Bienvenidos al blog del Club MTB Villa del Prado, en el que podrás informarte sobre las actividades de nuestro Club de Mountain Bike que como su nombre indica, tiene su sede en la localidad madrileña de Villa del Prado, situada en el suroeste de la Comunidad de Madrid. Club Deportivo de la Comunidad de Madrid con nº 3727
lunes, 30 de marzo de 2020
viernes, 13 de marzo de 2020
Domingo 8 de marzo (La vuelta (fallida) a Las Cabreras)
Para esta jornada teníamos planeado una ruta por la zona de “Las Cabreras”
junto al embalse de San Juan, para lo que habíamos quedado en la estación de
autobuses a las 8,15 un grupo compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Horacio y
Rafa, que iríamos en coche hasta el “Mesón el Puerto” para allí reunirnos junto
con Alberto y Nacho que llegarían desde Villamanta y Madrid respectivamente y
asimismo con Jorge, Pablo y Javi, que como “están muy fuertes” harían la ruta
partiendo desde el pueblo.
Minutos antes de las nueve nos dimos cita en el parking del mesón, donde
esperamos unos minutillos hasta que llegó el trío que venía desde Villa del
Prado, echando a rodar con ganas de combatir el frío, ya que había amanecido
una mañana con una “buena pelona” después de muchos días.
Y como ya sabemos que lo mejor para el frío es tirar p’arriba, comenzamos
por incorporarnos a un sendero en paralelo a la carretera por el que llegamos
hasta el comienzo del camino que asciende por la margen derecha del embalse de San
Juan, por el que agrupados y a buen ritmo nos pusimos a subir disfrutando de
las vistas con dirección hacia la “recula” donde el río Cofio vierte sus aguas
al embalse.
Tras un tendido ascenso de unos cinco kilómetros con algún respiro,
descendimos por un bonito sendero hasta el puente sobre el río Cofio, cruzando
sobre el mismo para comenzar con el ascenso por el “camino del Oso”,
disfrutando a nuestra izquierda de unas fantásticas vistas del río Cofio.
Hicimos una paradita para reponer fuerzas además de hacernos una fotito de
grupo y continuamos la marcha para rodar entre los pinos recorriendo el “camino
del Oso” para bordear el cerro de “La Cabreruela”, y más adelante abandonar el
camino del Oso para tomar otro camino muy poco transitado que nos llevó hasta
un sendero por el que descendimos hasta el arroyo del Santero, teniendo que
hacer empuja-bike durante unos diez metros hasta enlazar con un camino desde donde
podíamos ver en la otra orilla la zona de “La Virgen de la Nueva”, aunque ya el
puente está totalmente cubierto por las aguas del embalse.
Continuamos por el camino recorriendo la zona de “La Tejonera” hasta que
pasamos junto a una casa desde donde salieron en nuestra “persecución” con un
quad para decirnos que estábamos en una finca privada y que nos diéramos la
vuelta. Intentamos explicar que aunque la finca es privada los caminos eran
públicos según el Catastro, pero no hubo manera, la conversación fue “subiendo
de tono” hasta recibir incluso algún insulto.
Finalmente y por “evitar problemas”, decidimos volver sobre nuestras
rodadas (acompañados por el guarda en el quad), que nos dejó en el punto donde
cruzamos el arroyo del Santero para que desde allí nos “buscáramos la vida”.
Por no subir empujando la bici por el sendero-trialera por el que habíamos
bajado, decidimos investigar un sendero que transcurría junto a la valla de
alambre que delimita la finca, por el que en paralelo al arroyo fuimos
ascendiendo hasta llegar de nuevo al Camino del Oso, que cruzamos para tomar un
nuevo camino por el que tuvimos que hacer frente a unas buenas rampitas en la
cara norte de “La Cabreruela”, haciendo una nueva parada para retomar fuerzas y
una fotito de grupo.
Tomamos a continuación unos senderos que nos llevaron de nuevo al camino
del Oso, por el que emprendimos el camino de regreso volviendo sobre nuestras
“rodadas” para “rehacer” todo el camino hasta el río Cofio, cruzando de nuevo
por el puente para a continuación comenzar con un nuevo ascenso de unos dos
kilómetros hasta llegar al GR-10, por el que descendimos hasta enlazar con el
camino por el que habíamos iniciado la ruta y realizar el último descenso hasta
el mesón “El Puerto”, donde terminamos la ruta y “repusimos líquidos”.
Aunque no hemos podido realizar la ruta prevista, nos ha salido una ruta
preciosa de unos 39 kilómetros, por unos caminos y senderos entre los pinos por
los que hemos disfrutado mogollón.
