martes, 26 de mayo de 2015

Domingo 24 de mayo de 2015 (Una cortita pero intensa)



Jornada electoral en la que a Eltiolavara "le han jodido" la mañana de bici al "ser afortunado y tocarle en el sorteo" una plaza de vocal de mesa electoral. Echándole de menos, en la Plaza Mayor a la hora de siempre nos hemos juntado Horacio, Transcastro, Jose "el Mara", Rafa y Edu, que después de mucho tiempo había "desempolvado" la bici para salir con nosotros. Al grupo se nos ha unido también "el caracol" Jorge.
Tras debatir durante unos segundos hacia donde encaminarnos en esta jornada, sin rumbo fijo decidimos tirar "p'arriba", para lo que abandonamos el pueblo por el camino de Pelayos, calentando las piernas con la primera rampa.
Durante la subida, a Jorge se le ocurrió comentar (muy mala idea) que no había subido nunca al "Alto de la Mira" por el cortafuegos, así que, por hablar, le tomamos la palabra y hacia allí nos encaminamos.
A buen ritmillo fuimos haciendo frente a la ascensión por el camino de Pelayos a pocos metros de distancia unos de otros llegando sin problemas hasta el alto, donde giramos a la izquierda para continuar ascendiendo levemente por el camino que transcurre por la ladera del cerro Rojo.
Para ir poniendo las piernas a tono para lo que se avecinaba, fuimos rodando por el camino hasta desviarnos a la derecha para comenzar a subir por el cortafuegos que asciende hacia el cerro de la Puebla, aunque en vez de dirigirnos a su cima, continuamos por cortafuegos desviándonos a la derecha para ascender unos metros antes de descender hacia la cañada de Talavera.
Cruzamos la cañada de Talavera y con alguno haciéndose "el remolón" por si con suerte cambiábamos de idea, metimos molinillo y nos liamos con "lo más heavy" de la jornada haciendo frente a la primera parte del cortafuegos, que coincide con el camino de Fuenfría y donde con Rafa en cabeza seguido de Transcastro y a continuación el resto del "sexteto" realizamos el ascenso (con algunos haciendo algo de empuja-bike) hasta llegar al punto intermedio de la ascensión, donde nos reagrupamos para tomar unos minutillos de respiro antes de afrontar el rampón final.
Tras haber bajado las pulsaciones, llegó "el momento de la verdad", el rampón por el cortafuegos con algunos tramos de más del 22% donde únicamente Rafa fue capaz de subirlo sobre la bici, seguido de Transcastro que durante unos metros tuvo que poner pie a tierra.
El cuarteto restante llegó arriba realizando un buen paseo de "empuja-bike" cortafuegos arriba, reagrupándonos todos en la cima (1.038 metros) y parando junto al vértice geodésico durante unos minutos para tomarnos un respiro y hacernos la fotito de grupo de la jornada.
Tras unos minutos de relax, retomamos la marcha afrontando el descenso, con un primer tramo de trialera entre las jaras antes de salir a un cortafuegos por el que bajamos hasta el camino de Valdenoches.
Tomamos a continuación el camino de Valdenoches a nuestra izquierda durante unos pocos metros, para desviarnos después a la derecha y tomar un divertido sendero entre las jaras que transcurre por la ladera del cerro Valdenoches, y aprovechando para "depilarnos un poco" las piernas y brazos con las ramas de las jaras.
El divertido descenso nos llevó hasta un camino, que tomamos a nuestra izquierda para tras pasar junto a la caseta de los forestales incorporarnos de nuevo al camino de Valdenoches, por el que rodamos durante unos metros hasta desviarnos a la derecha para incorporarnos a otro cortafuegos que baja desde el alto de la Mira y por el que descendimos hasta otro nuevo cortafuegos.
Giramos a la derecha y rodamos por éste último durante unos metros, para abandonarle tomando un sendero con algunos tramos bastante técnicos por el que bajamos por la ladera del cerro del Alambrado hasta llegar a las cercanías de la carretera M-501, junto a la que rodamos por un camino paralelo hasta llegar a un puente y pasar por debajo para llegar a Pelayos de la Presa.
Bordeamos el pueblo de Pelayos y nos dirigimos hacia otro puente para pasar de nuevo por debajo de la carretera M-501 y tomar el camino de Valdeyeros, por el que llegamos hasta el tupido pinar junto al arroyo del las Labores.
Llegado el momento de emprender el camino de regreso al pueblo, sometimos a votación si volver "de forma light" por la vía de Picadas o tomar "la asfaltada y las eses", saliendo "por unanimidad" la segunda opción (total, ya después de lo subido....... el resto es "una mariconá"), así que ascendimos unos metros por la loma del cerro de Las Labores para enlazar con la pista asfaltada que viene desde la depuradora y continuar ascendiendo.
Con Rafa y Transcastro realizando el ascenso a buen ritmo, tras realizar todos el ascenso nos reagrupamos en la curva donde pasamos del asfalto a la tierra y donde tuvimos unos minutillos de relax. Cuando íbamos a retomar la marcha, la rueda trasera de Transcastro estaba pinchada, así que tuvimos que dedicar unos minutos a subsanar el imprevisto.
Una vez reparado el pinchazo, reanudamos la marcha por la cañada de Talavera hasta llegar a la laguna del arroyo de Las Labores, donde iniciamos la subida por "las eses" del camino de Pelayos.
Tras realizar la subida y reagruparnos en el alto, comenzamos el descenso final hacia Villa del Prado, aunque en las cercanías del pueblo nos desviamos a la derecha para tomar el senderito disfrutón que lleva hasta detrás de los depósitos y desde allí al inicio del camino de Pelayos, terminando la ruta todos sanos, salvos, y sin contratiempos.
Con el solecito acompañando toda la mañana, ruta cortita pero intensa la que hemos realizado hoy, de "sólo 31 kilómetros", pero con unas buenas subidas y unas bajadas técnicas que también "se las traían", lo que ha hecho que alguno gastara más suela de zapatilla que rueda de bici.



