Volvemos a
nuestro horario habitual de salidas, las 9,00 horas, y con una previsión
meteorológica de calorcito nos hemos reunido en la Plaza Mayor un grupo formado
por Eltiolavara, Horacio, Transcastro, Rafa y Jose por parte del Club, además
de nuestro amigo Javi de El Encinar y Juan Carlos, el Presi de la U.C. Villa
del Prado.
Al igual que
retomábamos el horario habitual de salidas, pues también en esta ocasión
retomamos “las buenas costumbres” de comenzar la ruta “tirando p’arriba”, ya
que hacía bastantes domingos que con el “planning” de hacer rutas largas lo
“teníamos algo dejado”.
Comenzamos a
rodar abandonando la Plaza Mayor con rumbo norte para dejar el pueblo por el
antiguo camino de Villa de Prado a San Martín de Valdeiglesias, subiendo a buen
ritmillo para evidenciar el buen estado de forma del personal tras los
entrenamientos realizados para la Talajara.
Tras los
cuatro kilómetros y medio de ascensión iniciales nos reagrupamos en el alto en
la ladera del Cerro Lucía, donde Juan Carlos recibió una llamada telefónica de
Javi “Tresme” para preguntar por dónde andábamos con intención de unirse al
grupo.
Continuamos
entonces la marcha para dirigirnos hacia la Cañada de Talavera, aunque algo más
adelante abandonamos el camino para descender por un sendero hasta el arroyo
del Bodegón, y tomar desde allí un senderito paralelo al arroyo por el que
llegamos hasta la Cañada, donde tras una breve espera se unió al grupo Javi “Tresme”.
Con la
intención de dirigirnos hacia Cadalso de los Vidrios donde giramos a nuestra
izquierda para hacer frente a la cuesta asfaltada, continuando después unos
metros por el asfalto hasta desviarnos a la izquierda y continuar recorriendo
la Cañada de Talavera con dirección hacia la carretera M-507 durante unos
metros hasta desviarnos a la derecha y por un camino entre los pinos bajar hasta
la carretera N-403 junto a la laguna del Pozo Alcornocoso.
Tras cruzar
la carretera, rodamos unos metros a la sombra de los pinos para a continuación
descender por un cortafuegos hasta el cauce del arroyo de Labros (ahora seco
como todos, pero que en el invierno nos obliga a hacer “malabares” para
cruzarlo), que cruzamos para después comenzar a ascender por el camino del
Canto del Agua durante unos cinco kilómetros hasta llegar a Cadalso de los
Vidrios.
Bordeamos el
pueblo de Cadalso tomando unas calles y a continuación un senderito para
dirigirnos hacia el cementerio del pueblo, nuestro lugar habitual de “repostaje”
de agua en Cadalso y donde aprovechamos para realizar la “parada barrita” de la
jornada.
Tras los
minutillos de relax, reanudamos la marcha y atravesamos Cadalso de los Vidrios
por la carretera M-507 hasta enlazar con la carretera M-542, por la que tras
rodar durante unos 500 metros nos desviamos a la derecha para continuar
descendiendo para llegar hasta la depuradora de Cadalso de los Vidrios, junto a
la que se encuentran los restos del molino medieval de Cadalso, donde
aprovechamos para hacernos la fotito de grupo de la jornada.
Una vez
realizada la foto, retomamos la marcha continuando por un sendero en paralelo
al arroyo del Pinillo hasta enlazar con un camino, donde en el cruce nos
percatamos que habíamos hecho una “recolección de abrojos”, teniendo todos no
menos de 20 abrojos en cada rueda.
A pesar de
que la mayoría llevábamos en las ruedas líquido anti-pinchazos, con “el miedo
en el cuerpo”, decidimos continuar deprisa por ver si había suerte y evitábamos
el tener que parar para arreglar pinchazos, con lo que continuamos por un
camino para bordear la cantera del Lanchar de la Osa y rodar durante unos metros
por el asfalto hasta desviarnos a la derecha para tomar el antiguo camino de
Cadalso de los Vidrios a Almorox, pudiendo respirar más tranquilos al ver que
las ruedas de todos aguantaban sin deshincharse.
El camino
nos llevó a enlazar con la Cañada de Talavera, que tomamos a nuestra izquierda
para dirigirnos hacia la carretera N-403, que cruzamos para comenzar a ascender
entre los pinos con destino a la urbanización de El Encinar del Alberche.
Llegamos a
El Encinar del Alberche y nos dispusimos a atravesar la urbanización para poder
enlazar con el cortafuegos que bordea la misma por su parte sur, abandonando
Javi el grupo para dirigirse ya hacia su casa así como Horacio, que al ir ya “justito”
de fuerzas prefirió bajarse al pueblo por la carretera.
Tras atravesar
la urbanización nos incorporamos al cortafuegos que la bordea por su parte sur
para descender hasta el arroyo de Arrofresnos, donde a continuación nos
esperaba el último rampón del 24% para subir por la ladera del cerro Crespo y
bajar a continuación por un divertido senderito entre las encinas hasta el
arroyo Arrelobos, continuando con la subida final y posterior descenso que nos
condujo hasta el Polígono Industrial, donde llegamos unos minutos después de
las 13,00 horas.
Al final nos
ha salido una ruta de unos 40 kilómetros, la mitad de las distancias que
veníamos realizando últimamente, en una jornada en la que el calor nos ha
acompañado y en la que al final hemos podido llegar al pueblo sin tener que
parar a arreglar pinchazos aunque con las ruedas llenas de abrojos clavados……¡¡Otra
cosa será como hayan amanecido las ruedas hoy!!!
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