Una lástima que no hayamos podido rodear Las Cabreras……..
miércoles, 4 de marzo de 2020
Domingo 1 de marzo (Desempolvando el chubasquero)
Después de varios domingos de climatología “benévola”, en esta ocasión la
jornada ha amanecido muy nublada, incluso con una fina lluvia cayendo a nuestra
hora habitual de salida, lo que seguro ha influido para que alguno se quedara
en casita. Aún así, nos hemos reunido en la Plaza Mayor un grupo compuesto por
Eltiolavara, Horacio, Transcastro, Alberto y Rafa.
Como la mañana estaba para “entrar pronto en calor” decidimos poner rumbo
p’al monte, así que el grupo echó a rodar con rumbo norte para dirigirnos hacia
el antiguo camino de Pelayos de la Presa a Villa del Prado, por el que con
Alberto en cabeza comenzamos a subir a un ritmo que rápidamente “nos puso las
pilas”. Tanto fue así, que entre que la lluvia cesó y el calor de la subida,
fuimos parando todos escalonadamente para “despojarnos” del chubasquero.
Tras la “relajada subidita” nos reagrupamos en el “alto” de la ladera del
Cerro Rojo, donde nos tomamos unos segundos para recuperar fuerzas antes
continuar ascendiendo unos metros hacia lo que llamamos “el mirador de Paco”,
donde paramos a hacernos la “fotito de la jornada” para a continuación
descender por un camino entre los pinos hasta la Cañada de Talavera.
Giramos a la izquierda y continuamos ascendiendo por la Cañada hasta
enlazar con el camino de Valdenoches, por el que ascendimos hacia el cerro del
mismo nombre para a continuación desviarnos por un sendero que recorre la cara
norte del cerro Valdenoches, por el que al haberse “cerrado” por las jaras nos
hizo “calentar” los dedos de las manos y las piernas a base de “varetazos” al
ir golpeándonos con las jaras de los lados.
A pesar de los golpes, disfrutamos con un descenso que nos condujo hasta el
camino que recorre la cara norte del cerro Valdenoches y del Alto de la Mira,
el cual atravesamos para afrontar una “segunda parte” del sendero en la que
tuvimos que poner “pie a tierra” en algunas zonas debido a la inclinación y las
“roderas” de las motos.
Tras el descenso llegamos hasta la carretera M-501, pasando bajo la misma por
un puente para a continuación bordear el pueblo de Pelayos de la Presa para
dirigirnos hacia el monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias y desde
allí al cerro de San Esteban.
Y allí comenzamos a ascender por senderos entre los pinos para dirigirnos hacia
“Casa Quemada”, el bonito mirador desde el que se disfrutan unas estupendas
vistas del embalse de San Juan y donde hicimos la “parada barrita” de la
jornada.
Después de unos minutos de “charleta” y relax reanudamos la marcha para
continuar disfrutando de los senderos del cerro de San Esteban, ascendiendo por
unas lanchas de piedra para a continuación descender “disfrutando mogollón” hasta
llegar al muro de contención del embalse, pasando sobre el mismo para después
dirigirnos hacia la gasolinera de Pelayos de la Presa.
Bordeamos la nueva estación de tratamiento de aguas de Pelayos de la Presa
y pasando después bajo la carretera M-501 nos dirigimos hacia la Cañada de
Talavera, para cruzar la misma y ascender por un camino hacia el cerro de “La
Loma de Las Labores” y desde allí descender de nuevo hacia la laguna que hay
junto a la Cañada de Talavera para afrontar a continuación el ascenso por “las
eses” con un fuerte viento que nos golpeaba de cara.
Tras un “sufrido” ascenso, llegamos al alto del cerro Rojo por donde
habíamos pasado al comenzar la ruta y antes de comenzar a descender hacia el
pueblo nos desviamos a la izquierda para tras pasar por una barrera recorrer el
cerro de Los Lobos y descender por un empinado cortafuegos hasta salir de nuevo
al camino de Pelayos a Villa del Prado, por el que ésta vez si que comenzamos a
descender con dirección al pueblo.
Ya en las cercanías del pueblo y como es habitual, nos desviamos hacia el
sendero que conduce hacia el depósito del agua, encontrándonos con la
“sorpresa” de que se encontraba marcado y abierto para su “reconocimiento” el
circuito de la prueba del Campeonato de Madrid que tendrá lugar el próximo
domingo y que transcurre por una finca privada, con lo que aprovechamos la
ocasión para disfrutar de un nuevo y divertido descenso por el circuito hasta
llegar al pueblo.
A pesar de haber comenzado la mañana con lluvia finalmente sólo nos
acompañó al inicio de la ruta, tomando su relevo el viento en una jornada en la
que hemos disfrutado de bastante senderito realizando una ruta de unos 37
kilómetros en la que hemos sobrepasado los 1.100 metros de desnivel acumulado,
lo que ha hecho que llegáramos “maduritos”.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)