuestra compañía.
Para la jornada de hoy teníamos previsto realizar una rutilla que Alberto
había preparado “de entrenamiento” con vistas a la Toledo-Villa del Prado que realizaremos
próximamente, con lo que tras los minutillos habituales “de cortesía” por los
rezagados, comenzamos a pedalear desde la Plaza Mayor de Villa del Prado
poniendo rumbo sur para abandonar Villa del Prado por el antiguo trazado del
ferrocarril Madrid-Almorox, donde a los pocos metros el grupo perdió un
integrante, ya que Javi sufrió un “problema mecánico” que no se pudo subsanar,
lo que le obligó a volverse para el pueblo.
El resto del grupo, con Horacio en cabeza, continuamos rodando a buen ritmo
por el trazado del ferrocarril llegando hasta la pista asfaltada que enlaza la
carretera M-507 con la ermita de La Poveda, donde giramos a la izquierda para
tomar durante unos metros la misma y a continuación desviarnos a la derecha
para por un camino salir a la carretera M-507.
Cruzamos la carretera para incorporarnos al camino del Molino de Rodeles,
que recorrimos hasta enlazar con el camino-sendero que transcurre por detrás
del Safari Park, y por el que llegamos hasta la carretera de Picadas, a la que
nos incorporamos para dirigirnos hacia la presa.
Pasamos sobre el muro y comenzamos a recorrer la vía verde, con “los
llaneadores” Jorge y Javichy tirando del grupo “a paso ligero” hasta llegar a
la explanada donde comienza la subida hacia la urbanización “El Morro”, donde
giramos a la derecha para comenzar con dicha subida y atravesar la urbanización
para continuar rodando por la carretera que enlaza la misma con Navas del Rey.
Atravesamos también el pueblo de Navas del Rey para dirigirnos hacia el
cementerio, donde tomamos el camino bajo a Colmenar de Arroyo continuando
después sobre la conducción Picadas-Valmayor hasta llegar a las cercanías de
Colmenar de Arroyo, donde en una praderita al sol aprovechamos para hacer la
“parada barrita” de la jornada además de una fotito de grupo y donde Pablo tomó
esos minutos para arreglar un pinchazo en su rueda delantera que se había
producido un par de kilómetros atrás y que parecía que el líquido antipinchazos
no era capaz de solventar.
Tras reponer fuerzas, echamos de nuevo a rodar atravesando Colmenar de
Arroyo para adentrarnos en “terreno desconocido” para nosotros, abandonando el
pueblo para rodar entre encinas por el camino de Navalpozo, pasando algunas
puertas y alambradas para salir a una conducción de agua del embalse de Picadas
que se encuentra asfaltada por encima.
Rodamos sobre el asfalto durante unos metros para de nuevo saltar una valla
y poder tomar la Cañada Real Leonesa, abandonándola posteriormente para internarnos
en la finca El Salobral y realizar un rápido descenso que nos condujo hasta el
camino de Chapinería a Perales, al que nos incorporamos para poner dirección
Chapinería cruzando unos metros más adelante el arroyo de Carnero, que en esa
zona sirve de límite entre los términos municipales de Navalagamella y Colmenar
de Arroyo y que bajaba con bastante agua, por lo que tuvimos que refrescarnos
un poquillo los pies.
Recorriendo el camino “picando hacia arriba” bajo un solecito considerable
(27 graditos según el termómetro de Transcastro) pusimos rumbo hacia Chapinería
llegando posteriormente al pueblo junto a la rotonda sobre la M-501, para
disponernos a continuación a atravesar el pueblo realizando una paradita para
reponer agua en una fuente y aprovechando Pablo para comprar en una tienda una
botella de “coca-cola” fresquita que fuimos pasando “de mano en mano” para
“refrescar el gañote” todo el grupo.
Reanudamos la marcha y atravesamos el pueblo para tomar la Cañada Segoviana
durante unos metros hasta desviarnos para tomar un bonito sendero entre las
encinas que transcurriendo por el Prado de la Lancha nos hizo disfrutar de una
bonita bajada hasta enlazar de nuevo con la Cañada Segoviana, por la que
continuamos descendiendo hasta las cercanías de Aldea del Fresno, bordeando a
continuación el pueblo por el camino que recorre la orilla del río Alberche
hasta llegar al puente de La Pedrera, donde nos incorporamos a la carretera
M-507.
Tras rodar unos metros por el asfalto, tomamos el senderito que transcurre
junto a la carretera y que recorrimos para enlazar con el camino de La Poveda,
al que nos incorporamos para poner dirección hacia la ermita de La Poveda,
pasando junto a la misma para continuar por la pista asfaltada hasta llegar de
nuevo al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox por el que realizamos
los kilómetros finales de la ruta hasta regresar al pueblo.
Con la “única pega” de que hemos llegado al pueblo bastante más tarde de lo
habitual, nos ha salido una estupenda ruta de unos 68 kilómetros que ha
cumplido a la perfección con el objetivo de servirnos de entrenamiento para la
“Toledo-Villa del Prado”, conociendo además una zona por la que no habíamos
transitado nunca y que aunque atractiva por ser un gran encinar, nos ha dejado
un “regusto amargo” por la cantidad de puertas y vallas que hemos tenido que
sortear, con incontables carteles de “Propiedad Privada, Prohibido el paso”.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)