miércoles, 5 de diciembre de 2018

Domingo 2 de diciembre de 2018 (La niebla nos fastidió la ruta)


Después de unos meses sin realizar ninguna de nuestras habituales “excursiones” fuera del pueblo, por fin llegó el turno de volver a pedalear por lugares desconocidos para nosotros, siendo en esta ocasión “Las Barrancas de Burujón” el destino elegido para nuestra ruta.
Habíamos quedado a las ocho de la mañana en la estación de autobuses, donde nos hemos juntado un estupendo grupo compuesto por Eltiolavara, Noesperoanadie, Jose, Senderitos, Mariano, Jorge, Alberto, Rafa, Miguel y Raúl.
Tras apañar las bicis en la furgoneta, pusimos rumbo a Torrijos, de donde nos separaban unos cincuenta kilómetros en coche y donde además de ser el punto de inicio de la ruta nos estarían esperando Nacho y Javi “Parrillano”.
Ya por la carretera en las cercanías de Almorox se veía como el horizonte estaba cubierto por las “nubes bajas” que más adelante se convertiría en niebla y que nos empezó a dar “mala espina”.
Llegamos a Torrijos entre la niebla, y aparcamos en un parking que conocíamos de nuestra ruta realizada hace años “De Torrijos a Toledo (ida y vuelta), para a continuación realizar los preparativos de las burras e indumentaria, para una vez estar todos preparados echar a rodar unos minutos después de las nueve.
Y entre la niebla con la esperanza de que “el cielo abriera” cuanto antes echamos a rodar abandonando el pueblo y pasando bajo la autovía A-40 para tomar una pista asfaltada por la que dirigirnos hacia Barcience, donde llegamos tras recorrer unos cuatro kilómetros y donde nos dirigimos a visitar su castillo, que se encontraba perdido entre la niebla.
Tras hacernos unas fotitos y visitar el castillo por dentro, reanudamos la marcha para descender de nuevo hasta el pueblo de Barcience y tomar desde allí un camino entre los sembrados y con bastante barro por el que nos dirigimos hacia el siguiente pueblo de la ruta, Rielves, que atravesamos para continuar rodando por el camino de Rielves a Cambrillos hasta enlazar con el camino de Montalbán a Toledo, por el que llegamos hasta una rotonda en la carretera CM-4000.
Cruzamos la carretera y tras unos metros nos incorporamos al Camino natural del Tajo, por el que “picando p’arriba” recorrimos unos cuantos kilómetros hasta desviarnos a la izquierda para tomar el Camino de las Barrancas, por el que llegamos hasta nuestro objetivo, “Las Barrancas de Burujón”, aunque para nuestro disgusto……..¡¡La niebla no nos dejó ver nada!!
Aunque durante el trayecto hasta allí teníamos la esperanza de que el sol saliera y se despejara el cielo, no fue así, y al llegar la niebla lo cubría todo y “a duras penas” se podía adivinar donde estaba el agua del embalse de Castrejón.
Aun así, aprovechamos para reponer fuerzas y hacernos algunas fotitos y recorrimos el sendero junto a las barrancas, que pese a lo poco que pudimos ver, tenía pinta de ser un sitio  espectacular, aunque nos quedamos con las ganas de disfrutar el paisaje.
Y “chafados” por no poder disfrutar las vistas reanudamos la marcha para dirigirnos hacia el “Canal de Castrejón”, junto al que rodamos alrededor de unos cuatro kilómetros hasta enlazar con el camino de Placedover, por el que llegamos hasta La Puebla de Montalbán, atravesando a continuación el pueblo para tomar el Camino de Escalonilla.
Por fin con el sol en el cielo y sin niebla hubo que ralentizar la marcha ya que Jose y Mariano acusaron la inactividad y venían ya “con el chivato de la reserva encendido”, y nos dirigimos hacia Escalonilla, atravesando también el pueblo para a continuación tomar la Cañada Real Segoviana y bordear Gerindote para llegar a Torrijos por el Camino de Carmena.
Ya en Torrijos nos dirigimos hacia el parking donde habíamos dejado los coches para terminar así la ruta después de recorrer unos 63 kilómetros de “pisteo” en una mañana en la que la niebla nos ha acompañado casi todas la jornada además de “fastidiarnos” la ruta, ya que nos privó de disfrutar de “Las Barrancas”, con lo que tendremos que considerar el repetir la ruta en una ocasión futura.
Y como es habitual, en los coches nos esperaba el avituallamiento líquido y sólido tras nuestras rutas, donde además de reponer fuerzas echamos unas risas comentando la ruta además hablar sobre “tonterías diversas” que siempre nos hacen pasar un buen rato.
Al menos……aunque nos quedamos sin “Barrancas”, lo pasamos estupendamente como siempre!!!!

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