Parece que
“ha vuelto” el invierno después del estupenda jornada del domingo pasado,
amaneciendo hoy un día bastante más frío, motivado por un viento del norte que
nos acompañó durante toda la jornada.
Continuando
con la media habitual de asistentes a las salidas del Club en lo que llevamos
de invierno (4-5), en esta ocasión nos hemos reunido un quinteto compuesto por
Eltiolavara, Transcastro, Horacio, Rafa y Edu, al que llevábamos mucho tiempo
“sin ver el pelo”.
Como para
combatir el frío matinal había que “tirar p’arriba”, decidimos hacer una
rutilla para dirigirnos hacia el mirador del Embalse de San Juan situado en la
orilla opuesta de Pelayos, desde donde contemplar el nivel bajísimo de agua que
tiene actualmente del embalse.
Y así
comenzamos a rodar abandonando la Plaza Mayor por la Avenida de la Constitución
para cruzar la carretera M-507 y tras pasar junto a las instalaciones de la
piscina municipal desviarnos a la derecha para dirigirnos hacia el depósito del
agua.
Comenzamos con
las “patas frías” a subir la cuesta hacia los depósitos del agua, dejándolos a
nuestra derecha para continuar subiendo por el senderito conocido como “el
reguero”, y donde a excepción de un único tramo más técnico de piedras donde en
esta ocasión tuvimos que poner todos “pie a tierra”, realizamos toda la subida sin
complicaciones
El sendero
nos llevó a enlazar con el camino de Villa del Prado a Pelayos, donde hicimos
una breve parada de reagrupamiento para juntarnos y desde allí continuar el
ascenso por el camino todos juntos aunque con Transcastro y Horacio un pelín
rezagados “regulando en la subida”.
Tras
reagruparnos de nuevo en el alto en la ladera del Cerro Rojo, abandonamos el
camino para incorporarnos a un cortafuegos en paralelo al mismo por el que descendimos
hasta la Cañada de Talavera llegando junto a la laguna del arroyo de Las
Labores, desde donde continuamos la marcha por la Cañada para ascender hacia
una torreta de vigilancia de incendios y desde allí descender por la “Loma de
las Labores” hasta llegar a las cercanías de la carretera M-501.
Desde allí
rodamos en paralelo a la carretera para a continuación bordear el cerro del
Cubo y llegar hasta el comienzo de la vía verde de Picadas, haciendo una parada
junto a las aguas del embalse además de una fotito junto a los cañaverales.
Tras unos
minutillos reanudamos la marcha y pasamos bajo el puente de la carretera M-501
para incorporarnos a la misma unos metros hasta llegar al mesón “El Puerto”,
donde tomamos un cortafuegos paralelo a la carretera por el que enlazamos con
el camino que recorre la margen derecha del embalse donde tras una subida de
unos dos kilómetros llegamos hasta el mirador objeto de nuestra ruta.
Y allí con
las vistas del embalse realizamos la “parada barrita” de la jornada, con la
sorpresa de que apareció de repente nuestro amigo Paquito, al que hacía mucho
tiempo que no veíamos y que ya se quedó con nosotros el resto de la ruta.
Tras reponer
fuerzas y hacer las fotitos oportunas reanudamos la marcha rehaciendo el camino
hasta el mesón, donde cruzamos la carretera para internarnos en la “mini
urbanización” de San Juan, desde donde tomamos un camino que asciende por la
ladera del cerro del mismo nombre para “ponernos a tono” haciendo frente a una
subida corta pero intensa con algunos tramos del 19% y el 23%, que nos hizo “entrar
de nuevo en calor”.
Pasamos por
la urbanización “Cerro de San Juan” y nos incorporamos al camino de Bajondillo,
por el que llegamos hasta la carretera que comunica Navas del Rey con la
urbanización “El Morro”, llegando hasta esta última para descender a
continuación hasta el embalse de Picadas.
Proseguimos
la marcha por la vía verde de Picadas, con Eltiolavara “de avanzadilla a toda
leche” mientras el resto del grupo se lo tomaba más tranquilamente hasta llegar
al muro de la presa, pasando sobre el mismo y continuando después con la subida
por la carretera hasta parar en el alto, donde una vez reagrupados reanudamos
la marcha bajando por la carretera hasta desviarnos a la derecha para tomar el
camino que va por detrás del Safari-Park y que nos llevó a salir a la carretera
M-507 a la altura de El Rececho, donde cruzamos la misma para incorporarnos
después al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, donde por una vez…..¡¡El
aire nos daba “de culo”!!.
Y así
regresamos al pueblo tras hacer una rutilla de unos 44 kilómetros con “ambiente
fresco” debido al viento del norte que nos ha acompañado durante toda la
jornada, estando de vuelta a eso de la una de la tarde.