Ha amanecido el domingo con la
primera helada del invierno por tierras de Villa del Prado, lo que ha hecho que
los valientes que nos hemos juntado en la Plaza Mayor a la hora de siempre tuviéramos
que "tirar de" gorros, bragas (de cuello), pasamontañas, etc. para
protegernos del fresquito reinante. Aún así, nos hemos reunido un "sexteto"
compuesto por Eltiolavara, Noesperoanadie, Transcastro, Jose, Edu y Rafa.
Como "la rasca" que
hacía era considerable, había que entrar pronto en calor, por lo que
necesitábamos pronto unas cuestecitas. Ya que últimamente siempre
"tirábamos p'arriba", en esta ocasión hemos variado y tomando rumbo
suroeste abandonamos el pueblo por el camino del Valle, haciendo frente a un
par de cuestecillas.
En vez de bajar hacia el arroyo
Arrofresnos, en el alto giramos a la derecha para continuar ascendiendo hasta
coronar el cerro Crespo, bajando a continuación (ésta vez sí) hacia el arroyo,
junto al que rodamos en paralelo durante unos metros hasta desviarnos a la
derecha para afrontar un buen cuestón en forma de sendero entre las jaras para
continuar "calentando".
Y por si alguno todavía
"tenía frío", tras el cuestón nos desviamos a la izquierda para después
de unos metros de descenso afrontar un par de tramos "heavy", con
unas rampas cortas pero de casi el 20% de desnivel.
Con "la caldera" a
tope, llegamos al camino del Majanal, donde a algunos "se despojaron"
de braga y gorros, que ya les sobraban después de los cuestones, para continuar
ascendiendo hasta las cercanías de la urbanización de El Encinar del Alberche.
Tras reagruparnos, comenzamos a
descender algo más de dos kilómetros por el camino que va hacia la urbanización
de Las Hoyas, para después desviarnos a la derecha hacia las "Casas de Valdeolivas".
Cruzamos sobre el arroyo de
Valdeasnos y tras unos metros de ascenso nos desviamos a la izquierda para
tomar un sendero junto a la valla de la finca "Las Hoyas" que coincide
con el límite entre las provincias de Madrid y Toledo, por el que llegamos
(tras "jabalinear" un poco entre las zarzas del arroyo de las
Zorreras) hasta el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, que cruzamos
para continuar unos metros por el sendero hasta desviarnos a la derecha tomando
un camino que nos llevó hasta Almorox.
En la plaza de Almorox sentados al
solecito junto al Ayuntamiento hicimos la "parada barrita" de la
jornada, para minutos después continuar la marcha para abandonar el pueblo con
un descenso hasta el arroyo Tordillos que de nuevo "nos dejó helados".
Menos mal que íbamos a entrar
pronto en calor, ya que a continuación tras pasar bajo la carretera M-544
comenzaba un ascenso de unos tres kilómetros por el antiguo camino de Cadalso
de los Vidrios a Almorox y después por la Senda del Cerro Cruz que nos puso
"las pilas" de nuevo.
Abandonamos posteriormente la
Senda del Cerro Cruz para desviarnos a la derecha y tomar unos senderos que nos
condujeron hasta el pequeño pantano de "El Romillo", donde hicimos
una paradita para hacernos la fotito de grupo antes de continuar por el sendero
que bordea el pantano y que nos llevó hasta la Cañada de Talavera.
Tomamos a continuación un bonito
camino entre los pinos para salir de nuevo a la Cañada de Talavera y llegar
hasta la carretera N-403, que cruzamos para de nuevo afrontar otra buena
subidita entre los pinos por la que llegamos hasta la urbanización de El
Encinar del Alberche, con rotura de cadena de Transcastro incluida.
Atravesamos después la
urbanización hasta salir a la carretera M-507, a la que nos incorporamos
durante unos metros para después desviarnos a la derecha para tomar un sendero
en paralelo a la misma por el que bajamos hasta el arroyo Arrofresnos,
afrontando después el último rampón, de cerca del 20% y donde únicamente
Transcastro y Rafa subieron sobre la bici.
Afrontamos después el descenso
hasta el pueblo por el senderito entre las jaras del antiguo camino de Almorox
a Villa del Prado, llegando al pueblo por el polígono industrial y dirigiéndonos
posteriormente hacia la Plaza Mayor, donde sentados al solecito nos tomamos
(otro día mas) unas cervecitas a la salud de Noesperoanadie, que había cumplido
años hacía poco y todavía lo teníamos pendiente. ¡¡Muchas felicidades!!.
Y eso fue todo en una jornada en
la que únicamente hemos recorrido unos 31 kilómetros, pero con casi 800 metros
de desnivel acumulado y en la que empezamos con mucho frío (por primera vez
llegaron a doler los dedos), que calentamos rápido con los cuestones, y que
disfrutamos de nuevo de muchos senderos y del campo en un estado espectacular.