lunes, 23 de enero de 2017

Domingo 22 de enero de 2017 (Visitando Piedraescrita)



Aunque ha helado menos que otros días continuamos con el fresquito invernal, lo que no es impedimento para que en la Plaza Mayor a la hora de siempre nos juntáramos un buen grupo compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Jose "el Mara", Horacio, Alberto, Rafa, Perejil y Jorge, que volvía “al tajo” después de su “permiso de paternidad”.
Tal como habíamos hablado en el grupo de Whatsapp, en la ruta de hoy teníamos pensado visitar Piedraescrita, un bonito lugar que tiempo atrás Alberto y Jorge habían comentado que aún no conocían.
Como siempre, tras los minutos habituales “de cortesía” para los rezagados, comenzamos nuestra ruta poniendo rumbo norte para pasar junto a las instalaciones de la piscina municipal y continuando hacia la ermita del Cristo para dirigirnos hacia el antiguo camino de Villa del Prado a San Martín de Valdeiglesias.
Aunque en el pueblo “la cosa” estaba tranquila, nada más empezar la subida nos dimos cuenta de que el viento iba a ser nuestro compañero durante toda la jornada, soplando desde el norte y por tanto trayendo bastante fresquito con él.
Por suerte subiendo a buen ritmo se cogen rápido calorías, aunque algunos como Jorge y sobre todo Perejil, notaban la inactividad de las últimas semanas. Aunque normalmente tras la subida nos reagrupamos en el alto que hay en las faldas del cerro Lucía, en esta ocasión con el viento tan frío que soplaba continuamos unos metros más adelante buscando una zona de sol para esperar a Perejil, que se había quedado bastante descolgado.
Una vez estuvimos todos, reanudamos la marcha y llegamos hasta la Cañada de Talavera, donde giramos a la izquierda para hacer frente a la cuesta asfaltada y continuar después por la pista hasta desviarnos a la izquierda para tomar un bonito camino entre los pinos por el que descendimos hasta la carretera M-507.
Atravesamos la carretera y giramos a la derecha para por un camino-cortafuegos realizar un divertido descenso entre pinos hasta la carretera N-403, que también atravesamos para incorporarnos de nuevo a la Cañada de Talavera, por la que rodamos durante unos ocho kilómetros hasta salir a la carretera TO-1560, por la que rodamos unos metros para enlazar con la M-544 y recorrer unos pocos metros hasta abandonar la misma para tomar el camino que nos condujo hasta nuestro objetivo de la jornada, Piedraescrita.
Allí al solecito hicimos la “parada barrita” de la jornada además de la obligada fotito de grupo junto al “monolito”, retomando la marcha tras unos minutillos de relax para “volver sobre nuestras rodadas” hasta la carretera M-544, rodando por la misma unos pocos metros hasta desviarnos a la derecha para incorporarnos a la Senda del Cerro Altillo, un bonito camino-sendero que siempre que pasamos nos encanta.
Rodábamos por la senda cuando “para no perder las buenas costumbres” nos dispusimos a realizar “labores de investigación”, tomando un camino que salía a nuestra izquierda y al que nos incorporamos hasta que tras pasar una valla nos quedamos “sin rodadas”, con lo que en esta ocasión la investigación no fue “fructífera” ya que terminamos “jabalineando” entre las encinas mientras bajábamos por la ladera.
Con un “vuelo sin motor” de Jorge al topar la rueda delantera con una piedra (sin consecuencias por suerte, únicamente las risas de los demás) y tras recorrer un tramo perdidos por el monte, al final logramos salir al camino del arroyo Cantarranas, por el que ya sin pérdida pusimos rumbo hacia Almorox.
Tras subir “La cuesta del tío Calambres”, llamada así en honor de nuestro compañero Javichy, hicimos una paradita en la puerta del cementerio de Almorox para esperar a Perejil, al que a éstas alturas de ruta ya la más mínima rampita se le hacía un monte.
Cuando estuvimos todos, atravesamos el pueblo para dirigirnos hacia el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, que tomamos durante un tiempo hasta desviarnos después por el camino de Valdeolivas y llegando hasta la parte de arriba de la urbanización de Las Hoyas, que bordeamos por un sendero entre las encinas hasta llegar a la M-540 (carretera del Alamín), tomando posteriormente el kilómetro obligatorio de la misma para poder enlazar de nuevo con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox junto a la finca "La Blanca" y regresar por él a Villa del Prado,
En una jornada en la que hubiéramos tenido un tiempo espectacular si no hubiera sido por el viento que nos ha acompañado durante la misma, hemos realizado una bonita ruta de unos 47 kilómetros en la que hemos visitado Piedraescrita (los que no la conocían han quedado encantados) y en la que hemos disfrutado de bonitos senderos y con la única “pega” de que en esta ocasión las “labores de reconocimiento” no han terminado de manera positiva…..¡¡Otra vez será!!.


