Y por fin llegó el domingo
destinado a realizar una ruta "allende nuestras fronteras", habiendo
elegido en esta ocasión la localidad abulense de Cebreros. La hora de salida
desde el pueblo eran las 8,15, dándonos cita en la estación de autobuses Eltiolavara,
CarlitosGT, Horacio, Miguel, Raúl, Jose "el Selfie" y Rafa, grupo
pequeño pero bien avenido.
Tras apañar las bicis en la
fregoneta de Eltiolavara y con un poco de retraso sobre la hora prevista,
pusimos rumbo hacia Cebreros, donde llegamos sobre las 9,00. Unos minutos
después, una vez montadas las bicis y tras los preparativos oportunos,
comenzamos la ruta desde el polideportivo del pueblo rodando algo menos de un
kilómetro por la carretera AV-504 para después desviarnos a la izquierda y comenzar
a ascender pasando junto a la base de helicópteros y un depósito del agua.
Con paso lento pero seguro fuimos
ganando metros de altitud, hasta realizar una subida de unos cuatro kilómetros
que nos llevó hasta el puerto de Arrebatacapas, donde cruzamos la carretera
AV-503 para continuar ascendiendo durante aproximadamente otros cuatro
kilómetros, por una pista con tramos intermitentes de hormigón y mientras
disfrutábamos de unas vistas impresionantes antes de hacer frente al rampón
final de hormigón que nos llevó a coronar en el vértice geodésico de "La
Merina", donde disfrutamos de unos buenos minutos de relax contemplando
desde allí toda la zona del Valle de Iruelas y el embalse de El Burguillo.
Tras reponer fuerzas mientras nos
alegrábamos la vista comprobando como había merecido la pena la subida, tocaba
una pequeña bajada por un sendero, para después recorrer una zona algo
rompepiernas todo por senderos que nos llevó a una zona con una buena cantidad
de "astados" en medio del camino y que nos obligó a salirnos del
mismo y dar un pequeño rodeo.
Tras atravesar después otro
rebaño de vacas con sus crías (aunque estas con una pinta más
"pacífica", llegamos a la carretera AV-503, que cruzamos para
continuar por un camino que después se convirtió en sendero y que en un
divertido descenso nos llevó hasta el "arroyo de la Mujer".
Cruzamos el arroyo y a
continuación nos tocó subir por un sendero en el que en algunos momentos hubo
que hacer algo de "empuja-bike" hasta llegar a una puerta. Pasamos la
puerta y tras rodar por una zona llana realizamos otro pequeño descenso hasta
el "arroyo de la Vega", que cruzamos para continuar nuestra marcha
pasando junto a una ganadería y hasta llegar a otra puerta, donde tras salir de
la finca nos desviamos a la derecha para tomar un camino-sendero que incluía
una bajada con unos tramos técnicos nos llevó hasta el embalse de Hoyo de
Becedas I, no sin que por el camino Horacio y Raúl "probaran el
suelo" de Cebreros durante la bajada, aunque por suerte sin ninguna
consecuencia.
Tras unos minutos de relax y una
fotito junto al embalse, continuamos la ruta por un tramo de senderos que nos
llevó de nuevo hasta el "arroyo de la Mujer", que cruzamos para hacer
después otro pequeño tramo de "empuja-bike" antes de comenzar la
última subida de la jornada, que nos condujo hasta el "alto de la
Buitrera".
A continuación realizamos un
recorrido por un camino entre los pinos antes de hacer frente a "la bajada
de la jornada" con un descenso de unos tres kilómetros por una trialera
con algunos tramos de piedra en la que fue necesario recurrir a buenas dosis de
técnica, y aún así hubo que poner pie a tierra en algunas ocasiones que eran
"demasiado para nosotros".
Durante la bajada y precisamente
en uno de los tramos más fáciles, Eltiolavara se pegó una "costalá"
que le dejó "algo tocao", pero por suerte la ruta ya estaba
terminando y pudo continuar hasta el final.
Pese a todo, el descenso resultó
bastante divertido, y desde allí ya continuamos por buen camino hasta salir a
la carretera AV-504 y recorrer los últimos metros hasta donde habíamos dejado
los coches.
En una jornada en la que nos ha
salido todo "redondo", hemos disfrutado de un precioso rutón de unos
33 kilómetros, durilla a pesar de ser corta, y con una temperatura rondando los
20 grados y en un grupito de un buen ambiente excepcional.
Para rematar la jornada y como es
habitual en estas ocasiones, nos esperaba un buen avituallamiento líquido y
sólido, que nos vino de lujo para reponer "las sales minerales"
perdidas y que nos iban a aportar esas cervecitas acompañando a las torrillas
de patata, croquetas, pimientos, etc........
El mes que viene......¡¡¡A la
conquista de Abantos!!!.