Parece que la climatología últimamente se espera a que llegue el domingo
para traernos la niebla o la lluvia, y en esta ocasión de nuevo ha amanecido
una jornada lluviosa en la que aunque únicamente caían “cuatro gotas” ya es
suficiente para que a algunos se les quiten las pocas ganas que tienen de salir
en bici.
Aun así y como no puede ser de otra manera, hay algunos a los que no les
importa la climatología para salir a disfrutar de nuestro deporte, y para ello
en la Plaza Mayor a las 9,00 nos hemos reunido por parte del Club un cuarteto
compuesto por Eltiolavara, Perejil, Nacho y Rafa, uniéndose también a nosotros
una representación de la U. C. Villa del Prado compuesta por su Presidente Juan
Carlos, Miguel y Fernando.
Con bastante retraso por esperar a Mónica, que decía Perejil que iba a
salir con nosotros, echamos a andar dejando en la Plaza Mayor a Juan Carlos y
Miguel para esperarla y nos dirigimos hacia el camino del Valle, por el que
cruzamos el arroyo Arrelobos y el arroyo Arrofresnos y llegamos hasta el camino
del Majanal, donde paramos unos segundos que fueron suficientes para que el
“trío de motos” compuesto por Juan Carlos, Miguel y Mónica nos alcanzaran.
Una vez juntos los siete continuamos ascendiendo por el camino del Majanal
con dirección hacia El Encinar del Alberche, llegando hasta la urbanización
junto a la puerta de entrada por 8ª fase, incorporándonos allí al cortafuegos
que bordea la urbanización por su parte sur para después continuar por un
sendero entre las jaras que hacía bastante que no tomábamos y que se había
“cerrado bastante”, por lo que nos pusimos “negros” al rozarnos con tanta jara.
Finalmente salimos al cortafuegos que separa las provincias de Madrid y
Toledo, por el que recorrimos unos metros para llegar hasta el comienzo de un
senderito entre los pinos que nos encanta por el que recorrimos casi dos
kilómetros cruzando la pista que comunica las urbanizaciones de El Encinar y
Pinar de Almorox para salir de nuevo a dicha pista y tomar a continuación un
camino por el que haciendo frente a una buena rampa salimos al otro camino que
enlaza ambas urbanizaciones.
Aprovechando que Eltiolavara ajustaba el cambio, hicimos la “parada
barrita” de la jornada, para después continuar ascendiendo hasta la pista
hormigonada que baja hacia El Romillo y atravesarla para descender entre los
pinos hasta llegar a la carretera N-403, pasando bajo la misma por un tubo para
después continuar por senderos hasta llegar al “Campamento Alfonso VI, donde
cruzamos la carretera M-507 para continuar ascendiendo entre los pinos hasta
llegar de nuevo a la carretera N-403 y atravesarla para seguir subiendo hasta
la Cañada de Talavera.
Continuamos por la Cañada de Talavera y antes de comenzar a bajar por la
cuesta asfaltada nos desviamos por un sendero para incorporarnos al cortafuegos
que recorre el cerro de Pino Águila y descender hasta el arroyo del Bodegón,
desde donde tomamos un camino de sube-baja hasta enlazar con el camino de San
Martín de Valdeiglesias.
Antes de comenzar el descenso final hasta el pueblo nos desviamos a la
izquierda para tras pasar una puerta, tomar el camino que recorre la ladera del
cerro Lucía pasando por una explotación ganadera abandonada y enlazar con el
antiguo camino de Villa del Prado a Pelayos de la Presa, recorriendo unos
metros por el mismo hasta desviarnos a la derecha tomando el divertido
senderito que lleva hasta detrás del depósito del agua de Villa del Prado y
continuar desde allí hasta el pueblo.
Aunque “la cosa” tenía muy mala pinta, finalmente no nos ha llovido durante
la jornada a excepción de unas pocas gotas, habiendo disfrutado de muchos
senderos en una rutilla corta (sólo unos 30 kilómetros) pero con bastante
subida, lo que ha hecho que algunos llegáramos al pueblo con “las patas
durillas”.
Y que mejor manera de terminar la mañana que tomándonos una cervecita con
los compañeros de la U. C. para reponer los líquidos perdidos durante la ruta………..¡¡No
todo va a ser “sufrir”!!.
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