martes, 19 de mayo de 2015

Domingo 17 de mayo de 2015 (Por fin, tiempo de cervecitas)



Ya llegó una nueva jornada dominical, y después de la ruta del domingo pasado esta vez dispuestos a recorrer "nuestros dominios" nos hemos juntado en la Plaza Mayor a la hora de siempre Eltiolavara, Horacio, Perejil, Noesperoanadie, Jose "el Mara" y Rafa por el Club, uniéndose también al grupo Juanra "Molina".
Mientras debatíamos hacia donde encaminar nuestras pedaladas, Perejil "se ofreció voluntario" a invitar a unas cervecitas después de la ruta con motivo de su pasado cumpleaños, con lo cual planificamos un recorrido en el que estar pronto de vuelta y "tomarle la palabra".
Como siempre, tras unos minutos de cortesía por si aparecía alguno más, comenzamos nuestra ruta saliendo de la Plaza Mayor hacia el sur, para desviarnos después y tomar el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox para ir calentando las piernas.
Llegamos hasta la carretera que va a la ermita de La Poveda, donde giramos a nuestra izquierda para rodar unos metros por la misma y girar posteriormente a la derecha para tomar un camino que nos llevó hasta la carretera M-507, la cual cruzamos para continuar por el camino del Molino de Rodeles enlazando después con el sendero-camino que discurre por detrás del Safari Park hasta salir a la carretera de Picadas.
Nos incorporamos a la carretera con dirección a la presa, realizando a buen ritmo el ascenso y posterior descenso, para recorrer toda la vía verde hasta el final, donde junto al enorme pino que allí hay hicimos una breve "parada barrita".
Tras unos minutillos de relax, reanudamos la marcha tomando el senderito que bordea el cerro del Cubo, continuando después por el camino que discurre en paralelo a la carretera M-501, y pasando por debajo de la misma para bordear por un sendero el pueblo de Pelayos de la Presa.
De nuevo pasamos bajo la carretera M-501 para continuar rodando por un camino paralelo por el que llegamos hasta la carretera M-541, incorporándonos a la misma durante unos metros para comenzar así la "parte ascendente" de la ruta.
Tras rodar unos metros por la carretera, nos desviamos a la derecha para tomar un camino-sendero paralelo a la carretera donde en continuo ascenso y haciendo frente a alguna buena rampita llegamos hasta un establo abandonado, donde hicimos una breve parada para "tomar aire" y hacernos la fotito de grupo de la jornada.
Retomamos la marcha y continuamos ascendiendo hasta salir de nuevo a la carretera M-541, rodando menos de un kilómetros por la misma hasta desviarnos a la izquierda para tomar el camino de Valdenoches y seguir con el ascenso a la sombra de los pinos por la ladera del alto de la Mira para bajar a continuación hasta la cañada de Talavera.
Y ya que estábamos puestos, para "no dejar de subir", cruzamos la cañada de Talavera y "molinillo en ristre" nos pusimos a darlo todo subiendo por el cortafuegos que asciende hacia el cerro de la Puebla, dándonos unos segundillos de respiro al coronar.
Proseguimos después con unos metros de descenso hasta tomar un camino que transcurre por la ladera del cerro Corrales hasta salir al cortafuegos que baja desde el vértice geodésico que hay en su cima, por el que enlazamos con el camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado.
Antes de afrontar el descenso final hasta el pueblo por el camino de San Martín, nos desviamos a la izquierda para tras pasar una puerta, tomar el camino que discurre por la ladera del cerro Lucía pasando por una explotación ganadera abandonada y enlazar así con el antiguo camino de Villa del Prado a Pelayos.
Tras recorrer unos metros el camino, nos desviamos a la derecha para tomar el divertido senderito que lleva hasta detrás de los depósitos del agua, desde donde bajamos sanos y salvos hasta el pueblo.
Y tal como habíamos planeado al inicio de la ruta, después de recorrer cerca de cuarenta kilómetros en una mañana con una temperatura ideal y que ha tenido todo tipo de terrenos estábamos de vuelta en el pueblo alrededor de las 12,30, la hora justa para tomarnos unas cervecitas, que cayeron "en honor" de Perejil y Juanra.



