martes, 17 de octubre de 2017

Domingo 15 de octubre de 2017 (Conquistando el "Cabeza de la Huerta")



Continuamos con el “veroño” y a pesar de que por las noches se nota fresquito, para nuestra cita a las 9,00 horas nos hemos encontrado con una temperatura muy agradable que hacía prever que íbamos a disfrutar de otra jornada de calorcito.
Con ganas de “darle al pedal” nos hemos reunido en la Plaza Mayor un grupo formado por Eltiolavara, Horacio (con una flamante e-bike para probar su rendimiento), Transcastro, Jorge, Rafa, Jose y David, (al que por fin “veíamos el pelo” muchos meses después) como integrantes del Club, además de nuestro amigo Javi de El Encinar y dos integrantes de la U.C. Villa del Prado, el “Presi” Juan Carlos y Javi “Tresme”.
En esta jornada estaba previsto visitar el cerro “Cabeza de la Huerta” (1.127 m), una cumbre en el término de Robledo de Chavela que recientemente nos dio a conocer nuestro compañero Alberto y que ninguno del grupo habíamos visitado a excepción de Jose.
Así que minutos después de las nueve comenzamos nuestra ruta dirigiéndonos hacia el norte con intención de tomar el antiguo camino de Villa del Prado a Pelayos de la Presa, aunque cuando salíamos del pueblo alguien soltó la “temida” frase de …….¡¡No hay huevos a……!!
En esta ocasión era el ….¡¡No hay huevos a subir por el sendero de los depósitos….!!, y como no podía ser de otra manera…….allá que te vamos!!!.
Y con las patas frías comenzamos a subir hacia los depósitos del agua, dejándolos a nuestra derecha para continuar por el senderito en cuestión, donde a excepción de un único tramo más técnico el resto se subió sin complicaciones a buen ritmo (aunque alguno hizo “la cucaracha” al no poder sacar el pie de la cala).
El sendero nos llevó a enlazar con el camino de Villa del Prado a Pelayos, donde hicimos una breve parada de reagrupamiento para los que “se les había atragantado” un poco más el senderito, para desde allí continuar el ascenso por el camino todos juntos, con Javi “Tresme” en “Plan Liebre” pero fuera de nuestras posibilidades.
Tras reagruparnos de nuevo en el alto en la ladera del Cerro Rojo, descendimos a continuación hasta la Cañada de Talavera llegando junto a la laguna del arroyo de Las Labores, desde donde continuamos la marcha por la Cañada para descender a continuación hasta la depuradora de Pelayos de la Presa junto al embalse de Picadas.
Pasamos bajo el puente de la carretera M-501 para después incorporarnos a la misma durante unos pocos metros hasta llegar al mesón “El Puerto”, donde tomamos un cortafuegos en paralelo a la carretera hasta llegar al comienzo de la pista que va hacia el cerro de la Cuerda de la Parada.
Comenzamos con el primer tramo durillo hormigonado, donde Horacio puso a prueba la “e-bike” en la subida, dejando claro que la “ayuda extra” es una maravilla en determinados momentos mientras que los demás teníamos que darlo todo en esa rampa que llega hasta el 13%.
Tras terminar el tramo de asfalto, continuamos la ascensión por el camino con David cerrando el grupo a ritmo constante pero seguro recorriendo toda la ladera del Cerro de la Parada en un ascenso que aunque no es duro parece que no se acaba nunca.
Después de unos ocho kilómetros de subida, pasamos una doble barrera donde ahora sí que comprobamos el “punto negativo” de la e-bike……¡¡El pasar las puertas!!!, y es que al levantarla a pulso los diez kilos de diferencia con las “bicis normales”………se nota!!.
Tras pasar la barrera, delante nuestra “se alzaba” nuestro objetivo de la jornada, el Cerro de Cabeza de la Huerta, con un cortafuegos impresionante hasta su cima, que aunque hizo acojonarse al personal pensando en que había que subir por él, para tranquilidad del grupo para ascender hasta arriba hay bordearlo para ascender por su vertiente norte, teniendo que hacer frente aun así a una buena subidita.
Cada uno a su ritmo llegamos todos a la cima, donde se encuentra un observatorio anti-incendios en un sitio privilegiado, ya que las vistas desde allí son impresionantes se mire hacia donde se mire, siendo por tanto el lugar perfecto para la “parada barrita” de la jornada además de la fotito de grupo.
Tras unos minutos para reponer energías y disfrutar de las vistas, llegó el momento de retomar la marcha, para lo que por no bajar por el mismo sitio por el que habíamos subido decidimos bajar por el cortafuegos, con un primer tramo en muy malas condiciones que nos obligó a bajar durante unos pocos metros “a pata”.
Después de esos primeros metros malos, ya pudimos subir sobre nuestras “cabalgaduras” para continuar con un rápido descenso que nos llevó de nuevo hasta las barreras que habíamos pasado anteriormente, donde de nuevo tocó “hacer pesas” con la bici de Horacio.
Tras pasar las barreras, tomamos un camino a la izquierda para continuar ascendiendo por la ladera del cerro Cuerda Verduguera hasta enlazar con la pista asfaltada por la que realizamos un rápido y vertiginoso descenso que nos llevó hasta la carretera M-512, a la que nos incorporamos para descender durante un kilómetro hasta llegar a la carretera M-501, donde nos encontramos con mucho tráfico, teniendo que esperar un tiempo para poder cruzar de manera prudente.
Tras cruzar la carretera, tocaba un cortito pero intenso tramo de subida por una técnica trialera donde tuvimos todos que echar “pie a tierra” (unos mas que otros) y por la que enlazamos con el camino que transcurre entre los pinos por la ladera del cerro del Monje y que nos llevó hasta Navas del Rey.
Nos dirigimos hacia la plaza del pueblo para “reponer agua” y tomar después la carretera que va hacia la urbanización “El Morro”, que atravesamos para continuar bajando por camino hasta el embalse de Picadas, donde de nuevo nos reagrupamos.
Continuamos la marcha a buen ritmo recorriendo el bonito entorno de la vía verde hasta llegar a la presa, y pasar sobre el muro para afrontar el posterior ascenso por la carretera, donde ahora sí Horacio “nos quitó las pegatinas” en la subida “sacando provecho” de los “caballos extra”.
Tras reagruparnos en el alto, descendimos por la carretera hasta enlazar con el camino que transcurre del detrás del Safari Park que recorrimos para continuar después por el camino del Molino de Rodeles y llegar junto a la carretera M-507 a la altura de El Rececho.
Cruzamos la carretera y enlazamos con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox para realizar los últimos kilómetros de la ruta y regresar al pueblo tras hacernos una buena rutilla de unos 54 kilómetros en la que el calorcito nos ha acompañado toda la mañana, añadiendo además una nueva “cumbre” de la zona “a nuestra libreta”, y que desde luego visitaremos más veces, porque las vistas desde allí son espectaculares.

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