martes, 17 de enero de 2017

Domingo 15 de enero de 2017 (Disfrutando del invierno)



Tal como “toca” en estas fechas, continuamos con “bastante fresquete” por las mañanas, lo que hace que algunos prefieran quedarse en la cama calentitos, mientras en la Plaza Mayor a la hora de siempre nos juntábamos un grupo compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Jose "el Mara", Horacio, Alberto, Rafa y Mariano.
Como es habitual durante los fríos domingos de invierno, es importante “entrar en calor” cuanto antes, así que tras los minutos habituales “de cortesía” tiramos “pal monte” pasando junto a las instalaciones de la piscina municipal y girando a la derecha para dirigirnos hacia el antiguo camino de Villa del Prado a Pelayos de la Presa.
A buen ritmo para “coger calorías”, realizamos la subida cada uno “en la medida de sus posibilidades” hasta llegar al alto en la ladera del Cerro Rojo, donde según llegábamos parábamos para reagruparnos, extrañándonos mucho el tiempo que Transcastro y Jose tardaban en llegar. Tras un buen rato intentando contactar con ellos por teléfono (no había cobertura), por fin les vimos aparecer y nos comentaron que Jose (quien sino!!!) había tenido un pinchazo. Tras la “guasa” con hacer un “ranking de pinchazos del año” (últimamente Jose está en racha) retomamos la marcha continuando con un rápido descenso que nos condujo hasta la Cañada de Talavera junto a la laguna que forman el arroyo del Jaralón y el arroyo de Las Labores.
Tras otra paradita para que Transcastro se pusiera los cubrebotas (se le habían helado los pinreles), nos dirigimos hacia hacia la trialera que baja al embalse de Picadas recorriendo la ladera del cerro del Pajar del Fraile y luego del Cerro Pocito hasta llegar al comienzo de la trialera.
Realizamos el descenso cada uno a su ritmo, con Jose en cabeza “a lo loco” y algunos poniendo pie a tierra en algún tramo hasta llegar junto al embalse de Picadas, donde giramos a la derecha para rodar con dirección al muro de la presa.
Llegamos entonces a la explanada donde comienza el camino de subida hacia la urbanización “El Morro” por el que para “no quedarnos fríos” comenzamos el ascenso con Horacio dejando al grupo impresionado de su ritmo.
Después de la subida, atravesamos la urbanización y continuamos por la carretera hasta llegar a Navas del Rey, donde en nuestro “lugar habitual”, hicimos la “parada barrita” de la jornada.
Tras reponer fuerzas, retomamos la marcha pedaleando contra un frío viento del norte hasta tomar el camino que transcurre por el pinar del Cerro del Monje, continuando después por una trialera que nos llevó hasta la carretera M-501, que tuvimos que cruzar con muchas precauciones debido al tráfico.
Unos metros después de atravesar la carretera, nos desviamos a la derecha para tomar un caminito “de nueva investigación”, por el que sorteando piedras ascendimos en paralelo a la carretera hasta incorporarnos al Camino del Tejar con dirección a Colmenar de Arroyo, por el que rodamos recorriendo el bonito entorno de la dehesa de Colmenar.
Tras recorrer la zona de “El Chaparral” llegamos hasta la carretera M-510, cruzando la misma para dirigirnos hacia la urbanización de Valquigoso, recorriendo sus calles sin asfaltar hasta enlazar con un camino que nos condujo hasta la rotonda sobra la carretera M-501, por la que rodamos para internarnos en el pueblo de Chapinería y atravesar el mismo hasta desviarnos a la izquierda para tomar un bonito sendero que transcurriendo por el Prado de la Lancha nos hizo disfrutar de una bonita bajada hasta enlazar con la Cañada Segoviana, realizando a mitad de la bajada una paradita para la foto de grupo de la jornada.
Por la Cañada Segoviana realizamos un rápido descenso que nos llevó hasta las cercanías de Aldea del Fresno, bordeando a continuación el pueblo por el camino que recorre la orilla del río Alberche hasta llegar al puente de La Pedrera, donde nos incorporamos a la carretera M-507.
Recorrimos por la carretera los casi tres kilómetros necesarios para poder enlazar con el camino de La Poveda, al que nos incorporamos para rodar con dirección a la ermita, aunque posteriormente y tras “sortear” una valla nos incorporamos al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox por el que realizamos los kilómetros finales de la ruta hasta regresar al pueblo.
Y así nos hemos marcado una bonita ruta de unos 55 kilómetros por la zona de Navas del Rey, Colmenar de Arroyo y Chapinería en la que hemos conocido nuevos caminos, disfrutando como siempre de una buena jornada de pedaleo y buen rollo.
En espera de que llegue el buen tiempo, por suerte lo “único malo” de estos meses invernales es el fresquito de “primera hora”, ya que después el solecito acompaña y la temperatura resulta llevadera (eso si, con la indumentaria adecuada).