martes, 12 de mayo de 2015

Domingo 10 de mayo de 2015 (La primera "torraera" del año)



Tal y como estaba "marcado" en nuestro calendario, para la jornada de hoy teníamos previsto realizar la "ruta mensual" del mes de mayo, que en esta ocasión consistía en realizar un recorrido por la llanura castellana entre Torrijos y Toledo.
Habíamos quedado en la estación de autobuses a las 8,45 horas, y allí nos hemos dado cita Eltiolavara, Horacio, Perejil, Transcastro, Miguel, Manolo Beades y Rafa. Tras cargar las bicis en la fregoneta de Manolo pusimos rumbo hacia Torrijos, realizando el trayecto sin complicaciones y aparcando los vehículos en un gran parking al aire libre donde estuvimos esperando a Raúl, que llegaría directamente desde Madrid para no pasar por Villa del Prado y que se retrasó más de media hora, con lo que echamos a rodar pasadas las nueve y media de la mañana.
Comenzamos la ruta pedaleando con el aire en contra pasando por debajo de la autovía A-40 para tomar un camino (o eso era hasta hace nada) que estaba recién asfaltado, y por el que en unos minutos llegamos a Barcience. Atravesamos el pueblo y continuamos por otro camino con dirección a Rielves, con un tramo del camino que los tractores habían dejado hecho "una m....".
Bordeamos el pueblo de Rielves por las afueras y continuamos nuestra marcha rodando entre sembrados por el camino de Rielves a Bargas, donde tras cruzar el río Guadarrama tuvimos que hacer frente al mayor ascenso de la jornada hasta llegar a Bargas, por una pista que en continua subida nos llevó hasta las cercanías de la autovía A-40, donde hicimos la primera "parada barrita" de la jornada.
Tras reponer fuerzas, mientras empezaba a notarse el calor reanudamos la marcha y atravesamos el pueblo de Bargas, desviándonos a la derecha a la salida del pueblo para tomar el camino de Valparaíso, por el que en ligero descenso aunque con algún pequeño repechito nos acercábamos cada vez más a nuestro objetivo, Toledo.
El camino nos llevó a enlazar con una pista asfaltada donde hicimos una paradita para una fotito con la ciudad de Toledo a nuestra espalda, bajando después por la pista hasta la ciudad, pasando por un puente sobre la circunvalación y comenzando entonces nuestra ruta turística por la ciudad.
Y así nos recorrimos varios bonitos lugares de Toledo como la puerta de la Bisagra, El Alcázar o la Catedral, donde en su plaza hicimos una nueva "parada barrita" para reponer fuerzas antes de emprender el camino de regreso a Torrijos.
Reanudamos la ruta callejeando para bajar hasta el río Tajo, donde tomamos el camino natural del Tajo, que discurre por la orilla del río y por el que tras un tramo de asfalto llegamos a enlazar con el camino de Albarreal, mientras "Lorenzo" nos calentaba en la chepa cada vez más.
Y así, transitando por el camino de Albarreal, recorrimos kilómetros y kilómetros entre enormes plantaciones de regadío, mientras suspirábamos porque alguno de los aspersores nos regara con su agua o por que apareciera alguna nube en el cielo.
Por el camino de Albarreal salimos hasta una especie de ermita, donde nos desviamos para tomar el camino de Cambrillos a Rielves, donde ahora sí, había unos aspersores que regaban una pequeña parte del camino, lo que aprovechamos para intentar ponernos debajo y refrescarnos un poco para llevar mejor "la torraera" que estaba cayendo, ya que nos encontrábamos en medio de la llanura castellana a eso de las dos de la tarde.
Proseguimos por el camino de Cambrillos hasta las cercanías de Rielves, donde a la sombra de un gran pino paramos durante unos minutos para refrescarnos y de paso cambiar las pilas al gps, que "se había muerto" unos metros antes.
Con una "pereza de muerte" por salir de debajo del pino a "la solanera", reanudamos la marcha tomando una vía de servicio asfaltada que transcurría en paralelo a la autovía A-40, por la que rodamos bajo un sol aplanador con Torrijos en el horizonte como si fuera un espejismo.
La vía de servicio nos llevó a enlazar con el camino de la Vega, por el que finalmente regresamos a Torrijos pasadas las tres de la tarde (con la fresca), atravesando las vías del tren para bordear el pueblo y dirigirnos al parking desde el que habíamos comenzado la ruta.
Y así llegamos a Torrijos deseando "asaltar" la nevera con la bebida fresquita, después de haber realizado la "Titán Torrijos" a "treinta y pico grados" y recorrer los más de 77 kilómetros bajo una torraera de impresión que nos dejó buen tono rojillo en brazos y piernas.
Como no podía ser de otra manera, a la sombrita de un par de plataneros vaciamos prácticamente la nevera de la bebida, reponiendo fuerzas con nuestro avituallamiento sólido habitual, que nos supo a "más que gloria" mientras comentábamos una ruta en la que su mayor encanto fue el recorrido por Toledo.


