Aunque ha helado menos que otros días continuamos con el fresquito
invernal, lo que no es impedimento para que en la Plaza Mayor a la hora de
siempre nos juntáramos un buen grupo compuesto por Eltiolavara, Transcastro,
Jose "el Mara", Horacio, Alberto, Rafa, Perejil y Jorge, que volvía “al
tajo” después de su “permiso de paternidad”.
Tal como habíamos hablado en el grupo de Whatsapp, en la ruta de hoy
teníamos pensado visitar Piedraescrita, un bonito lugar que tiempo atrás
Alberto y Jorge habían comentado que aún no conocían.
Como siempre, tras los minutos habituales “de cortesía” para los rezagados,
comenzamos nuestra ruta poniendo rumbo norte para pasar junto a las instalaciones
de la piscina municipal y continuando hacia la ermita del Cristo para
dirigirnos hacia el antiguo camino de Villa del Prado a San Martín de
Valdeiglesias.
Aunque en el pueblo “la cosa” estaba tranquila, nada más empezar la subida
nos dimos cuenta de que el viento iba a ser nuestro compañero durante toda la
jornada, soplando desde el norte y por tanto trayendo bastante fresquito con
él.
Por suerte subiendo a buen ritmo se cogen rápido calorías, aunque algunos
como Jorge y sobre todo Perejil, notaban la inactividad de las últimas semanas.
Aunque normalmente tras la subida nos reagrupamos en el alto que hay en las
faldas del cerro Lucía, en esta ocasión con el viento tan frío que soplaba
continuamos unos metros más adelante buscando una zona de sol para esperar a
Perejil, que se había quedado bastante descolgado.
Una vez estuvimos todos, reanudamos la marcha y llegamos hasta la Cañada de
Talavera, donde giramos a la izquierda para hacer frente a la cuesta asfaltada
y continuar después por la pista hasta desviarnos a la izquierda para tomar un bonito
camino entre los pinos por el que descendimos hasta la carretera M-507.
Atravesamos la carretera y giramos a la derecha para por un
camino-cortafuegos realizar un divertido descenso entre pinos hasta la
carretera N-403, que también atravesamos para incorporarnos de nuevo a la
Cañada de Talavera, por la que rodamos durante unos ocho kilómetros hasta salir
a la carretera TO-1560, por la que rodamos unos metros para enlazar con la
M-544 y recorrer unos pocos metros hasta abandonar la misma para tomar el
camino que nos condujo hasta nuestro objetivo de la jornada, Piedraescrita.
Allí al solecito hicimos la “parada barrita” de la jornada además de la
obligada fotito de grupo junto al “monolito”, retomando la marcha tras unos
minutillos de relax para “volver sobre nuestras rodadas” hasta la carretera
M-544, rodando por la misma unos pocos metros hasta desviarnos a la derecha
para incorporarnos a la Senda del Cerro Altillo, un bonito camino-sendero que
siempre que pasamos nos encanta.
Rodábamos por la senda cuando “para no perder las buenas costumbres” nos
dispusimos a realizar “labores de investigación”, tomando un camino que salía a
nuestra izquierda y al que nos incorporamos hasta que tras pasar una valla nos
quedamos “sin rodadas”, con lo que en esta ocasión la investigación no fue “fructífera”
ya que terminamos “jabalineando” entre las encinas mientras bajábamos por la
ladera.
Con un “vuelo sin motor” de Jorge al topar la rueda delantera con una
piedra (sin consecuencias por suerte, únicamente las risas de los demás) y tras
recorrer un tramo perdidos por el monte, al final logramos salir al camino del
arroyo Cantarranas, por el que ya sin pérdida pusimos rumbo hacia Almorox.
Tras subir “La cuesta del tío Calambres”, llamada así en honor de nuestro
compañero Javichy, hicimos una paradita en la puerta del cementerio de Almorox
para esperar a Perejil, al que a éstas alturas de ruta ya la más mínima rampita
se le hacía un monte.
Cuando estuvimos todos, atravesamos el pueblo para dirigirnos hacia el
antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, que tomamos durante un tiempo
hasta desviarnos después por el camino de Valdeolivas y llegando hasta la parte
de arriba de la urbanización de Las Hoyas, que bordeamos por un sendero entre
las encinas hasta llegar a la M-540 (carretera del Alamín), tomando posteriormente
el kilómetro obligatorio de la misma para poder enlazar de nuevo con el antiguo
trazado del ferrocarril Madrid-Almorox junto a la finca "La Blanca" y
regresar por él a Villa del Prado,
En una jornada en la que hubiéramos tenido un tiempo espectacular si no
hubiera sido por el viento que nos ha acompañado durante la misma, hemos realizado
una bonita ruta de unos 47 kilómetros en la que hemos visitado Piedraescrita
(los que no la conocían han quedado encantados) y en la que hemos disfrutado de
bonitos senderos y con la única “pega” de que en esta ocasión las “labores de
reconocimiento” no han terminado de manera positiva…..¡¡Otra vez será!!.