martes, 1 de agosto de 2017

Domingo 30 de julio de 2017 (Ozú, que caló!!!)



Adelantando para esta jornada nuestro horario de salida habitual a las 8,30, nos hemos reunido en la Plaza Mayor a la hora de siempre para compartir una nueva jornada de pedaleo y calorcito un grupo compuesto por Eltiolavara, Jorge, Transcastro, Horacio, Rafa, y Alberto, uniéndose también a nosotros nuestro amigo David, que todos los veranos nos acompaña algún día.
Debatiendo hacia dónde dirigirnos, Transcastro propuso enseñarnos un nuevo camino para llegar a Almorox que había descubierto en una de sus salidas en bici entre semana. Estando todos de acuerdo, echamos a rodar poniendo rumbo sur para abandonar el pueblo por la carretera M-540, por la que rodamos unos metros para a continuación desviarnos a la derecha e incorporarnos al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox hasta llegar a la finca "La Blanca", donde giramos a la izquierda para llegar de nuevo hasta las inmediaciones de la carretera M-540, aunque en vez de incorporarnos a la misma fuimos rodando por un senderito en paralelo que transcurre sobre la conducción de agua que va a la urbanización de Las Hoyas.
Llegamos a la entrada de la urbanización y comenzamos a bordearla por un camino-sendero entre las encinas que en leve ascenso nos condujo hasta las casas de Valdeolivas, desde donde pusimos rumbo hacia Almorox.
Ya en las cercanías de Almorox, al llegar al antiguo trazado de ferrocarril, llegó el momento de que Trasncastro nos mostrara el nuevo camino, para lo que nos desviamos a la derecha tomando un camino que transcurre por la ladera del Cerro Miradero, enlazando a continuación con el Camino de la Fuente por el que llegamos hasta Almorox, comprobando que efectivamente esa nueva alternativa no la habíamos recorrido hasta ahora.
Una vez en Almorox, nos dirigimos hacia la Ermita de la Virgen de la Piedad, donde tras una breve parada para reponer agua continuamos la marcha para descender hasta el arroyo de Tordillos, que cruzamos por un puente para a continuación pasar bajo la carretera M-544 y comenzar a ascender por el antiguo camino de Cadalso de los Vidrios a Almorox, bajo un calorcito que ya empezaba a ser “considerable”.
Durante la subida abandonamos el camino de Cadalso de los Vidrios y nos incorporamos a la senda del Cerro Cruz, por la que continuamos ascendiendo hasta tomar un nuevo camino a la derecha y recorrer la zona de “Risco Pandero” para dirigirnos hacia el pequeño pantano de “El Romillo”.
En los metros finales de bajada antes de llegar al pantano, Horacio “se dio un vuelo considerable”, lo que le ocasionó unos desperfectos en las zonas del codo y la rodilla derechos, que se tuvo que limpiar en el pantano mientras hacíamos la “parada barrita” de la jornada además de una fotito de grupo.
Tras los minutillos de relax, reanudamos la marcha recorriendo el sendero que bordea el pantano para dirigirnos hacia la Cañada de Talavera, a la que nos incorporamos durante unos metros para a continuación desviarnos a la izquierda y comenzar a recorrer la zona del “Pinar de Almorox” hasta llegar a la carretera M-507 junto al “Campamento Alfonso VI”, cruzando la misma para continuar ascendiendo entre los pinos rodando en paralelo a la carretera N-403.
Por suerte los buenos tramos de sombra que recorríamos por el pinar nos protegían del sol mientras durante el esfuerzo comprobábamos cómo la temperatura cada vez era más alta cada vez que el camino nos “sacaba” de la sombra para ponernos al descubierto durante algunos metros.
Llegamos entonces a la carretera N-403 junto a la laguna del Pozo Alcornocoso, cruzando la misma para continuar ascendiendo hasta llegar a la Cañada de Talavera, ya con Horacio bastante “cascadillo” físicamente producto de las heridas y del asfixiante calor.
Con el fin de reponer agua decidimos encaminar nuestros pasos hacia Pelayos de la Presa, para lo que recorrimos unos tres kilómetros por la Cañada para a continuación desviarnos a la izquierda para tomar el Camino de Valdenoches y ascender unos metros hasta llegar a la “explanada” que hay entre el Cerro Valdenoches y el Alto de la Mira.
Recorrimos a continuación el camino entre los pinos que transcurre por la cara norte del Alto de la Mira acompañados por un “concierto de chicharras” hasta llegar a la carretera M-541, por la que descendimos unos metros hasta llegar a una fuente donde por fin pudimos reponer agua, muy necesario en una jornada como la que estábamos teniendo.
Después del ratillo de relax, reanudamos la marcha bajando por la carretera M-541 hasta las cercanías de Pelayos, donde nos desviamos a la derecha para tomar un camino por el que rodamos en paralelo a la carretera M-501 para después desviarnos a la derecha y tras un cortito ascenso enlazar con la Cañada de Talavera, por la que descendimos hasta llegar al embalse de Picadas.
Ya con el único pensamiento del baño que nos íbamos a dar cuando llegáramos a nuestro “lugar habitual” para esos menesteres, comenzamos a recorrer la vía verde a buen ritmo, lo que hizo más patente todavía que Horacio no se encontraba “fino”.
Por fin llegamos a nuestro “lugar de baño”, donde como es habitual, casi sin “despojarnos” de nada, y alguno hasta con el casco puesto, nos lanzamos al agua para darnos un merecidísimo “refrescadito” que nos supo a gloria, y que daba ganas de quedarnos un buen rato “a remojo”.
Pero muy a nuestro pesar teníamos que continuar la marcha, así que subimos a nuestras cabalgaduras y continuamos recorriendo la vía verde, pasando a continuación sobre el muro de la presa y afrontando después el ascenso por la carretera hasta llegar al alto, donde nos reagrupamos tras la subida para proseguir con el posterior descenso por la carretera hasta desviarnos a la derecha para tomar como es habitual el camino de detrás del Safari Park, por el que enlazamos con el camino del Molino de Rodeles hasta llegar a la carretera M-507 a la altura de "El Rececho" donde cruzamos la carretera para enlazar con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox y recorrer los últimos kilómetros hasta llegar al pueblo.
Al final nos ha salido una estupenda ruta de cerca de 60 kilómetros, de perfil “durito”, que nos ha tenido casi cinco horas dándole al pedal, lo que unido al asfixiante calor que nos ha acompañado durante toda la mañana “hizo estragos” en Horacio.
De esta manera nos hemos “pegado” una buena ruta para comenzar “en serio” con la preparación de nuestro objetivo de realizar “La Talajara” de 120 kilómetros.

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