lunes, 9 de enero de 2017

Domingo 8 de enero de 2017 (Eliminando los excesos de las Navidades)



Tras el “paréntesis” navideño en nuestras salidas provocado por la coincidencia en domingo de los días 25 y 1, llegó el momento de retomar la actividad para intentar “paliar” en parte los excesos gastronómicos de las fiestas navideñas, y para ello nos hemos juntado en la Plaza Mayor a la hora de siempre un buen grupo compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Jose "el Mara", David, Horacio, Alberto, Rafa y Juan Carlos, el Presi de la U. C. Villa del Prado.
Con algún gradito por debajo de cero, lo mejor que podíamos hacer era intentar “entrar en calor” lo antes posible, para lo que como es habitual durante el invierno, no hay “mejor medicina” que “tirar p’arriba”, así que con esa intención pusimos rumbo norte para tras pasar junto a las instalaciones de la piscina municipal tomar el antiguo camino de Villa del Prado a San Martín de Valdeiglesias, por el que subimos a buen ritmo buscando los rayos de sol para combatir el frío mañanero.
Al llegar al alto y tras reagruparnos tras la subida, continuamos con dirección hacia la Cañada de Talavera, aunque algo más adelante cambiamos de idea para girar a la izquierda y tomar un cortafuegos por el que con algunos “sube-baja” llegamos hasta el arroyo del Bodegón, donde por si aún no habíamos “calentado” comenzaba el “muro” de la jornada, una subida por el cortafuegos por la ladera del Cerro Otanejo llegando en algunos tramos al 32% de inclinación donde aunque Juan Carlos y Rafa subieron sobre la bici un buen tramo, finalmente todos tuvimos que poner pie a tierra ante la imposibilidad de subir ese “paredón”.
Haciendo “empuja-bike” llegamos a la cima del cerro, desde donde nos dirigimos hacia la pista asfaltada de la Cañada de Talavera girando a la derecha para bajar unos metros por la misma y girar a la izquierda para bajar de nuevo por un cortafuegos que nos llevó a incorporarnos al camino de La Fuenfría, que tomamos con dirección hacia San Martín de Valdeiglesias llegando hasta la carretera M-541 y cruzando la misma para continuar por el camino de La Fuenfría durante un kilómetro hasta desviarnos a la izquierda para tomar un bonito camino-sendero entre los pinos que nos llevó hasta el "Alto de Castillejos".
Continuamos desde allí recorriendo un bonito camino entre los pinos hasta salir al camino de Maroñones, donde giramos a la derecha para bajar unos metros por el mismo hasta desviarnos a la izquierda para realizar unas “labores de investigación” tomando un sendero por el que entre los tomillos bajamos hasta la zona de las “Casas del Canto del Corzo” enlazando allí con un camino por el que ascendimos durante unos metros hasta llegar a la carretera N-403.
Atravesamos la carretera y continuamos ascendiendo por el camino hasta llegar a el alto del cerro Peña Caballera, donde al solecito y con las vistas del valle del arroyo del Boquerón hicimos la “parada barrita” de la jornada además de la foto de grupo.
Tras reponer fuerzas, reanudamos la marcha bajando durante unos metros por un sendero hasta encontrarnos “de bruces” con una valla, lo que nos obligó a volver sobre nuestras rodadas subiendo de nuevo hasta donde habíamos hecho la “parada barrita” para desde allí tomar otro camino que posteriormente se convertiría en sendero y después en trialera por la que realizamos un técnico y divertido descenso que nos llevó hasta la vía pecuaria del arroyo del Boquerón.
Decidimos ya poner rumbo de regreso al pueblo, para lo que tomamos la vía pecuaria con dirección ascendente hasta llegar a la carretera M-542, que cruzamos para tomar un sendero por el que pasamos junto a la laguna del manantial del Andrinoso, tomando a continuación durante unos metros la carretera N-403 hasta enlazar con la pista asfaltada que lleva hasta la Cañada de Talavera, donde decidimos alargar la ruta un poco más.
Allí David abandonó el grupo dado que ya se le hacía tarde, y se marchó ya para el pueblo, aunque algo más tarde llamó por teléfono ya que se había perdido con lo que finalmente llegó al pueblo más tarde que nosotros.
El resto del grupo pasamos las bicis sobre una valla para incorporarnos a un camino-cortafuegos y después un sendero por el que llegamos hasta la laguna del Pozo Alcornocoso, desde donde comenzaba un nuevo ascenso entre los pinos hasta llegar a la Cañada de Talavera.
Ya en la pista asfaltada de la Cañada, decidimos hacer a la inversa los rampones del cortafuegos del cerro Otanejo que habíamos subido al inicio de la ruta para lo que nos incorporamos al cortafuegos y realizamos un rápido descenso por el mismo hasta llegar de nuevo al arroyo del Bodegón y continuando después por el cortafuegos hasta enlazar con el camino de San Martín del Valdeiglesias.
Antes de afrontar el descenso final hasta el pueblo nos desviamos a la izquierda para tras pasar una puerta, tomar el camino que recorre la ladera del cerro Lucía pasando por una explotación ganadera abandonada y enlazar con el antiguo camino de Villa del Prado a Pelayos de la Presa, recorriendo unos metros por el mismo hasta desviarnos a la derecha tomando el divertido senderito que lleva hasta detrás del depósito del agua de Villa del Prado y continuando desde allí hasta el pueblo.
Aunque la mañana empezó muy fría, poco a poco el ambiente fue mejorando, lo que unido a la “ruta calefacción” realizada (33 kilómetros con casi 1.000 metros de desnivel acumulado) ha hecho que únicamente pasáramos frío al principio, disfrutando después de una estupenda mañana para las épocas de año en que estamos, siendo conscientes de que el mes de enero suele ser lo mas “duro” del año climatológicamente hablando.