martes, 19 de junio de 2018

Domingo 17 de junio de 2018 (Comienza el calor "del bueno")



Para esta jornada se preveía la primera ruta con “calor del bueno” después de tantos domingos esperando la compañía del sol, y dispuestos a darle al pedal nos hemos reunido en la Plaza Mayor “Los Cuatro Mosqueteros de siempre”, es decir, Eltiolavara, Horacio, Transcastro y Rafa. También estaban en la Plaza Mayor Jorge y Pablo, pero ellos tenían planificado realizar la ruta “Huerta y Vino” del próximo domingo “a saco” para ver en cuanto tiempo la hacían, con lo que ellos se fueron p’abajo y “Los Mosqueteros” p’arriba.
Y como siempre, tras unos minutos después de las nueve por si viniera algún rezagado, echamos a rodar abandonando el pueblo con rumbo norte para tomar el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado sin dirección fija.
Al no tener que ir “mirando por el retrovisor” por algún rezagado, realizamos la subida a muy buen ritmo, sin ser necesario parar a esperar como es habitual en el alto en la ladera del cerro de Santa Lucía, desde donde continuamos por el camino para dirigirnos hacia la Cañada de Talavera.
Cuando íbamos de camino, como no teníamos nada previsto, alguien dijo……¿¿subimos al Alto de la Mira??......¡¡Y por que no!!, así que Horacio que llevaba tiempo queriendo subir con la e-bike se puso tan contento y hacia allá que nos dirigimos.
Cruzamos la Cañada para incorporarnos al camino de San Martín de Valdeiglesias recorriendo el cortafuegos (recién pasado el bulldozzer durante la semana, con lo que el terreno estaba bastante suelto) y después un camino entre las jaras hasta enlazar con el camino de La Fuenfría, por el que continuamos con dirección a San Martín.
Giramos después a la derecha para dirigirnos hacia el camino que sube al Alto de la Mira por su cara norte, donde comenzamos el ascenso haciendo frente a la peor parte, con unos primeros metros con mucha piedra suelta que requería hacer un buen esfuerzo, para luego ya “suavizar” y con mejor terreno afrontar los tramos de hasta el 19% de inclinación.
Tras Horacio destacado en cabeza con su “moto”, “el resto de los mortales” realizamos un buen ascenso evidenciando el buen estado de forma, agrupándonos junto al vértice geodésico de la cima para hacernos una fotito de grupo mientras reponíamos fuerzas.
Retomamos la marcha y descendimos por el sendero y a continuación cortafuegos que nos llevó hasta los pies del cerro Valdenoches, girando a la izquierda para tomar el camino del mismo nombre y descender hasta las cercanías de la Casa de los Forestales.
Dejando a un lado la casa, continuamos bajando y llegamos al camino que recorre el cerro de Valdenoches por su cara norte, por el que rodamos unos metros hasta abandonarlo para tomar el sendero que transcurre “ladera abajo” bajo el tendido eléctrico y que nos condujo hasta un cortafuegos donde un enorme bulldozzer en encontraba “en plena faena”.
Sin otra opción, nos incorporamos al cortafuegos “recién aradito”, y levantando polvo comenzamos a descender ladera abajo sorteando montículos de tierra hasta llegar a un pequeño pinar junto a la carretera M-501, donde nos incorporamos a un camino en paralelo a la misma.
Rodamos unos metros junto a la 501 hasta pasar por debajo de la misma y dirigirnos hacia el pueblo de Pelayos de la Presa donde en la Plaza del Generalísimo hicimos una paradita para refrescarnos en la fuente, ya que se notaba bastante calorcito.
Mientras nos refrescábamos decidimos dirigirnos hacia el embalse de San Juan, para mostrarle a Transcastro el mirador de “Casa Quemada” que descubrimos hacía unas semanas y desde donde hay unas vistas estupendas del embalse.
Retomamos la marcha y atravesamos el pueblo hasta salir al camino del Ferrocarril, donde nos pusimos a investigar un senderito que nos tuvo “conejeando” durante un rato, pero que tuvimos que abandonar porque nos encontramos rodeados de vallas por todos sitios.
Volvimos al camino del Ferrocarril y tomamos la Avenida de Mirador para atravesar toda la urbanización de El Mirador de Pelayos y así llegar hasta el cerro de San Esteban y abandonar por fin el asfalto, comenzando el ascenso que nos llevó hasta nuestro objetivo, Casa Quemada.
Con Transcastro alucinando con las vistas del embalse de San Juan, hicimos de nuevo una paradita para reponer fuerzas y sacarnos unas fotitos que amablemente nos hizo un vecino de Pelayos que había subido hasta allí andando para disfrutar de las vistas al igual que nosotros.
Tras haber disfrutado de las vistas, emprendimos el descenso recorriendo unos senderos que nos llevaron hasta el muro de contención del embalse, que como se encuentra casi a rebosar no deja mucho espacio para “la playa”, aunque había algunas personas bañándose.
Descendimos a continuación hasta la gasolinera de Pelayos, donde tomamos unos metros la carretera M-501 para dirigirnos hacia el comienzo de la vía verde de Picadas, donde como hacía bastante calorcito hicimos una parada en nuestro “sitio habitual” para que Transcastro inaugurara la “Temporada de baño 2018”, aunque según él, el agua estaba aún “fresquita”.
Tras el bañito de Transcastro retomamos la marcha hasta el muro de la presa y continuamos después con la subida por la carretera y posterior descenso por la misma hasta desviarnos a la derecha para tomar el camino que va por detrás del Safari-Park, donde aún se ven las huellas de las fuertes tormentas de semanas atrás, que arrastraron gran cantidad de piedras y ramas.
Llegamos posteriormente hasta la carretera M-507, y cruzando la misma nos incorporamos al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, por el que regresamos al pueblo tras una bonita ruta de unos 44 kilómetros en la que hemos pasado algo de calor, para irnos acostumbrando “a lo que nos viene por delante”.
El próximo domingo……¡¡A participar en la ruta “Huerta y Vino”!!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario