Continuamos con la ola de calor y sin miedo a las temperaturas nos hemos dado cita en la Plaza Mayor a la hora de siempre un dúo compuesto por Gabri y Rafa.
Como no puede faltar en estas épocas decidimos hacer un recorrido en el que a la vuelta pasáramos por el embalse de Picadas para darnos un “refrescadito”, por lo que decidimos dirigirnos hacia la zona de Chapinería y Navas del Rey.
Abandonamos el pueblo por el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox para dirigirnos hacia la Ermita de La Poveda y desde allí por el camino de La Poveda llegar a la carretera M-507, por la que rodamos algo más de dos kilómetros hasta llegar al puente de La Pedrera, para rodar posteriormente en paralelo al río hasta la carretera M-510.
Tomamos unos metros la carretera y nos desviamos a la derecha para comenzar a ascender por la Cañada Segoviana y posteriormente por un sendero que transcurre por la ladera del Prado de la Lancha para llegar hasta Chapinería, donde nos dirigimos a una fuente donde habitualmente reponíamos agua pero que esta vez nos encontramos inhabilitada.
Decidimos entonces dirigirnos hacia Navas del Rey, descendiendo en paralelo a la carretera M-501 para dirigirnos hacia la Plaza, donde hicimos la “parada barrita” de la jornada además de reponer por fin agua.
Tras unos minutillos de relax a la sombra, reanudamos la marcha para dirigirnos hacia la urbanización “Cuesta Vieja” y desde allí realizar un descenso de vértigo por un cortafuegos hasta el embalse de Picadas junto a la urbanización de San Juan.
Pasamos sobre el embalse de Picadas por el puente y nos incorporamos a la vía verde de Picadas, donde hicimos la obligada parada para refrescarnos antes de continuar recorriendo toda la vía verde de Picadas hasta el muro y realizar después el ascenso por la carretera para para continuar por el camino que transcurre por detrás del Safari Park y posteriormente por el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox para regresar al pueblo tras haber realizado una estupenda ruta de casi 50 kilómetros.
Tras tres horillas de ruta, estábamos de vuelta en el pueblo sobre las doce de la mañana, hora en la que empieza el verdadero calor, y que nos dispusimos a combatir con unas cervecitas frescas en la Plaza Mayor que nos sentaron de maravilla.
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