martes, 26 de junio de 2018

Domingo 24 de junio de 2018 (Ruta "Huerta y Vino Villa del Prado")



Hoy tocaba participar en la ruta “Villa del Prado Huerta y vino”, perteneciente al circuito “SCOTT 7 Estrellas 2018” que se celebraba en nuestra localidad y con un recorrido que conocíamos a la perfección.
Aunque la salida de la ruta se realizaba desde el Polideportivo, habíamos quedado a las 9,00 horas en la Plaza Mayor, donde nos hemos reunido Horacio, Transcastro, Perejil, Jorge, Javichy, Noesperoanadie, Antonio y Rafa para posteriormente dirigirnos hacia el polideportivo a recoger los dorsales.
Tras recoger los dorsales y colocarlos en las “burras”, nos colocamos en la salida en espera de que llegaran las 10,00, hora prevista de comienzo de la prueba, con Horacio y Jorge más retrasados por participar en las categorías de E-bike y parejas respectivamente.
Y puntualmente a las 10,00 se dio la salida a la categoría “Pro”, teniendo que esperar tres minutos para la salida de la categoría “Popular”, pasando bajo el arco de salida para abandonar el polideportivo por la puerta de atrás y desde allí bordear las últimas casas del pueblo y atravesar la carretera M-540 para junto al cementerio enlazar con el antiguo camino de Villa del Prado a La Torre de Esteban Hambrán.
Y en medio de una enorme “hilera” de bikers rodando a toda leche por el “Camino de La Torre” entre una polvareda en la que a 20 metros no se veía lo que teníamos delante llegamos hasta el “Charco del Arropino”, donde nos incorporamos al camino de Las Migueras para cruzar el arroyo Arrofresnos, y continuar rodando en dirección sur en paralelo al río Alberche.
Enlazamos a continuación con el camino de Montrueque, que nos llevó de nuevo hasta la carretera M-540 y donde ya empezaban a alcanzarnos los “fieras” de la categoría de parejas, que habían salido dos minutos después de la “categoría popular”.
Cruzamos la carretera y tomamos un camino por el que salimos al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, donde por fin nos agrupamos un trío compuesto por Transcastro, Antonio y Rafa para realizar la ruta “en equipo”.
Rodamos por el trazado del ferrocarril alrededor de un kilómetro y medio para desviarnos a continuación a la derecha y comenzar a ascender por el Camino del Majanal con un calor ya considerable a pesar de ser poco más de las 10,30 horas de la mañana.
Tras un corto y fácil ascenso llegamos hasta el camino del Valle, desviándonos a la derecha para descender hasta el arroyo Arrofresnos y a continuación afrontar una buena cuesta por la ladera del “Cerro de Las Palomas”, donde ya Rafa se dio cuenta de que “las patas” no iban como días anteriores y donde ya iba a comenzar a sufrir.
Descendimos después hasta el arroyo Arrelobos y abandonamos el camino del Valle para por un sendero dirigirnos hacia el Polígono Industrial del pueblo y desde allí a la rotonda de la carretera M-507, punto de comienzo de la “parte difícil” de la ruta, aunque junto al Parque Gurugú estaba instalado el primer avituallamiento de la prueba, donde paramos unos minutos para hidratarnos, y donde nos alcanzó Horacio, que con su e-bike había salido doce minutos después que nosotros.
Y con más de 30 grados a pesar de no llegarse a las once de la mañana comenzamos a ascender por el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado, con Transcastro en cabeza seguido de Antonio y detrás Rafa, teniendo claro los tres que el “equipo B” (Javichy, Noesperoanadie y Perejil) con la que “estaba cayendo” no iban a hacer la “ruta larga”…..¡¡ni de coña!!.
Como Rafa tenía un buen “pajarón”, insistía a Antonio para que no le esperaran y siguiera con Transcastro a su ritmo, con lo que después de insistir bastante, Antonio por fin “aceptó la oferta” y se fue en busca de Gabriel, que iba unos metros más adelantado.
La ruta continuaba por el camino de San Martín hasta la “Casa de la Coneja”, donde giraba a la derecha para tomar el camino que bordea el Cerro de la Puebla y a continuación descender hasta la Cañada de Talavera, por la que se rodaba unos metros hasta incorporarnos de nuevo al camino de San Martín, donde estaba instalado el segundo avituallamiento de la ruta y donde Antonio y Transcastro esperaron casi un cuarto de hora hasta que apareció Rafa.
Unos minutos para “recuperar el aliento” y reponer fuerzas, y reanudamos la marcha rodando un primer tramo por cortafuegos y a continuación ascendiendo entre las jaras para enlazar con el camino de la Fuenfría, por el que fuimos bordeando el Alto de la Mira hasta llegar a la zona de “La Bizca”, donde giramos a la izquierda para descender hasta el arroyo Valdenoches y por un bonito sendero entre las jaras y los pinos salir a otro camino que recorre la cara norte del Alto de la Mira llegando hasta la “Casa de los Forestales”.
Ya con Rafa “recuperando sensaciones” bordeamos la “Casa de los Forestales” y continuamos por el camino hasta llegar al pie del Cerro de las Mucas, donde tomamos un sendero para bordear el mismo y enlazar con el cortafuegos que baja hasta la laguna que forma el arroyo de Las Labores, donde con la “torraera” que estaba cayendo, no pudimos dejar pasar la ocasión de “remojarnos” en la laguna para ya comenzar fresquitos la subida por el antiguo camino de Pelayos de la Presa a Villa del Prado.
Bien “remojados” y con una nueva parada en el último avituallamiento de la ruta para reponer líquido fresquito comenzamos el ascenso desde la laguna, haciéndolo a buen ritmito para después afrontar el descenso final hasta el pueblo.
Comenzamos a descender por el camino de Pelayos a Villa del Prado para en la última parte desviarnos a la derecha y tomar lo que solemos llamar “el reguero”, que es el bonito sendero que conduce hasta el depósito del agua de Villa del Prado, para desde allí descender los últimos metros hasta el pueblo, donde de nuevo tocaba ascender hasta “El Gurugú” para desde allí bajar a la glorieta de la M-507 y bordear el pueblo para dirigirnos al polideportivo y pasar los tres juntos bajo el arco de llegada.
Como esperábamos, allí a la sombrita en la pista de patinaje se encontraba el resto del grupo, que con la que “estaba cayendo” no habían completado la ruta, aunque la buena noticia era que Horacio había quedado tercero en su categoría de E-bike.
Y tras la ruta, una ración de paella y bebida fresquita que falta hacía para reponer fuerzas en medio de un ambientazo de bikers.
Hay que dar la enhorabuena a la organización por la prueba, ya que ha contado con unos 570 participantes, y con un recorrido estaba perfectamente señalizado (nosotros no hubiéramos tenido problema, porque lo conocíamos), también ha sido un acierto total el incluir un tercer avituallamiento que no estaba previsto al principio, ya que ha hecho un calor sofocante, llegando casi a los 38 grados.

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