lunes, 4 de mayo de 2015

Domingo 3 de mayo de 2015 (Una cortita en el "Día de la Madre"



Domingo 3 de mayo, "Día de la Madre", y por ello con intención de dar una vuelta cortita para estar en casa pronto nos hemos reunido en la Plaza Mayor a la hora de siempre Eltiolavara, Horacio, Jose "El Mara" y Rafa, además de David, un amiguete de "El Encinar" que por primera vez se había animado a dar una vuelta con nosotros.
Comenzamos la rutilla saliendo del pueblo por el antiguo camino de Pelayos, entrando rápido en calor con la primera cuesta y continuando después con la subida a buen ritmo, aunque con Horacio acusando no haber salido el domingo pasado.
A ritmo constante realizamos todo el ascenso hasta llegar al alto, donde giramos a la izquierda para continuar ascendiendo por la ladera del cerro Rojo unos metros hasta lo que llamamos "El mirador de Paco", donde nos detuvimos unos segundos para disfrutar de las vistas de Villa del Prado y toda la vega del Alberche.
Reanudamos la marcha rodando por el camino hasta desviarnos a la derecha para tomar un camino por el que bajamos atravesando un pinar hasta llegar a la Cañada de Talavera.
Nos incorporamos a la Cañada durante unos metros en sentido descendente para después girar a la izquierda tomando un camino en leve ascenso por el que llegamos hasta la explanada entre el cerro Valdenoches y el cerro de Las Mucas, donde giramos a la derecha para tomar un camino-sendero que bordea éste último y por el que salimos al cortafuegos que baja desde su cima.
Atravesamos el cortafuegos para continuar con otro camino-sendero entre las encinas que después se convirtió en una trialera por la que salimos a otro cortafuegos que baja desde el cerro de las Mucas, donde hicimos la "parada barrita" y la foto de grupo de la jornada.
Tras reponer fuerzas, reanudamos la marcha bajando por el cortafuegos, teniendo que "contener" la bici para no "salir por las orejas", llegando todos sanos hasta el arroyo de Las Labores, donde tomamos un bonito senderito entre los pinos para después enlazar con el camino que discurre en paralelo a la carretera M-501.
Tras rodar por el camino, tomamos el senderito que bordea el cerro del Cubo para enlazar con la vía Verde de Picadas, donde como es habitual "saltó la liebre" personificada en Eltiolavara que se puso a tirar con todo, pasando a un grupo de chavales de Arroyomolinos que a su vez "se picaron", con lo que realizamos todo el trayecto de la vía verde charlando con ellos a un ritmo rapidito.
Abandonamos a los chavales en la presa de Picadas, donde se quedaron haciendo unas fotos, continuando nosotros con el ascenso por la carretera y posterior descenso para después desviarnos a la derecha para tomar el camino que transcurre por detrás del Safari-Park, por el que salimos a la carretera M-507 a la altura de El Rececho.
Cruzamos la carretera y tras un trozo de camino nos incorporamos al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, por el que pusimos camino de regreso hasta el pueblo.
En una jornada nublada pero con una temperatura ideal para montar en bici, nos hemos hecho una ruta cortita, aunque bonita y divertida, de únicamente unos 32 kilómetros, pero suficiente para disfrutar de la bici y cumplir con el objetivo que nos habíamos propuesto, llegando al pueblo a eso de las 11,30 para que cada uno pudiera disfrutar del "Día de la Madre" en familia.
Esperamos que David haya disfrutado en su primera experiencia con nosotros y se anime más días.
Y el domingo que viene.........de ruta a Toledo!!!!!