Amaneció lluviosa la jornada,
siendo la celebración de la I Edición de “La Crujebielas”, marcha que
organizaba el vecino Club de Almorox MTB, y a las 8,30 nos habíamos dado cita
en la estación de autobuses Eltiolavara, Transcastro, Edu, Javichy, Rafa y
Toñin, partiendo hacia Almorox minutos después mientras la mañana tenía “mala
pinta” en lo meteorológico.
Fue llegar a la altura de la
urbanización de Pinar de Almorox y el cielo se abrió, dejando de llover y
asomando unos pequeños rayos de sol. Aparcamos “la fregoneta” de Javichy en el
campo de fútbol y recogimos los dorsales para dirigirnos hacia la salida de la
ruta.
Empezamos la ruta sobre las 10 de
la mañana, saliendo de Almorox y dirigiéndonos hacia Almorojuelo, para después
tomar el camino vecinal de Escalona y Almorox a Villa del Prado hasta llegar a
la carretera M-540 por la que circulamos unos metros hasta llegar a la
urbanización de Las Hoyas, donde nos desviamos por la calle principal de la
urbanización para ascender hacia Valdeolivas, para después desviarnos por
diversos caminos hasta llegar al primer avituallamiento de la jornada, situado
en la pista que comunica la urbanización de Pinar de Almorox con El Encinar.
Tras una paradita rápida,
reanudamos la marcha dispuestos a hacer frente a la “parte dura” de la jornada,
los cortafuegos de El Encinar. Unos mejor que otros conseguimos llegar arriba y
continuamos rodando para incorporarnos a la Cañada de Talavera, para cruzar
después la carretera N-403 por debajo y tomando otro camino llegar al segundo
avituallamiento de la jornada junto al retén forestal de Prado Luengo, haciendo
otra breve paradita antes de continuar hacia la Cañada de Talavera.
Rodamos unos metros por la Cañada
y después nos desviamos por el senderito que va hacia el embalse de detrás de
El Romillo y a continuación regresamos a la Cañada para continuar rodando por la
misma hasta llegar a la carretera M-544, donde cruzamos para a continuación
llegar al tercer avituallamiento de la jornada, situado al comienzo de la senda
de Cerro Altillo.
Desde allí nos dirigimos hacia la
cantera de El Diente de la Vieja recorriendo a continuación la bonita zona de
senderitos antes de afrontar la última dificultad de la jornada, la cuesta que
lleva hasta el cementerio de Almorox, donde surgieron los calambres en las
piernas de algunos.
Llegamos al polideportivo de
Almorox, donde además de refrescos y cerveza pudimos degustar una caldereta que
estaba para chuparse los dedos mientras comentábamos la jornada.
Un bonito recorrido rompepiernas
de unos 45 kilómetros que hemos hecho a buen ritmo en unas tres horillas.